Fran Escribá, el entrenador del Real Zaragoza, se apresta a recomponer por enésima vez el once inicial en Gijón, respecto de los diferentes formatos de equipo vistos en las tres últimas jornadas disputadas en apenas siete días, en la misma semana, frente al Mirandés, Andorra y Alcorcón. 

Entre los tres partidos recientes, Escribá hizo 14 cambios de futbolistas en el once titular: tres hubo ante los mirandeses, seis en campo andorrano y, el récord, nueve frente a los alcorconeros.

En realidad, el cúmulo de revoluciones de Escribá viene de antes, del colofón de la parte excelente del inicio de torneo, la de los cinco triunfos seguidos del Real Zaragoza. Tras abrir la veda de las permutas en el equipo inicial con un cambio ante el Eldense (Valera), el primer movimiento grueso fue en el triunfo en Cartagena, donde hubo cuatro novedades, dos de ellas forzosas, por las ausencias de los internacionales Francés y Azón. Ese día entraron nuevos Mouriño, Moya, Bermejo y Manu Vallejo. 

Después, en Ferrol fueron dos los retoques, entrando Luna y Valera. Los tres cambios ante el Mirandés fueron Lecoeuche, Mesa y Enrich. Los seis de Andorra, Luna, Lluís López, Aguado, Mollejo, Manu Vallejo y Bermejo. Y, por fin, los nueve del terremoto del pasado domingo con el Alcorcón fueron Poussin, Gámez, Mouriño, Jair, Lecoeuche, Moya, Valera, Azón y Bakis.

El entrenador acumula 30 cambios en las alineaciones iniciales en 10 jornadas, en realidad, en siete, pues en las tres primeras sí repitió equipo. Así, naturalmente, no ha sido posible armar un once base. 

En Gijón, por sentido común, es inevitable que Escribá vuelva a desmontar el bloque que fracasó ante el Alcorcón y, tal vez, empiece una serie menos voluble. Y falta ver si también retoca el sistema táctico, otra cuestión a debate. El manejo de los recursos humanos es, a estas alturas de la liga, una de las cuestiones discutibles en el día a día en el apartado técnico. Hay lupas sobre ello.