El Huesca se conforma con un punto en Reus

Sabe a poco el punto que conseguía el líder este domingo en el campo del Reus. Tiene regusto insuficiente por el acuciante acecho de los perseguidores del Huesca, y por los fantasmas que pueden aparecer tras cuatro semanas sin conseguir la victoria. Pero el reparto de puntos se mostraba como un resultado fiel a un partido que pudo decidirse en ambas porterías antes del descanso, pero que acabó muriendo entre imprecisiones y dificultad para trenzar jugadas, especialmente en los oscenses, muy poco profundos tras la reanudación. Y es que la necesidad no suele ser buena compañera de viaje, pero el Huesca no podía eludir que sumar de tres empezaba a ser ya una urgencia, y más con el Rayo Vallecano pisándole los talones en la clasificación tras vencer en el día anterior. Ahora, la obligación crece, y se traslada al próximo lunes 19, cuando el Sporting de Gijón visite El Alcoraz.

Para entonces espera Rubi haber recuperado efectivos, después de semanas lastrado por las lesiones y sanciones. Aunque el movimiento más sorprendente de la pizarra de Rubi lo presentaba Álex Gallar, que se caía de la convocatoria en el último momento, “por lesión de última hora” anunciaba el Twitter del club. Dejaba su sitio en el once titular a un Vadillo que regresaba tras cuatro meses fuera por diversas dolencias musculares y que no acusó demasiado la inactividad, revelándose como un buen socio con Moi Gómez.

Pero aunque un ataque inspirado se revelaba clave ante orden habitual del Reus, era mejorar en contundencia defensiva la gran premisa del Huesca. El haber recibido ocho goles en los últimos tres partidos así lo argumentaba. Pero no poder contar con el central Jorge Pulido –sancionado tras ver tarjeta roja siete días antes-, dibujaba un escenario poco favorable para cerrar la portería de Remiro. Optaba Rubi por el recambio natural para suplir la ausencia de su defensa, después de que se barajara toda la semana la posibilidad de que actuara Luso de central. Pero finalmente fue Íñigo López el que formó pareja con Jair en el centro de la zaga. Como aspecto positivo, el entrenador recuperaba a Brezancic para el lateral izquierdo, después de dos semanas sin poder participar por una lesión muscular.

La línea defensiva, por tanto, se dibujaba de manera inédita, y le costó apretar las costuras al Huesca. De hecho, reaparecieron los fantasmas de encuentros anteriores, en los que el equipo se había visto por detrás en los primeros compases, cuando Miramón se la puso a Carbia, que remató sin encontrar los tres palos, en el minuto cinco de juego. Pero en este caso salvó el conjunto oscense el arranque, e incluso tuvo Moi Gómez la más clara del primer periodo, cuando Aguilera le habilitó para quedarse por delante de la defensa. Pero frente a Edgar Badía, el portero le adivinó el disparo cruzado.

El mediapunta llegado en el mercado de invierno tenía el complicado cometido de cubrir la ausencia del omnipresente Melero, sancionado con dos partidos, y se cumplió con la tarea, convirtiéndose en el más destacado del primer periodo. De hecho, un centro suyo pudo suponer el primero en el minuto 18, pero no encontró el remate ni de Vadillo ni de Ferreiro. Se mostraba reconocible el Huesca respecto a esa idea tantas veces expuesta por su entrenador de dominar el juego a través de la posesión, y consiguió así protagonizar varias jugadas corales. Pero Sastre se volvió a topar con los reflejos de Edgar Badía, cuando Alexander le puso una gran asistencia en el área grande. Remiro también tuvo que esforzarse para que Yoda no le sorprendiera con un disparo raso y el encuentro se fuera el descanso con el marcador intacto.

Tras la reanudación fue patente que el espectáculo y el juego abierto del primer periodo, con un Huesca dominando en la posesión pero padeciendo más de la cuenta en las contras, se iba desvaneciendo según avanzaban los minutos. El partido se tornó plomizo, con un Reus más activo, pero demostrando esa dificultad para crear peligro real, que se perfila como una de sus principales características, estadística en mano. No así, seguía ordenado en defensa, y con las ideas muy claras sobre cómo tapar la salida de balón del conjunto de Rubi, que se sostenía con los robos en el centro del campo de Aguilera, pero que tampoco daban pie a buenas acciones de ataque.

Así, aferrado a su capacidad de sufrimiento, movió el técnico azulgrana el banquillo, dando entrada a Rescaldani por Vadillo, en busca de aire fresco para revertir el evidente aletargo de su equipo. Pero el argentino siguió con su gris estadística en el conjunto oscense y apenas entró en juego. Tampoco las salidas de Camacho y Kilian, ya en el desenlace, fueron el revulsivo necesario para un encuentro que acabó jugándose en el campo del Huesca, aunque sin que Remiro se viera en apuros. Al final, un punto para cada uno, que deja al Huesca a solo tres puntos del Rayo y a seis del Cádiz, pero como se escuchaba en zona mixta en días anteriores, “nadie dijo que esto fuera a ser un camino de rosas”.

Ficha de partido:

Reus: Edgar Badía, Jorge Miramón, Atienza, Olmo, Álex Menéndez, Juan Domínguez, Querol, Yoda, Gus Ledes, Fran Carbia (Guzzo, 69) y Lekic (Mayor, 79).

SD Huesca: Remiro, Alexander, Jair, Íñigo López, Brezancic, Aguilera, Sastre, MoI Gómez, Vadillo (Rescaldani, 73), Ferreiro (Camacho, 84) y Chimy Ávila (Kilian, 80).

Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité de Castilla y León). Mostró tarjeta amarilla a Alexander y Brezancic por el Huesca; y a Miramón, Querol y a Olmo.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada de la Liga 123, disputada en el Municipal de Reus ante 2.891 espectadores.