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¿Quién es Matheus Rossetto?

El centrocampista pretendido por el Real Zaragoza es un mediocentro completo, criado en el particular fútbol del sur de Brasil y con una carrera consolidada en la MLS de Estados Unidos. 

Matheus Rossetto, en un partido con el Atlanta United
Matheus Rossetto, en un partido con el Atlanta United
Instagram Matheus Rossetto/MLS

A la espera de culminar los detalles finales de una operación apalabrada en sus términos generales, pero a la que aún le faltan concretar diferentes asuntos del contrato futuro del jugador y de cómo será su vinculación con el Zaragoza; Matheus Rossetto espera en su país junto a su esposa la resolución de un fichaje que las diferentes partes desean zanjar entre el lunes y el martes. Será el momento en el que el centrocampista brasileño cumpla el sueño de su carrera: jugar en el fútbol europeo. Este deseo ha sido el motor de la operación que lo ha traído al Zaragoza, además de la intervención de altos ejecutivos del grupo inversor al que pertenece el club aragonés. Aunque tenía propuestas de Inter de Porto Alegre -muy cerca de su casa, Santo Amaro da Imperatriz, en el estado de Santa Catalina- y el interés del Vasco de Gama; su voluntad de probar Europa llevó a sus agentes a activar algunas teclas del fútbol holandés… Entonces, Guti se lesionó en el Real Zaragoza. Sus representante, la poderosa agencia Roc Nation, la antigua Traffic, lo propusieron al Zaragoza, pero no directamente a Juan Carlos Cordero. Después de estudiar su perfil, en consenso con Julio Velázquez, se decidió su fichaje, no sin dudas, porque no es un jugador de las características de Guti. Sin embargo, imperó la necesidad de sumar un centrocampista de cierto nivel a la rotación del equipo, muy mermada sin Guti, pero también sin Bermejo ya en la plantilla.

Nacido el 3 de junio de 1996; Matheus Rossetto, de 27 años, y 1,80 metros, se forjó como futbolista en la cantera del Atlético Paranense, uno de los clubes brasileños que más ha crecido en la última década, radicado en Curitiba. El fútbol del sur del país no tiene nada que ver con los dos grandes polos de Sao Paulo y Rio de Janeiro. Allí es notable la influencia del estilo gaucho, tan arraigado en Porto Alegre y del que el mítico Ronaldinho es la histórica excepción que confirma la regla. Un tipo de fútbol menos delicado, fantasioso, divertido, imaginativo o voluptuoso que el carioca o menos inteligente, atlético o táctico como el paulista. En el sur gustan el jugador y los equipos agresivos, intensos, disciplinados y fuertes, por eso, de allí, suelen brotar centrocampistas de ese tipo: Dunga es la referencia histórica de esta escuela.

Y así, con este sustrato filogénica, se fue haciendo futbolista Rossetto en la cantera del Atlético Paranense, adonde llegó con 13 años. A los 16, en 2012, sus agentes se lo llevaron a los juveniles del Inter de Porto Alegre, lo que generó un litigio judicial que obligó al futbolista a regresar a Curitiba. Ya no se movería de allí más que para jugar, con 19 años, cedido, el campeonato paulista con la Ferroviaria, un equipo menor y bien relacionado entonces con el Atlético de Paraná, donde fogueaba a sus mejores promesas. Debutó así, con apenas 20 años en un equipo en el que fue de más a menos. En sus inicios era un volante más ofensivo, un ‘8’, con un físico ligero y elástico. Todo esto lo ha cambiado en Estados Unidos, donde ha ganado músculo y kilos y se ha terminado moldeando más como un mediocentro organizador, más posicional: sus datos de pase figuran entre los mejores de la MLS en las últimas temporadas. Centrocampista de rasgos completos, es diestro y con buen golpeo, aunque su posición en el campo en Atlanta United le sujetaba lejos de las zonas de remate. Suele tirar penaltis, faltas y saques de esquina. Tiene un físico fuerte, más potente que rápido, con pierna defensiva para los duelos, y destaca, sobre todo, por su calidad con la pelota, pero a bajos ritmos. Está más cerca de parecerse a Toni Moya que a Raúl Guti. Tácticamente, es ordenado, sabe cubrir campo, y es habilidoso en la salida del balón de atrás.

Es un jugador, además, que ha crecido rodeado de buenos futbolistas. Uno de ellos, indirectamente, motivo su salida del Atlético de Paraná: Bruno Guimaraes. La ahora estrella de la selección brasileña, un año más joven, le restó protagonismo, en un centro del campo donde Rossetto sumó minutos con el veterano argentino Lucho Fernández o el pivote Otavio (Burdeos). Llegó a jugar de carrilero derecho a las órdenes de Fernando Diniz, técnico de moda en Brasil ahora como seleccionador y entrenador de Fluminense. Allí, Rossetto fue un centrocampista, al estilo que definía a su equipo, más dinámico, móvil, funcional… También adoptó experiencia ganadora: Campeonatos Paranaenses (2018 y 2019), Copa do Brasil (2019), Copa Sudamericana (2018) y Copa Suruga (2019).

Cada vez más secundario, decidió marcharse a Estados Unidos. Un par de años antes pudo ir al Inter de Milán, pero su destino final, por 2 millones de euros, lejos de Brasil fue el Atlanta United, uno de los equipos de esa liga que mejor ha cuidado la pelota en estos años. Rossetto ha jugado rodeado de futbolistas latinos, sudamericanos de nivel como Ezequiel Barco, Josef Martínez, Thiago Almada… Por eso se maneja bien en español, idioma que no debería sorprender, cuando llegue a Zaragoza, descubrir que domina con soltura. En Atlanta, cuando más ha jugado, aun sin ser un fijo indiscutible, ha sido en las dos últimas temporadas: 90 partidos de liga en 4 temporadas con 63 titularidades. Solo ha sumado un gol (penalti) y un par de asistencias. Pero no era esa su misión. Ahora, en el Zaragoza quizá dé el paso adelante en el campo de aquel Rossetto más llegador y ofensivo que dejó Brasil.

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