Indignación en la SD Huesca con el arbitraje de Estrada Fernández

Chimy Ávila, que fue expulsado por protestar, se ha defendido aludiendo a que “por mis compañeros y la institución doy la vida”

Chimy Ávila, tendido en el césped tras recibir un golpe de Toño García.
Chimy Ávila, tendido en el césped tras recibir un golpe de Toño García.
Rafael Gobantes

Horas después del empate entre la SD Huesca y el Levante (2-2) sigue muy presente la actuación del colegiado catalán Xavier Estrada Fernández y del VAR. El club azulgrana y la afición consideran que la labor arbitral perjudicó al equipo local en varias acciones que lastraron sus posibilidades de conseguir un triunfo muy necesario. La conclusión unánime es que hubo errores de bulto y que el videoarbitraje no ayudó a desenredarlos. Al contrario.

La acción más analizada sigue siendo la del gol de Boateng a los 73 minutos, que puso el empate a dos en el marcador después de que Estrada Fernández lo hubiera anulado en un primer momento y rectificado tras recibir el asesoramiento del VAR. La decisión inicial la toma después de que su juez de línea levantase el banderín para advertir una presunta posición antirreglamentaria de Jason. El jugador granota se encontraba en situación correcta para habilitar a Boateng como certificó el videoarbitraje y ratificó el colegiado.

Lo que lamenta el club azulgrana es, precisamente, la acción del linier, que llevó a equívoco a los futbolistas y estos, asimismo, aseguran que escucharon un pitido antes del remate de Boateng que atribuyeron a Estrada Fernández. Sin embargo, las imágenes de televisión -a falta de otras pruebas- solo reflejan el toque de silbato del colegiado principal cuando ya se ha marcado el gol para invalidarlo. Según el reglamento vinculado al VAR, el línea debería haber esperado a que la jugada terminase para fijar su criterio.

Al margen de esta situación del juego, el Huesca cuestiona otras decisiones como el gol anulado a Pulido en la primera mitad porque, presuntamente, Etxeita estorba al guardameta del Levante tras realizar un primer remate. Aluden los azulgranas a que no hay contacto ni intento de molestar a Oier Olazábal y a que el VAR debería haber advertido a Estrada Fernández de la validez del tanto. También de la agresión de Toño García a Chimy Ávila que, sin embargo, ofreció como desenlace una amarilla para el argentino.

El delantero fue expulsado con el partido concluido por ver una segunda cartulina en sus protestas al colegiado y se perderá por sanción el próximo partido de Liga en Vigo. Chimy ha publicado en sus redes sociales un mensaje muy claro al respecto: “Si se enojan porque defiendo a mis compañeros y la institución, mejor que me odien, porque por mis compañeros y la institución doy la vida”.

Un salto en el que Oier golpea a Pulido, unas posibles manos en el área del Levante y la reiteración de faltas de Vukcevic tampoco encontraron la respuesta que la SD Huesca considera que se debería haber producido. También fue expulsado el preparador físico de Francisco, Sergio Pardo, a los 80 minutos por “salir del área técnica unos cuatro metros, gritando y con los brazos en alto reclamando un saque de esquina”.

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