Los cambios de Francisco

Rivera fue el principal beneficiado del planteamiento que propuso el entrenador de la SD Huesca ante el Levante y Semedo y Longo, los damnificados.

Francisco indica un cambio en el partido contra el Levante.
Francisco indica un cambio en el partido contra el Levante.
Rafael Gobantes

Si un jugador de la Sociedad Deportiva Huesca salió especialmente reforzado del empate a dos contra el Levante del sábado, 24 de noviembre, fue Christian Rivera. El asturiano, llegado el 30 de octubre, pasó de no haber jugado más que tres minutos en los dos partidos anteriores a ser titular, completar todo el encuentro y marcar un gol. En el lado opuesto de la balanza se situaron Semedo y Longo. El defensa, indiscutible hasta entonces para Francisco, y el delantero, sustituto habitual en las segundas partes, se quedaron en la grada. El técnico de la SD Huesca planteó ante los granotas una revolución; pequeña en cuanto al número de piezas que movió, pero grande atendiendo al cambio en el concepto de juego que se produjo.

Del defensivo 5-4-1 de las tres jornadas precedentes, a un conservador sobre el papel, pero atrevido en cambio en el césped, 4-1-4-1. Respecto a su anterior once inicial frente al Alavés en Mendizorroza, tres fueron las diferencias. No se vistieron de corto Semedo, Gürler e Insua y sí lo hicieron Etxeita, Gallar y Rivera. La entrada del central vasco por el gallego era esperada toda vez que ya se había recuperado de las molestias que le hicieron ser baja en Vitoria y la salida del extremo turco en favor del catalán entra dentro de los parámetros habituales, más si se tiene en cuenta que llegaba tras haber estado concentrado con su selección hasta el miércoles pasado. Que Semedo dejase su sitio al centrocampista asturiano fue una relativa sorpresa.

No en vano, Francisco presume de medir a sus jugadores con la misma vara. Así lo volvió a manifestar tras el partido. "Yo no miro a nadie, miro por el trabajo, por el equipo e independientemente del jugador que salga esperamos hacerlo lo mejor posible para conseguir los tres puntos que se nos están negando", manifestó.

Y lo cierto es que desde que cogió el testigo de Leo Franco en el banquillo de El Alcoraz hace mes y medio no se puede decir que no haya dado oportunidades. De los 23 futbolistas que tiene a su disposición, a lo largo de los cinco encuentros en los que ha sido el responsable técnico ha empleado veinte. Al margen de los porteros Werner y Santamaría, el único jugador que no se ha vestido de corto -tampoco lo hizo con el preparador argentino- es Camacho.

Jovanovic, Miramón y Pulido conforman el grupo de los que lo han jugado absolutamente todo. Una lista en la que no está por tres minutos Moi Gómez, que contra el Getafe fue sustituido en el 87, y por diez Akapo, que dejó su sitio a Gallar en Mendizorroza.

A este respecto, el duelo con el Levante vino precedido de una peculiaridad relevante. Salvo Melero, todos los jugadores estaban disponibles; circunstancia nueva para Francisco que hasta entonces siempre había tenido que lidiar con bajas y sanciones.

Así, junto a Jovanovic, Pulido, Miramón, Akapo y Moi Gómez, se puede decir que la guardia pretoriana de la que se está rodeando cuenta igualmente con nombres como el de Musto, que solo se ha perdido la visita a Sevilla por acumulación de tarjetas. Precisamente, desde esa cita también hay que incluir a Ferreiro, insustituible a partir de entonces, y a Etxeita, que solo se ha perdido el desplazamiento a Vitoria. Cucho Hernández es otro fijo, aunque en los tres primeros partidos con el nuevo entrenador fue sustituido y Gürler y Gallar también han jugado todas las semanas ya sea de inicio o desde el banquillo. Ávila también parece una de las piezas por las que tiene predilección, pero las molestias en el menisco externo de su rodilla derecha le dejaron KO durante dos jornadas.

Con menos minutos

Los minutos de Insua y Brezancic van de la mano. El central debutó con el Huesca frente al Alavés, pero a los 23 minutos cayó lesionado dejando su sitio al serbio, que también se estrenaba este curso tras una lesión osea en un dedo del pie izquierdo. Además, Aguilera solo ha disputado 76 minutos, todos en el choque con el Sevilla, cuando ocupó el hueco dejado por Musto en la alineación, y Sastre disfrutó el sábado de sus primeros veinte minutos a las órdenes de Francisco. Caso a parte es Melero cuya pubalgia solo le ha permitido jugar media parte desde la visita del Espanyol.

Especial es la situación de Rivera. El sistema con cinco defensas lo dejaba sin sitio. Sin embargo, su concurso jugando con tres centrocampistas parece esencial visto lo visto. De hecho, Francisco lo había probado en el amistoso con el Eibar disputado en Tafalla dándole todos los minutos y a la vista está que le gustó. Queda ahora por comprobar si el preparador almeriense da continuidad a lo desarrollado con el Levante o si busca nuevos encajes.

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