REAL ZARAGOZA

El Real Zaragoza, con los cinco sentidos en la escalada en la clasificación

El equipo afrontó este viernes el penúltimo ensayo con todos sus futbolistas al máximo de motivación y concentración para ganar en Eibar y aumentar la sensación de progresión del último mes y medio. 

Los jugadores del Real Zaragoza, este viernes en la Ciudad Deportiva
Los jugadores del Real Zaragoza, este viernes en la Ciudad Deportiva
José Vidal

Paso a paso, giro de rosca a giro de rosca, el Real Zaragoza sabe que se aproxima al partido bisagra que puede cambiar su dinámica ambiental después de cinco meses de bajonazo general, cinco meses de dudas e incertidumbres de las que puede salir hacia arriba, en positivo, ganando en Ipurúa al Eibar este domingo a las 18.30. 

La plantilla y el cuerpo técnico que dirige desde hace un bimestre largo Julio Velázquez trabajan durante la semana sabedores de este hecho. Tratan de evitar presiones añadidas, se agarran a la postura evasiva de las obligaciones históricas del club, pero en el fondo conocen lo que hay. Vencer en campo guipuzcoano este fin de semana devolvería al Real Zaragoza, de lleno y por derecho, al grupo cabecero del que empezaron a despeñarse a mitad de septiembre tras haber sido líderes en un inicio liguero impecable, con cinco victorias en los cinco primeros partidos que hicieron soñar a todo el mundo con que este era, por fin, el año del ascenso. 

El grupo afrontó este viernes el penúltimo ensayo con todos sus futbolistas al máximo de motivación y concentración para salir triunfantes en Eibar y aumentar la sensación de progresión del último mes y medio. Es el momento de la escalada. Y para ello, un punto, uno de esos empates logrados últimamente en los desplazamientos con más o menos merecimiento, será poco. Hacen falta los tres. 

El Eibar es el actual 2º clasificado. Marcan la frontera del ascenso directo, con 42 puntos, 'solo' 6 más que los zaragocistas, que distan a 4 de la zona de promoción. Un tiro de piedra. Por eso, este triunfo hipotético acercaría de forma visible y rotunda al Real Zaragoza al paquete de cabeza. Es la hora de reaccionar. Puesto en pasiva, no ganar, perder, sería sinónimo de haber dejado pasar una bola extra en el juego de la clasificación. 

Son infinidad los puntos tontos perdidos durante la primera vuelta y, también, en lo poco que ha transcurrido de la segunda. Así que el margen de maniobra es escaso. No caben demasiados fallos de aquí a junio. El Real Zaragoza, si quiere revivir (que puede), necesita ser certero en partidos clave. Y Eibar es el primero que el torneo pone a mano. Un día clave. 

Velázquez tiene a todos aptos, incluido Gámez (lesionado hace varios días y baja el último partido) y los porteros Cristian Álvarez y Rebollo (el primero tras una lesión de larga duración y el segundo tras un inconveniente puntual ante el Sporting de Gijón). Nadie quiere faltar. Bakis trata de ganarse algún minuto más de tres meses después de su seria dolencia de rodilla. Hay sensación de emociones diferentes. De que algo distinto puede asomar tras la puerta de Ipurúa.

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