fútbol

Real Zaragoza-Valladolid, examen en agosto

Los castellanos aquilatarán hoy la prometedora puesta en escena aragonesa. 
 Aunque todavía en construcción, el cuadro pucelano es candidato a todo

Mollejo, en el centro de la acción.
Mollejo, en el centro de la acción.
Toni Galán

Con esto de que estamos en puestos de promoción de ascenso a Primera después de tres años, el personal parece haberse instalado en la euforia. Ayer Escribá aportó un poquito de mesura y nos recordó que el año futbolero acaba de comenzar, que solo hemos jugado 90 minutos. Que sí, que el percal pinta bien, pero que todavía restan 41 hojas por arrancar del almanaque del ascenso. Con ese mismo lenguaje sosegado que destila el técnico, Escribá enfatizó, sin embargo, que el careo de hoy merece un subrayado. Y es que, independientemente de que todos los días se ventilen tres puntos, el rival de esta noche en La Romareda es de jerarquía: el recién descendido cuadro pucelano. Cara a cara, un Valladolid que quiere regresar de inmediato y un Zaragoza que anhela ascender de una vez por todas.

El verano ha sido (y sigue siendo...) movido a la orilla del Pisuerga. El equipo, después de los ejercicios de supervivencia con Pacheta, se despeñó a Segunda con el uruguayo Pezzolano al mando. Un gol en la última jornada ante el Getafe le habría salvado, pero ni llegó a tirar a puerta ante el batallón de Bordalás. Al final, se salvó el Almería en Cornellá... Pezzolano habló con Ronaldo Nazario, mítico delantero ahora en el sillón presidencial, y hubo limpia. La depuración también se llevó por delante hace escasos días al director técnico, Fran Sánchez. Se acaba de incorporar David Catoira, que viene de descender con el Espanyol...

La movida no acaba aquí. Han abandonado la entidad nombres refulgentes, como Gonzalo Plata, Óscar Plano, Roque Mesa, ese central que tanto nos gustaba llamado El Yamiq... Otro exzaragocista, Juanjo Narváez, también va a hacer la maleta. Igual que la gran estrella, Amallah. En medio de este trajín, lo mejor llega desde la cantera, con ese número 35 que se harta de meter goles, Cedric, un camerunés nacido en Madrid. Esta semana se han incorporado Meseguer y Montiel, que probablemente no jugarán hoy de salida, pues el equipo convenció en el estreno con el Sporting (2-0). El portero brasileño Maciel también está por las calles de Pucela, aunque todavía no ha sido presentado. Es un Valladolid en construcción, pero sigue siendo el Valladolid.

¿Y el Zaragoza? Bien, gracias a Dios y a la regeneración que lo mueve. Anteayer se presentó el central Mouriño, undécima incorporación a un bloque edificado con criterio y robustecido con fichajes de verdad, esto es, con incorporaciones de rendimiento inmediato: Toni Moya, Marc Aguado, Maikel Mesa, Bakis... Incluso con reservas que enriquecen la propuesta. Desde luego, a Primera no se asciende con promesas que disfrutarán en el futuro en otras praderas, y mucho menos con leyendas que anduvieron pero que no andan. Porque el futbol no se conjuga en pretérito, sino en presente. Y afortunadamente, este Zaragoza que no anduvo, ahora sí anda, sí chuta, sí funciona.

Funcionó correctamente dibujando un rombo ante la cantera de piedras de importación del Villarreal. Hoy aguarda un rival agobiado por las mismas urgencias que siente en su ser desde hace una década el Zaragoza. Pero ojo: el Valladolid está en formación, pero no es un equipo de pipiolos. Es un rival que aspira a todo y que en abril estará en la lucha por el ascenso. Y los puntos valdrán tanto en abril como ahora. Examen en agosto para el Real Zaragoza.

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