El Real Zaragoza ha arrancando este lunes su tercera semana de pretemporada, etapa del verano que marca una frontera en la puesta a punto del equipo: llegan los primeros partidos amistosos. Un asunto que condiciona ya la agenda de Escribá y las cargas de trabajo. Antes de esos primeros encuentros, programados para este miércoles contra el Deportivo Aragón y para el viernes contra el Teruel, los futbolistas del Real Zaragoza han arrancado la semana en la Ciudad Deportiva con un lunes de doble sesión.

En el entrenamiento matinal, el grupo ha trabajado al completo, con las únicas excepciones de Sergio Bermejo y de Quentin Lecoeuche. Ambos futbolistas han llevado a cabo una sesión en el gimnasio. El lateral izquierdo francés, uno de los fichajes del verano zaragocista, arrastra molestias desde el final de la pasada semana y el cuerpo técnico y médico han decidido configurarle un plan específico de trabajo. Sigue al margen también Bermejo, cuya recuperación sigue un curso prudente y controlado, con la intención de que pueda llegar en condiciones óptimas, al menos, a los últimos partidos de la pretemporada.

Junto a Bermejo y Lecoeuche, ha trabajado también en el gimnasio Luis Carbonell. Aunque el Zaragoza cerró la pasada semana su cesión al Tudelano, el equipo navarro de Segunda RFEF no inicia su pretemporada hasta este miércoles, por lo que el canterano seguirá hasta entonces en la dinámica del primer equipo. Como durante la pasada semana ya arrastró algunas molestias, ha comenzado la semana con un suave entrenamiento en el gimnasio.

Por lo demás, Fran Escribá sigue con su moldeado del equipo camino de la próxima temporada, con un grupo aún en construcción, sin apenas extremos, y con el excedente de varios jugadores que siguen trabajando día a día en la Ciudad Deportivo pero que ni cuentan ni Cordero les ha encontrado aún una fórmula de salida, como Sabin Merino, James Igbekeme, Manu Molina, Eugeni Valderrama o Marcos Baselga.