El Huesca indulta al Celta

El conjunto aragonés lo falla todo en Vigo y cae derrotado por la magia del internacional Iago Aspas (2-0).

Gallar, del Huesca, en el partido contra el Celta.
Gallar, del Huesca, en el partido contra el Celta.
SD Huesca

A la hora del vermú, tampoco se llevó ningún punto a la boca el Huesca, que indultó al Celta en un partido en el que mereció comer algo. Lo falló todo el conjunto de Francisco ante un rival que, pese a sus carencias, evidenció tener gol, propiedad esencial en el fútbol. La magia de Iago Aspas sentenció la reunión con dos goles de ariete de jerarquía, firmando la derrota de un Huesca (2-0) que se condena a un remonte épico en lo que queda de diciembre para llegar vivo al mercado de invierno e intentar allí reforzarse para atrapar la permanencia.

Sabía el Huesca de la trascendencia de lo que había sobre la mesa en el mediodía vigués. Francisco había estudiado bien al rival. Acaba de cambiar de entrenador el Celta. Cardoso sustituyó la semana pasada a Antonio Mohamed en el banquillo celeste. Ha regresado el Celta a las esencias de Unzué, satélite de Guardiola. Esto es, escuela Barça. Esto es, jugar como el Barça cuando se carece de los futbolistas del Barça. Esto es, laterales abiertos, centrales que quieren jugar la pelota aunque no sepan, mediocentros que tocan y tocan aunque desconozcan hacia dónde. Esto es, un caramelo para cualquier rival hambriento que se atreva a presionar arriba. Esto es y esto fue en Balaídos. Como ante la Real de Garitano el lunes pasado, cuando regaló el Celta el partido en San Sebastián. La Real solo apretó y esperó el error. Porque, evidentemente, David Costas no es Piqué, Jozabed no es Busquets, y Maxi no es Messi, aunque el nombre de este último se parezca y Maxi no sea precisamente de lo peor del Celta...

Pese al esperpento de Anoeta, el Celta sigue jugando igual. Fe ciega, que para eso luce los mismos colores que el Manchester City... Guardiola y sus exégetas son así… Y como todo el mundo sabe que son así y Francisco se vio el vídeo de la Real, el Huesca salió a presionar la salida del balón  como si le fuera la vida en ello. Movían y movían los centrales del Celta David Costas y Araujo, aparecía de forma tímida y aburrida Jozabed en el medio. Fútbol horizontal, plano. Bueno, fútbol... Una cosa es jugar a la pelota y otra jugar al fútbol. Jugar a la pelota es pasarse la pelota. Jugar al fútbol es tocar con criterio, manejar el espacio y el tiempo, guardar la posición. Jugar al fútbol es tocarla, claro; pero también presionar tras pérdida, tener equilibrio detrás del balón, mostrar vigilancia defensiva para impedir que el rival aproveche los espacios que concede tu ofensiva. Y nada de eso hizo el Celta. Lo peor es que esas carencias no las supo explotar un Huesca que disfrutó de oportunidades suficientes para haber rascado algo, sobre todo en el primer tercio del careo.

[Vea aquí la narración del partido Celta de Vigo-SD Huesca]

Salió con todo el Huesca, con los mismos 11 hombres que merecieron vencer al Levante y empataron con el VAR. Con Jovanovic en la gatera, y una línea de cuatro atrás integrada por Miramón, Pulido, Etxeita y Akapo. En el medio, trivote Musto-Moi-Rivera, con Gallar y Ferreiro dispuestos a volar por las alas, y Cucho arriba con la caña. De la broma de Bilbao, solo rescató Francisco para el equipo inicial a Akapo y Rivera. El Chimy y su energía, de lo mejorcito en San Mamés, se quedaron en el banquillo para cuando el partido madurara. Porque si lo tiene que hacer Longo, lo tenemos claro... Además de salir con todo, el Huesca salió a por todo, a forzar el fallo de un Celta mucho más vistoso que práctico. Tenía la pelota el equipo gallego, pero no avanzaba, no amenazaba. Además, erraba una y otra vez atrás en las entregas, como hace cinco días en Anoeta. Pero lamentablemente, los delanteros de la Real no juegan en el Huesca.

Moi ya pisó el área a los 3 minutos. Gallar también lo intentó con un disparo duro en el 7. El Celta seguía jugando a la pelota mientras el Huesca jugaba al fútbol. La más clara la tuvo Rivera en el minuto 8. Solo, de cabeza, envió fuera una asistencia de Moi. Cucho se tiró un centro envenenado en el 10. En el 12, doble ocasión de Moi y Ferreiro, tras un eslalon precioso de Moi. ¿Cuántas van ya...? ¿Tres? ¿Cuatro? Todo lo que pasaba en el campo apuntaba al triunfo aragonés. Si de un combate de boxeo se hubiera tratado, la victoria a los puntos del Huesca habría sido por decisión unánime. Pero no, los goles no se merecen, los goles se meten o no son goles. Y el Huesca no metió goles. Y el Celta sí lo hizo. Porque, pese a su empanada táctica, a su fútbol de oropel, arriba sí tiene gol, un delantero de categoría, el internacional Iago Aspas. Fue precisamente Aspas el primero que amenazó, aunque fuera de forma tímida, tapando bien Etxeita en el 26. Había despertado el Celta, pero el peligro lo seguía generando el Huesca, con una galopada de Akapo de costa a costa.

Había rondado el gol la puerta gallega, pero el tanto llegaría en el ventanuco aragonés. Aún no se había manchado el traje Jovanovic, cuando Hugo Mallo, un lateral derecho de bandera, de recorrido total, le dijo métela a Iago Aspas. Una ocasión, un gol. Las cosas de jugar con delanteros de verdad. No hace falta con delanteros en plural. Con uno le bastó ayer al Celta, Iago Aspas. Se consumaba la injusticia de un Huesca que mereció mucho más y metió mucho menos. Perdón, no metió nada… Tampoco la ocasión final de Cucho con que se clausuró el primer acto. El marcador al meridiano reflejaba goles, no intenciones. Lo dicho. Pi, pi, piii. Descanso, 1-0.

Nada cambió en la reanudación. La ventaja en el marcador robusteció en su singular tesis futbolística al Celta. Siguió siendo vulnerable el colectivo gallego ante un Huesca que, pese a intentarlo con toda su alma, no acertó en la suerte suprema, el gol. Francisco dejó en la caseta a Musto y Gallar, y se la jugó con Aguilera y Serdar Gurler. Al cuarto de hora, extremó el riesgo echando a la pradera al Chimy Ávila. El partido y el campo se rompieron. En su lógica ofensiva para sumar, el cuadro altoagonés concedió espacios atrás. El Celta llegó con claridad ahora, con ocasiones de Juncá y sobre todo Brais Méndez. Iago Aspas es mejor que Brais Méndez (tampoco es malo este chaval…) y por supuesto que Juncá. Por eso no falló el ariete internacional, que, tras sentar a Akapo, batió a Jovanovic para abrochar el triunfo. Por eso perdió el equipo altoaragonés. Porque cuando no se hace gol, a la único que se puede aspirar es a empatar. Por eso, solo por eso, indultó el Huesca al vulnerable Celta.

Ficha técnica

Celta:  Rubén; Hugo Mallo, Costas, Araujo, Juncá; Brais (Beltrán, 75), Okay, Jozabed, Boufal (Hjulsager, 62) ; Maxi Gómez, Iago Aspas (Emre Mor, 87)

SD Huesca: Jovanovic; Miramón, Pulido, Etxeita, Akapo; Musto (Aguilera, 46),  Moi Gómez, Rivera, Alex Gallar (Gurler, 46); Ferreiro (Chimy Ávila, 62), Cucho Hernández

Goles: 1-0,min. 39: Iago Aspas. 2-0, min. 76: Iago Aspas.

Árbitro: Cordero Vega (comité cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a Boufal y Rubén por parte del Celta; a Cucho Hernández, Musto y Etxeita por parte del Huesca

Incidencias: partido correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 13.463 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de dos socios históricos del Celta, José Caramens y Leopoldo Martín.

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