REAL ZARAGOZA

Suárez y Ubieto dirigen un entrenamiento de interinidad en un raro inicio de semana

La anómala sesión vespertina que llevó a cabo el aturdido Real Zaragoza, a la espera de la llegada del nuevo técnico, Velázquez, y tras haberse despedido de ellos Escribá, fue para cubrir el expediente. 

Javi Suárez (de pie) y Andrés Ubieto (tercero, arrodillado, por la izda.), dirigieron ayer el trabajo.
Javi Suárez (de pie) y Andrés Ubieto (tercero, arrodillado, por la izda.), dirigieron ayer el trabajo.
Toni Galán

Hacía un año y dos semanas que el Real Zaragoza no vivía una jornada de interinidad como la de este lunes en un entrenamiento de la plantilla. Algo consustancial a la inmensa mayoría de la temporadas de la última década, cuando se trata de hilvanar el paso de un entrenador destituido a otro que llega nuevo y al que no ha dado tiempo a firmar su contrato y presentarse ante el vestuario. Es lo que sucedió, como consecuencia de los tiempos en los que el club se movió en las últimas 48 horas a la hora de dar forma al despido de Fran Escribá y al fichaje de su relevo, Julio Velázquez.

Por ello, la tarde del lunes fue rara para los futbolistas del club zaragozano. Una alteración radical de las rutinas instauradas desde el primer día de la actual temporada 23-24. Porque el entrenamiento, en la franja vespertina del día, ya cabe incluirlo en el apartado de anomalías, pues no es lo habitual, y menos en horario de invierno, cuando ya anochece pronto. Fran Escribá, el entrenador que ha regido hasta este sábado por la noche como responsable del grupo, fue despedido oficialmente por la SAD a la hora de comer. Y hasta pasadas las 3 de la tarde, no se anunció el principio de acuerdo con Velázquez para sustituirlo. 

Total, que ni uno ni otro era posible que dirigieran el primer entrenamiento de la semana. En el caso del primero, por estar ya fuera de funciones. En el del segundo, porque aún no se hallaba en Zaragoza. De hecho, hasta bien entrada la noche no arribó a la capital aragonesa el nuevo cuerpo técnico para hospedarse en el Hotel Zentral AVE de La Almozara, lugar habitual de concentración del equipo últimamente.

Así que la encomienda de dirigir, bajo los inevitables parámetros de provisionalidad del caso, el entrenamiento del reencuentro del grupo tras el bofetón de realidad que supuso la derrota del sábado por 0-2 ante el Huesca en La Romareda corrió a cargo del técnico de la casa, Javi Suárez, y del preparador físico y recuperador Andrés Ubieto, alguien que acumula infinidad de experiencias de este tipo. Ambos cubrieron el expediente.

En una semana corta, con el siguiente partido en sábado (en Albacete) y con viaje el viernes, el modo de operar en los despachos dejó esta sesión preparatoria del lunes en agua de borrajas. Inservible técnica y tácticamente por motivos obvios. El grupo está bajo el influjo del fracaso del sábado y del bimestre último entero. Y necesita el diván que este martes trae Velázquez a contrarreloj.

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