Nostalgia de lo que no pasó

Decía el poeta que no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca jamás sucedió. Tiene pinta que cuando el Real Zaragoza haga balance de esta triste temporada, echará de menos el frente de ataque que ayer alineó Escribá y que tan poco ha podido usar. Azón, Simeone, Bebé y Bermejo –y aún falta Mollejo– nunca han estado juntos cuando el equipo se ha jugado de verdad los cuartos. ¿Qué hubiera sido del Real Zaragoza con ellos? Pues eso, la nostalgia de lo que nunca jamás sucedió.

Frente al Granada, sin embargo, tuvo que ser un lateral como Fran Gámez quien hiciera el gol –y qué gol–. Azón tuvo dos ocasiones clarísimas pero no las embocó. El canterano tiene tantas ganas de marcar como La Romareda de que marque. En una temporada muy complicada por las lesiones, la paciencia será importante para que llegue a reencontrarse con las buenas sensaciones.

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Aunque no haga gol, la presencia del chaval siempre se deja notar. Azón y Simeone son dos búfalos que salen en estampida en cuanto tienen ocasión. Buscan cualquier resquicio a la espalda de unos rivales a los que aprietan y achuchan permanentemente. Para cualquier defensa, medirse a esta dupla es tener la garantía de que no vas a pasar una buena tarde. ¿Estarán juntos el año que viene en Zaragoza? La pregunta abre la veda a una nostalgia aún más complicada, la de lo que todavía está por venir.