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Edgar Badía: "Quiero disfrutar de ser portero del Real Zaragoza"

El nuevo portero del equipo aragonés habla para HERALDO de su oficio, de las posibilidades de ascenso del Real Zaragoza y de la competencia en la portería. 

Edgar Badía, en el reportaje gráfico para la entrevista con HERALDO.
Edgar Badía, en el reportaje gráfico para la entrevista con HERALDO.
Toni Galán

Cerca de los 32 años, una edad ideal para un portero, Edgar Badía abre una nueva página de su libro en el fútbol en el Zaragoza, donde sus primeros días pasan entre su adaptación a la ciudad, las atenciones a su niño recién nacido y su papel de guardián de una portería necesitada de aquello que le está dando en sus partidos iniciales: seguridad, serenidad y rendimiento. En esta entrevista, conversa sobre su nuevo equipo desde la experiencia de quien ya ascendió a Primera -cómo villano del Zaragoza precisamente- y también dialoga de su oficio entre los palos y de su faceta como empresario. 

¿Dónde estaba y qué estaba haciendo cuando el Zaragoza le dice que le quiere fichar?

Hubo contactos hace un tiempo para interesarse por mi situación. Y rápidamente se convirtió en una opción para mí, una opción increíble y muy buena. El Zaragoza está en Segunda pero es un club de Primera. Creo que fue el 4 de enero cuando las cosas se movieron y el día de Reyes ya estaba preparando cajas para venir.

¿Quería jugar a toda costa después de caer a la suplencia en Elche siendo allí una figura muy emblemática?

Necesitaba un cambio. Apareció esta opción, y no hay que pensárselo mucho cuando te llama el Zaragoza. Lo de jugar o no jugar depende del entrenador todas las semanas. No es una cuestión de venir aquí porque sé que voy a jugar seguro. Vengo para sumar mi experiencia y ayudar al equipo. Creo que estoy en condiciones de hacerlo jugando, pero eso lo decide el entrenador. La realidad es que necesitaba un cambio, y estoy muy feliz en el Zaragoza. He encontrado un vestuario que es como una familia.

Edgar Badía, en el reportaje gráfico para la entrevista con HERALDO.
Edgar Badía, en el reportaje gráfico para la entrevista con HERALDO.
Toni Galán

¿Es diferente competir por el puesto en la portería? ¿La suplencia se mastica de otro modo?

Al final, con los años, me he dado cuenta que formo parte de un colectivo. Y lo importante, más que jugar, es conseguir los objetivos grupales. Yo no salgo del Elche porque no jugara, sino porque necesitaba un cambio después de lo que me transmitió allí el entrenador. Jugar es importante, pero no lo más importante. Lo relevante es lo colectivo. Yo firmaría ahora mismo no jugar más y que el Zaragoza ascendiera a Primera División.

¿Cuándo se dio cuenta de que podía vivir de la portería?

Estuve tres años en el fútbol base del Barcelona. Cuando me dan la baja, dudo en si dedicarme al fútbol o al tenis. Era también muy difícil, y al final… pues me gustaba jugar al fútbol. Pasé al Cornellá, luego al Espanyol, y es allí, conforme voy subiendo categorías y en sub 17 me llama la selección española, cuando me doy cuenta de que puedo disfrutar de ser profesional. Me decían que era bajito, pero sabía que podía hacer una buena carrera. Y ahora estoy en el Zaragoza. Y no lo digo porque esté ahora aquí, es que no todo el mundo puede decir que ha jugado en el Zaragoza.

¿Hasta qué punto le ha condicionado el tema de su altura? ¿Cómo lo ha compensado?

No es cuestión de compensar nada. Al final tiene algo de tópico. Uno no es bueno o malo por sus características, sino por su rendimiento en el campo. Yo, a pesar de no medir 1,90, me he desenvuelto bien en el juego aéreo. He cometido errores, como todos, pero no un gran número. Soy un portero completo, y eso no me ha limitado para nada.

¿Es más valiente que otro tipo de porteros?

Más proactivo, quizá. Soy competitivo y trato de anticipar las situaciones.

¿Cómo se gestiona el riesgo en milésimas de segundo? ¿Es más un portero de instinto que de fundamentos?

No. Soy un portero de concentración. Si estás concentrado en el partido no te das cuenta de nada, de si hay mucha gente en el campo, si te están aplaudiendo, si te están pitando… Estás centrado en el trabajo. Si observas, si estás atento a lo que pasa dentro del campo, tienes más posibilidades de acertar en las decisiones, aunque sean difíciles. Por ejemplo, en Elda, en mi debut, fue un partido muy complicado para esas situaciones. Ellos proponían un fútbol en el que había que tomar decisiones de riesgo importantes. Había que tener mucha concentración, pero también capacidad de anticipación.

¿La concentración va en la personalidad?

Puede ser. Soy una persona muy ordenada, trato de estudiar mucho…

¿Sus reflejos, su agilidad y su velocidad de reacción han podido estar influidos por ese pasado en el tenis?

Creo que es al revés. Por mis características físicas, se me han dado siempre bien este tipo de deportes, como el tenis, el pádel…

Es una especie de ‘superviviente’ en una época de guardametas altos y en la que hay que tener buena técnica de pies, entender el juego… ¿Es más difícil ahora ser portero que hace unos años?

Pero no solo portero, cualquier posición es más difícil. El fútbol ha evolucionado mucho a nivel táctico, a nivel físico… Hay mucha más preparación. Es verdad que la portería ha cambiado. Ahora se estilan más los perfiles altos, porque, con el trabajo que se hace hoy, hay porteros altos muy ágiles. Y también el juego de pies es fundamental. 

¿Cómo digiere los errores en una posición tan expuesta a ellos?

No soy de los que se machaca. Los errores me vienen bien para darme cuenta de lo complicado que es mantener la regularidad y la concentración. Cuando he cometido alguno, el resto del partido suelo terminarlo muy bien.

Los porteros, por manías, extravagancia, soledad o rarezas, suelen ser la especie ‘diferente’. ¿Qué tiene Edgar Badía de diferente?

Sí tengo cosas, pero no por ser portero, sino dentro del mundo del fútbol. Tengo mis estudios, mi empresa de guantes… Al final, sí me siento diferente en ese sentido. Yo también tengo mis rutinas y mis supersticiones para alcanzar el punto perfecto de concentración cuando juego.

¿Quiénes han sido o son sus referentes?

Ter Stegen, Oblak, Courtois… He coincidido con ellos en Primera División y son unas bestias. Están marcando época. También me gusta Álex Remiro. Cuando era pequeño, mi referencia era Casillas.

Ha sido un portero, estos años en Primera, e incluso en el ascenso con el Elche, con mucha actividad, de los que más paradas hacía de la competición. Eso quiere decir dos cosas: que hay un gran portero, pero también que el equipo es vulnerable. ¿Cambia mucho ser portero en un equipo que recibe un alto volumen de ocasiones a serlo de un equipo dominante en el que hay que parar poco, pero parar la importante, como hizo contra el Andorra?

Ahora los porteros no están inactivos. Aunque no pares, con el pie, con salidas, con comunicación…, estás siempre caliente. En el Elche, es verdad que en Primera recibíamos muchos disparos, pero ahora en Segunda es más dominante incluso que el Zaragoza.

No todas las paradas son iguales. Unas dan victorias, unas cambian partidos... ¿Es consciente del valor de una parada en ese momento?

Sí. Sabes cuándo una parada puede ser decisiva y eres importante para tu equipo. Es una sensación muy bonita.

Edgar Badía, en el reportaje gráfico para la entrevista con HERALDO.
Edgar Badía, en el reportaje gráfico para la entrevista con HERALDO.
Toni Galán

Estudió una ingeniería y le gusta la física. ¿Qué hay de física en la portería?

Es verdad que es una posición muy relacionada con la física: la fuerza, la velocidad… Son factores que hay que tener muy en cuenta.

Su empresa de guantes se llama Two Five Gloves. ¿Cómo surgió la idea?

Soy socio con Tomeu Nadal, portero del Tenerife, y Joan Compte, que está más en el día a día de la marca. Hace tres o cuatro años, dimos el paso, yo quería aventurarme en el mundo empresarial y hacerlo con algo relacionado con la portería, mi pasión, es fantástico. Me atraía mucho la idea de desarrollar el producto, probarlo y lucirlo. Muchos porteros profesionales están apostando por nosotros. Estamos creciendo mucho.

¿Y qué tienen esos guantes que no tengan otros?

Son guantes profesionales con una calidad como las gamas altas, pero a un precio más asequible. Al final, son guantes desarrollados por porteros profesionales.

¿Cuántos pares usa en una temporada?

Unos 10-15 máximo. Juego unos cinco o seis con ellos. Pero luego regalas muchos.

Ya le habrán dicho que, en la portería del Zaragoza, la sombra de Cristian es muy alargada. Usted debutó en el Espanyol relevándolo a él. ¿Lo ha visto cambiado?

Aunque no he coincidido en el mismo equipo, desde entonces, con él, nos hemos enfrentado mucho y hemos tenido ese contacto. Es verdad que ha madurado mucho. Ha crecido. Ha tenido un rendimiento espectacular. Pero yo no hablaría de la sombra de Cristian. Al final, es un jugador muy valioso para el club y lo sigue siendo. Yo he venido a ayudar como sea, jugando o no. Mi objetivo es volver a Primera esta temporada, acercarnos a los puestos de ‘play off’. Pero yo no pienso en ninguna sombra, ni en lo que ha hecho Cristian. Yo quiero disfrutar de ser portero del Zaragoza.

¿De verdad se disfruta siendo portero?

Sí, sí. Yo, al menos, sí.

Usted fue un villano, en aquella promoción de ascenso de 2020, una pesadilla para el Zaragoza. ¿Toca ahora ser un héroe?

Más que ser un héroe, mi intención es que podamos cumplir los objetivos. Creo que el Zaragoza debe estar en Primera. Ya son muchos años. Tarde o temprano hay que llevarlo a ese lugar. Esa es mi idea. Ojala sea esta temporada, porque hay plantilla para lograrlo.

¿Hay madera para eso?

Sí, podemos reengancharnos arriba. No podemos decir que vamos a ascender directos, porque, en esta categoría, te despistas y desciendes. Pero hay muy buena plantilla.

Usted ascendió con el Elche después de un año en la zona media de la tabla, subiendo poco a poco, y clasificándose al ‘play off’ en la última jornada. ¿Cuáles son las claves para replicar eso en el Zaragoza?

El día a día y no despistarse mirando la clasificación. Hay que estar cerca de arriba, pero no centrarse en eso. Porque es tan igualada la categoría que siempre te puede llegar un resultado malo. Y eso puede convertirse en una dinámica mala. Ni cuando ganas ni cuando pierdes hay que separarse del camino del día a día. Aunque nos pusiéramos a uno o dos puntos del sexto ahora, no hay que pensar en eso. No podemos alejarnos: en el Elche, no nos desviamos nunca del día a día..

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