Los propósitos de la SD Huesca en 2019

Para que los azulgrana puedan remontar el vuelo en la clasificación, entre los aspectos a mejorar aparecen mantener la portería a cero y aumentar la puntería

Los jugadores de la SD Huesca realizan un círculo antes de comenzar a entrenar.
Los propósitos de la SD Huesca en 2019
Rafael Gobantes

Ir al gimnasio, hacer dieta, aprender inglés, leer ese libro, ver esa película o serie, hacer las paces con algún amigo. El cambio de año es tiempo para la reflexión y los buenos propósitos, una tendencia de la que la Sociedad Deportiva Huesca no escapa. La entidad azulgrana cerró 2018 con el recuerdo de haber sido los doce meses más importantes de su historia gracias al ascenso a Primera División, pero también con el regusto a hiel que deja su actual complicada situación en la clasificación. Tras 17 jornadas los altoaragoneses son los colistas con ochos puntos en su cuenta y a otros tantos de la salvación. Varios son los aspectos que debe mejorar para remontar el vuelo.

Defensa

Los oscenses son el conjunto más goleado de la categoría con 34 tantos encajados. Leo Franco y, especialmente, Francisco Rodríguez han probado varias fórmulas -defensas de cuatro, de cinco, pivotes defensivos, laterales con menos o más proyección ofensiva-, y hasta han tenido minutos los tres porteros de la plantilla, pero nada ha resultado. Hasta el momento no ha habido ningún partido en el que el equipo acabe con la portería a cero.

Ataque

Cuesta defender, pero también atacar o más bien marcar. En 17 encuentros, ha anotado quince goles, el que menos de la Primera División. Los oscenses se han quedado sin hacer diana en siete partidos mostrando una preocupante falta de puntería. Con 222, son los séptimos que más remates realizan, lo que quiere decir que prácticamente solo uno de cada quince acaba dentro de la red. Gallar arrancó con fuerza y en las primeras jornadas sumó tres tantos. Los mismos presenta Cucho Hernández, que ha transformado dos penaltis en los dos últimos choques.

Desenlaces

La SD Huesca sufre en los instantes finales de los partidos. Contra el Villarreal salió cara y Longo pudo rescatar un empate en la última acción del partido. Lo mismo sucedió en la segunda jornada de Liga en San Mamés cuando Chimy Ávila consiguió el 2-2 en el 87’. Por el contrario, en el último choque del año frente al Valencia, Piccini firmó el 2-1 y dejó los tres puntos en Mestalla. Otro villano fue Jorge Molina, quien en la visita del Getafe a El Alcoraz festejó el 1-1 cuando el cronómetro había sobrepasado ya el minuto 90.

Errores

Los fallos puntuales de los jugadores también están lastrando al conjunto de Francisco. El que ha quedado como paradigma fue el pase de Semedo a Sobrino en el duelo contra el Alavés, pero existen otros ejemplos. En el ya mencionado 1-1 con el Getafe, Molina se zafó de Pulido, al que no ayudaron ni Musto, ni Semedo. En el Sánchez Pizjuán, Sarabia abrió el marcador rematando a placer entre Pulido y Etxeita, y contra el Espanyol fue Moi Gómez el que perdió el balón en el medio para que Borja Iglesias cerrase el encuentro. Tampoco Werner estuvo atento en el encuentro de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Athletic.

Ausencias

En ninguna de las nueve jornadas que Francisco lleva al frente del equipo ha podido contar con toda la plantilla al completo. De hecho, y aunque todos los jugadores han disfrutado ya de minutos, solo Miramón y Cucho Hernández se han vestido de corto en todas las jornadas. En la defensa, únicamente el zaragozano ha estado siempre disponible. En el medio ahora mismo Aguilera, Gallar y Gürler entrenan al margen y Melero se perdió cinco jornadas por una pubalgia. Arriba, también Chimy Ávila ha pasado por la enfermería

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