El impulso de Chimy Ávila

La agitación de su fútbol y los 6 goles anotados le han convertido en una pieza básica en los esquemas del técnico Rubi. Para el rosarino, la consecución del ascenso no es factible sin sufrimiento.

Ezequiel 'Chimy' Ávila, durante el entrenamiento de ayer en el Instituto Montearagón.
El impulso de Chimy Ávila
VERÓNICA LACASA

Luis Ezequiel ‘Chimy’ Ávila es uno de los jugadores en mejor forma del equipo líder de la Segunda División, una Sociedad Deportiva Huesca a quien el argentino sirve como impulso tanto por su estilo de juego como por sus goles. Chimy Ávila es sinónimo de lucha incansable y compromiso con los colores en cada minuto sobre la hierba; pero no solo de la pelea vive el punta cedido por el San Lorenzo de Almagro. Este cuenta con velocidad, habilidad innata para el regate y una calidad en sus botas que le permite hacer controles imposibles, asistir a sus compañeros o definir ante el arquero enemigo. Cifuentes, del Cádiz, fue el lunes la última víctima del delantero rosarino, que acumula en total seis goles, la mayoría (4) a lo largo del 2018. Su aportación, así como su complicidad con Cucho Hernández, se antoja clave para la consecución exitosa del intento de ascenso a Primera División a cargo de la escuadra oscense. Eso sí, Chimy Ávila lo puso de manifiesto ayer, tras el entrenamiento en el Instituto Montearagón: no habrá gloria sin sufrimiento. "Si Huesca quiere subir, primero tiene que sufrir para que la subida sea más bonita", expuso.

La capacidad de agitación es el primer punto en las características de Chimy Ávila como futbolista. Es un dolor de cabeza para los zagueros, a los cuales atosiga, por abajo y por arriba, ya que pese a que su estatura no sea elevada cuenta con muelles para las pugnas aéreas con las torres defensivas del rival. "Pero yo juego limpio. Quizá por ahí soy medio bruto al chocar, pero jamás iré con maldad a nadie", apostilla el jugador del Huesca, todo pundonor y pese a llevar solo una temporada como azulgrana uno de los más aclamados por los seguidores.

Otro es Juan Camilo ‘Cucho’ Hernández, con quien se entiende Chimy Ávila de maravilla tanto dentro como fuera del campo. La sociedad se disolvió temporalmente con la baja por lesión del jovencísimo delantero colombiano, que regresó contra el Sporting después de seis semanas fuera. "Se extrañaba mucho. Es un lindo dúo que aprovechamos al máximo. Cucho tiene muchas más cosas para dar. Cuando se afiance más en el fútbol va a hacer cosas muy bonitas", opinó.

Habló ayer el punta rosarino de lo que supuso el empate en Cádiz (1-1), resultado que pudo ser de mayor beneficio pero que, aún así, dejó más emociones positivas que negativas en el vestuario del Huesca. "Se jugó bien. El equipo hizo las cosas como se debía. Tuvimos un momento de caída pero nos mantuvimos en pie", indicó Chimy Ávila, quien consideró que el retorno al liderato es un buen empujón anímico para los oscenses. "La verdad es que sí es un impulso anímico", dijo el rey de los impulsos. "Todo suma. Si ganamos mejor, pero un punto fuera nos sirve mucho. Ahora a hacernos fuertes en casa, que es lo que necesitamos", manifestó.

Para el Huesca, objetivo primario es el poder celebrar nuevamente una victoria tras seis jornadas sin hacerlo. "La dejamos descansar, pero no la dejamos ir (a la victoria). Sabemos que se viene un partido duro y complicado, pero trataremos de hacernos fuertes en casa y hacer las cosas de la mejor manera", insistió el de Rosario sobre la cita del sábado en El Alcoraz contra el Albacete (20.00)

El triunfo azulgrana contra los de Enrique Martín Monreal, que se presentarán en su mejor momento después de seis jornadas sin perder, estará más cerca si Chimy Ávila prolonga su idilio con el gol y se emplea con la pasión con que lo hace usualmente. "Estoy contento por los goles míos o si marca un compañero también. Todos estamos por el mismo objetivo. Y estoy contento por volver al buen juego que hacíamos", señaló el jugador, que también hizo mención a los remates al palo acaecidos en los últimos dos partidos. "Hubo épocas que pegaban en el palo y entraban o daban en la cara de Remi (el portero Remiro) y salían. Pero no creo que en la mala racha, ni en la sal ni en todas eso. Son momentos. Sé que las cosas pasan por algo y si Huesca quiere subir, primero tiene que sufrir para que la subida sea más bonita", relató.

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