De actores principales en la SD Huesca, a secundarios

Gallar, Ferreiro, Musto, Akapo y Cucho Hernández han perdido protagonismo en los últimos partidos.

David Ferreiro, durante un entrenamiento.
David Ferreiro, durante un entrenamiento.
Rafael Gobantes

Toda revolución implica un cambio en busca de darle la vuelta a muchos aspectos que podrían parecer asentados y bien amarrados. La SD Huesca en poco tiempo ha vivido al menos dos, primero la experimentada en el vestuario con seis salidas y otras tantas llegadas, si se incluye la de Varas la semana pasada, y después la impulsada sobre el terreno de juego con la introducción de un nuevo sistema. En el proceso ha habido beneficiados, pero también perjudicados. Musto, Gallar, Ferreiro, Akapo y, en los últimos partidos, Cucho Hernández han pasado de ser piezas básicas a quedar relegadas en el banquillo y servir a lo sumo de revulsivos.

Su técnico Francisco Rodríguez es consciente de ello y por eso los mima en sus declaraciones públicas, especialmente a Ferreiro y Gallar, de los que no se cansa de alabar su buena predisposición y su trabajo en los entrenamientos. Los dos se han convertido en los extremos de un equipo que juega sin extremos.

Desde la adopción del esquema con tres centrales, dos carrileros, tres medios y dos delanteros en la visita a la Real Sociedad, Gallar ha disputado un minuto. Fue en la victoria en Montilivi contra el Girona. Anteriormente, aunque no es titular desde la visita al Celta de Vigo, desde el inicio del año había participado en todos los partidos.

Una de las principales sorpresas al hacerse pública aquella alineación empleada en Anoeta fue la ausencia de Ferreiro. No en vano, el gallego había sido de la partida en los once compromisos anteriores y su rendimiento era considerado como uno de los más destacados y constantes. Sin embargo, Francisco, en una decisión valiente, decidió dejarlo en el banquillo y ahí ha continuado. Con los donostiarras contó con un minuto, con el Valladolid tuvo dos y en las tres últimas citas su presencia se ha incrementado. Jugó 26 minutos contra el Girona, 22 en la visita del Athletic y 19 en el choque del viernes pasado con el Espanyol en el RCDE Stadium.

Otro de los casos más llamativos es el de Damián Musto. Siempre que había estado disponible, había tenido un hueco reservado en el once. Ya, no. En su caso, al margen del cambio en el dibujo táctico, lo que también le ha perjudicado ha sido la llegada en el mercado de invierno de otros dos centrocampistas, Juanpi Añor y Yangel Herrera, al que susituyó las dos últimas veces que se vistió de corto, contra la Real Sociedad y el Valladolid.

La situación de Akapo también ha variado con el desembarco de las caras nuevas. A pesar de ser lateral derecho, venía desempeñándose como lateral zurdo, labor que ha pasado a ejercer Javi Galán. Jugó contra la Real cuando éste aún no se había incorporado y con el Espanyol actuó ya en su posición natural debido a la sanción de Miramón. Entre un choque y otro ningún minuto y una ausencia, ante el Athletic, por unas molestias en una rodilla.

Por su parte, a Cucho Hernández lo que le ha dejado en un segundo plano ha sido el buen estado de forma de Chimy Ávila. Francisco optó por él ante el Girona y éste le devolvió la confianza con dos goles. Ya no se ha caído del once.

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