El Real Zaragoza, tras guardar fiesta el domingo, reanudó los entrenamientos en la mañana soleada y agradable de este lunes en la Ciudad Deportiva en un ambiente distendido, feliz y confiado tras haber derrotado al líder, el Leganés, el pasado sábado. 

Julio Velázquez, el nuevo entrenador zaragocista, inició así el trabajo comprimido dentro de una semana de modelo reducido, con solo cuatro sesiones antes de viajar el jueves a Barcelona para la cita de la 19ª jornada ante el transatlántico de la Segunda División, el Espanyol, recién descendido este año de Primera y gran favorito para el ascenso. Y es que La Liga ubicó este duelo, con sabor a histórico de la máxima categoría, en la noche del viernes, festivo, 8 de diciembre, a las 21.00.

El equipo está preparado para repetir éxito en el estadio de Cornellá-El Prat. Y repetir pasa por clonar, seguramente, el novedoso método táctico que Velázquez puso en escena ante el Leganés, con cinco defensas, tres centrocampistas y dos delanteros falsos. Un singular 5-3-2 que, inequivocamente, le sentó bien al grupo de futbolistas, deprimido y desorientado tras dos meses y medio de crisis progresiva de resultados, solvencia e imagen de la mano del anterior técnico, el destituido Fran Escribá.

Julio Velázquez advirtió nada más concluir satisfactoriamente el choque con los leganenses que este modelo con tres centrales, dos laterales de largo recorrido, tres pivotes versátiles en la medular y dos puntas móviles no ha venido para quedarse. Que es un añadido (con muy buen estreno) al repertorio de posibilidades de la plantilla en estos momentos puntuales, donde las bajas de varios futbolistas de alto rango en el proyecto 23-24 están ausentes por lesión y, además, donde el medioambiente futbolístico y mental del vestuario, en plena decadencia en la clasificación tras infinidad de jornadas cosechando resultados muy adversos, recomendaba una agitación interna. Pero, según el preparador castellano, no se está ante una adopción única y concreta del 5-3-2 como libro de estilo en lo sucesivo.

No obstante, el perfil que presenta el partido Espanyol-Real Zaragoza del viernes, frente a un rival de enjundia y hechuras de grande en la categoría, sumado al viento favorable que ha generado el triunfo sobre el Leganés (líder destacado de Segunda en esta fase del torneo) y con el añadido de que las piezas útiles de Velázquez en el grupo tienen sus limitaciones tanto por las bajas médicas como por las bajas formas, invita a reiterar lo hecho el sábado pasado en el triunfo ante los madrileños. Existen muchas opciones de que el entrenador zaragocista decida apostar de nuevo por el mismo guion y los mismos protagonistas en Barcelona.

En el principio de la semana, con la calma reencontrada en los campos de entrenamiento del Real Zaragoza, los tres jugadores que acabaron tocados el envite con el Leganés, Moya, Mesa y Aguado, han estado presentes en el ensayo. Ahora nadie quiere perder la buena ola para permanecer en el once inicial. Solo los lesionados de cierta importancia (Bakis, Azón, Lecoeuche y Nieto) siguen fuera de la órbita del grupo. Y Cristian Álvarez, el más recuperado de ellos, ya pisando la hierba hace unos días, poco a poco.