Repunte a la ilusión

El triunfo frente al Alavés y, sobre todo, la buena imagen, ha elevado la confianza del Huesca antes del estreno en Primera.

Imagen de uno de los entrenamientos en Huesca.
Imagen de uno de los entrenamientos en Huesca.
Rafael Gobantes

La Sociedad Deportiva Huesca halló el sábado ante el Alavés lo que estaba persiguiendo desde que la pretemporada viera la luz. Fuera del resultado, que también arrojó un saldo positivo (victoria por 1-2 en Alegría-Dulantzi), esas sensaciones que siempre se mencionan como el verdadero objetivo para encauzar la entrada en el campeonato liguero recibieron un buen espaldarazo en el séptimo y último amistoso. Fue un repunte a la ilusión, tanto del vestuario como de los aficionados, y un chute de confianza para entrar en la primera semana de competición bajo coordenadas de optimismo y esperanza. En su siguiente cita, el domingo en Eibar (18.15), la Primera División saludará al Huesca, que se convertirá en el comensal número 63 en sentarse en la mesa de la mayoría de los más grandes clubes de España y, en varios casos, del mundo.

El equipo altoaragonés desea que no se le atragante el menú nunca antes degustado. Y para ello, con el claro objetivo de la permanencia, no hay planteamiento final que pueda acometerse sin un recorrido plagado de dificultades que deben superarse poco a poco. El Huesca es conocedor de sus limitaciones pero a tenor de lo que se pudo apreciar contra el Deportivo Alavés, también empieza a descifrar cuáles son sus fortalezas.

La seguridad defensiva es la gran obsesión de Leo Franco y su ‘staff’ técnico. Armar un bloque sólido, con unas líneas que acoten el espacio para dificultar el margen de maniobra del rival de turno es el primer punto en la construcción del nuevo Huesca 2018-19.

En ese sentido, subyace la evolución que ha dibujado el conjunto aragonés. Desde que el Numancia le sonrojara aplicándole un correctivo veraniego (5-1), el Huesca ha ajustado los patrones defensivos y en los últimos tres choques ha concedido pocas oportunidades al Eibar, al Oviedo y al Alavés.

Sin balón los conceptos parecen estar claros. Con la pelota también ha crecido el Huesca en comparación con los anteriores choques amistosos: el ritmo de juego subió muchos enteros frente a los vitorianos. Desde el esquema 4-4-2, los azulgranas parece que tienen entre ceja y ceja darle velocidad a la circulación, hecho obligado en Primera, al igual que esperan generar problemas a sus enemigos en base a los contraataques.

El modelo, por tanto, refleja notables diferencias respecto al estilo que impuso el anterior entrenador, Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’. El juego de posición y la búsqueda constante de la portería contraria, con un dibujo apoyado en el 4-2-3-1, han dado paso a un Huesca más preocupado por evitar despistes y por eliminar caminos hacia su portería. No deja de ser una consecuencia lógica del cambio de categoría. La Primera es la Primera, con más motivo para un club que todavía no ha lucido su camiseta por esos estadios.

Arriba, la dupla Cucho Hernández-Longo ha enseñado detalles que llaman a pensar que es una sociedad muy compatible capaz de esculpir altos réditos al colectivo.

Este lunes, vuelta a la actividad

La plantilla azulgrana, tras retornar en la noche del sábado desde su concentración en_Vitoria, disfrutó de una jornada libre este sábado que los jugadores pudieron aprovechar para descansar y sumarse a algún acto de las fiestas de San Lorenzo. Fue un pequeño impás antes de recuperar la actividad diaria hoy con el entrenamiento programado a las 18.00 en el Instituto Montearagón.

Para este martes, el trabajo llegará por partida doble: sesión matinal de gimnasio a las 9.00 y sesión de campo a las 18.00 en el Instituto Montearagón.

El ‘planning’ del resto de la semana, hasta el compromiso del domingo en Éibar, es el siguiente: el miércoles entrenamiento a las 18.00 en el IES Pirámide, el jueves misma hora y mismo emplazamiento, el viernes desde las 9.00 en el instituto Montearagón y el sábado de nuevo a las 9.00 en el IES_Pirámide. Los tres últimos entrenamientos tienen la etiqueta de puerta cerrada.

Leo Franco arranca la preparación del Eibar-Huesca con el delantero Chimy Ávila como único lesionado. Y desde el jueves el centrocampista Musto puede ser alineado. El once en Ipurúa será idéntico o con alguna pequeña variante respecto al que formó en Alegría contra el Alavés.

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