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Marc Aguado: "El Real Zaragoza está haciendo un buen grupo, que es más importante que hacer un equipo"

El hijo del mito ya es un hombre. Se llama Marc y se apellida, como el mito, Aguado. No está claro que llegue a 473 partidos... Sí está claro que es el cerebro del equipo del león

Barba cada vez más poblada, mirada despojada de la timidez infantil, las iniciales de su estirpe en el brazo derecho y embutido en la camiseta del equipo de su vida.
Barba cada vez más poblada, mirada despojada de la timidez infantil, las iniciales de su estirpe en el brazo derecho y embutido en la camiseta del equipo de su vida.
Toni Galán

Hace tres años me dijo Javier Garcés, entonces entrenador del Deportivo Aragón y ahora del Zaragoza juvenil, que estaba seguro de que Marc Aguado sería jugador de élite.

Le estoy muy agradecido a Garcés, a todos los entrenadores que tuve en la base. Garcés me respaldó mucho. Todos los técnicos de la Ciudad Deportiva intentaron ayudarme.

Además, fue en el momento difícil cuando lo afirmó. Acababa de fallar usted un penalti en la promoción de ascenso a Segunda B frente al Tarazona. Sin embargo, él reiteraba su apuesta por Marc Aguado.

Fue un tiempo de crecimiento en todos los sentidos, fue esencial para que este momento que ahora estamos disfrutando llegara. Siempre hay una etapa detrás en la que necesitas crecer. Esto es una cantera. Llevo en el Real Zaragoza desde infantiles.

Su caso es un tanto especial, pues el Real Zaragoza no le fichó para su equipo alevín, el primer equipo de base en la escala del club.

El fútbol son etapas y mi etapa empezó más tarde que la de otros compañeros de generación. En alevines estuve en el Stadium Casablanca. De allí también guardo un recuerdo muy bueno. Vine al Zaragoza y estuve con compañeros como Luis Forcén, Tresaco, Alastuey, Álvaro Martín, Javi Hernández...

Saltó al Deportivo Aragón antes que el resto, sin haber finalizado su etapa juvenil.

En el juvenil había muy buen equipo con Soro, Clemente, Baselga, Jesús Alvarez... Yo era juvenil de segundo año cuando me subieron. Recuerdo que la categoría, que esa Tercera División, era muy dura, pues había pocos clubes aragoneses en Segunda B. Después se vio que muchos jugadores de ese filial hemos ido hacia adelante. Afortunadamente, muchos están en el fútbol profesional: los hermanos Vicente, Jesús Álvarez en el Ibiza, Soro, Clemente...

Garcés me decía también que usted era muy ágil de mente, algo esencial jugando de mediocentro.

También corro, brego; pero sí, al fútbol se juega con la cabeza...

Usted es el hijo de un mito del zaragocismo, como Xavi Aguado. ¿Es positivo o negativo este hecho, tiene más pros o más contras?

Tenía más dificultad con ese tema cuando entré en el equipo infantil. Conforme te vas haciendo mayor, esas dudas van desapareciendo. Es el fútbol el que decide.

Fue valiente y se marchó muy pronto, concretamente al Andorra.

Después de dos años en que no conseguimos el ascenso con el Aragón, vi que no tenía hueco en el primer equipo del Real Zaragoza. Para seguir creciendo, tenía que demostrarlo fuera.

Es el mismo caso que José Luis Violeta, que jugó un año cedido en el Calvo Sotelo de Puertollano ante de regresar al Zaragoza de Los Magníficos.

Hay gente superdotada que da el salto muy pronto, como Francho, Francés o Azón, y hay gente que tenemos que esperar… He demostrado que puedo ser jugador fuera del club. Ahora lo quiero demostrar aquí, en Zaragoza.

En Andorra se consolidó como un jugador importante.

Son dos equipos que desarrollan modelos de juego diferentes. Le debo mucho al Andorra. Confiaron en mí el director deportivo, Jaume Nogués, y el entrenador, Eder Sarabia. Siempre les estaré agradecidos. En Andorra apuestan por gente para revalorizarla. Los dos tenemos este año una gran plantilla. Podemos hacer cosas.

¿Esperaba el Real Zaragoza que se ha encontrado?

El año pasado, hablando con Francho, Francés e Iván Azón, me decían que el club avanzaba, que progresaban mucho. Estoy muy contento de lo que veo aquí dentro. Estamos haciendo un buen grupo, que es más importante incluso que hacer un equipo. La diferencia entre los equipos que van a estar arriba o abajo es cómo responderemos cuando vengan mal dadas. Y eso se salva con un buen grupo.

¿Qué enemigos más cualificados encuentra en la lucha por el ascenso?

El primer enemigo que veo es el Tenerife, y después el Eldense, que son los próximos rivales. Tenemos que estar absolutamente centrados en los próximos partidos, en el próximo partido más aún. Ese es el camino hacia el éxito.

Andorra, Tenerife y Zaragoza son los únicos conjuntos que han conseguido el pleno de seis puntos en las dos primeras jornadas: su exequipo, el próximo rival y su equipo.

Son tres equipos que están haciendo las cosas bien, por eso han comenzado arriba. El partido del sábado es importante, pero lo afrontamos en muy buenas condiciones, con ambición pero también con serenidad.

El Zaragoza se expresa con autoridad en casa, en La Romareda, amparado por una afición sin parangón en la categoría. El sábado llega la primera salida...

La afición se ve reflejada en nosotros, y eso es fundamental. En Andorra era mucho más frío todo. La afición de Zaragoza es increíble, siempre está ahí, dentro y fuera.

A final de temporada, ¿cuántos puntos vendrán dados por ese respaldo del público?

Lo hablaba el otro día con Toni Moya. Sientes que estás muy cansado y la gente te anima, te hace correr, corres por ellos. El público celebra todo lo que haces bien… Es un factor muy positivo.

Usted es muy joven, no ha vivido en directo la gloria de uno de los clubes más grandes de España...

Nací en 2000. Mi padre me ha contado todo, lo que es el Real Zaragoza. Ha pasado un bache, dificultades. Volveremos, de eso no hay duda.

¿Y jugará 473 partidos como su padre y Violeta, los dos jugadores que en más ocasiones han defendido la camiseta del Real Zaragoza?

Ahora tengo 23 años. Ojalá pudiera superarlo...

Palabras mayores...

Son muchísimos partidos, sí...

Javier Planas, Juan Señor, Santi Aragón… El Zaragoza ha enseñado cómo se juega a esto del fútbol cuando ha tenido mediocentros de verdad. ¿Espera ingresar algún día en ese club selecto de cerebros del Zaragoza?

No pienso en eso. Voy paso a paso. Solo pienso en formar junto a mis compañeros el mejor centro del campo de la categoría. Hay una competencia muy sana en esa posición. Hace mucho tiempo que no había tanta competencia, y eso es muy bueno para el equipo y para todos.

¿Qué le dice Escribá?

Está muy contento conmigo. He cambiado mucho mi registro. El otro día hice 11 kilómetros y 600 metros. En Andorra hacía menos kilómetros.

Antes se corría aproximadamente la mitad, apenas seis kilómetros por partido.

El equipo trabaja muchísimo en el campo. Está a la vista de todo el mundo.

Para acabar, ¿dígame tres razones por las que cree que el Zaragoza va a ascender?

Nos vamos a dejar todo, eso es algo esencial. La afición también es fundamental, es un plus que no tiene casi nadie. El club, los compañeros, todos. Vamos intentarlo, desde luego.

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