real zaragoza
Violeta, el rugido del león
Un álbum de fotografías recorre la trayectoria del futbolista que en más ocasiones ha defendido la camiseta del Real Zaragoza.
Ahora que de (casi) todo hace más de 20 años, un grupo de irreductibles zaragocistas ha recopilado en un álbum las mejores imágenes de José Luis Violeta, símbolo eterno del Real Zaragoza como el aragonés que en más ocasiones ha defendido la camiseta del león rampante (473). A veces no conoces el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria… Violeta nos dejó en mayo pasado, pero su sedimento es imperecedero. A él nos remite este breviario de la liturgia del zaragocismo titulado ‘El rugido que no cesa’. Su vientre cobija imágenes imprescindibles en la historia de Violeta, esto es, en la historia del Real Zaragoza.
Víctor Juan, José Luis Melero y Luis Rabanaque lo confiesan todo en el mismo prólogo: "Todos los equipos necesitan un jugador emblemático, un estandarte, algo similar al escudo de la camiseta, uno que lo represente y lo identifique. José Luis Violeta fue nuestro icono, nuestra más destacada seña de identidad, el jugador ejemplar que no vistió otra camiseta que la nuestra. Pero, además, también se caracterizó por su enorme calidad, su coraje y pundonor incomparables, su liderazgo incuestionado en el césped y en el vestuario, su talla de jugador internacional con la selección española. Era una fuerza de la naturaleza, un jugador valiente y aguerrido, el capitán de carácter ganador", reza el prefacio, exquisito en lo sintáctico y en lo semántico, en todo.
El álbum recorre la trayectoria de José Luis Violeta (Zaragoza, 1941) desde su debut oficial en La Romareda el 22 de septiembre de 1963. Las imágenes, maquetadas en cuidado formato de tarjeta postal, nos remiten a las 14 temporadas en que el León de Torrero, habitualmente con el número 6, y no con el 5 de la puerta de La Romareda en que se le rindió homenaje, defendió la camiseta zaragocista. Allí encontramos al chaval de esa reunión de genios que asombró a España y a Europa, como fueron los Magníficos. Daguerrotipos que constituyen una porción esencial del patrimonio sentimental del equipo aragonés, como la formación que sacó del campo al Athletic de Bilbao en la final de la Copa del Generalísimo de 1966 (2-0), la tarde en que Iríbar salvó a los vascos de una goleada. La foto con el prestigioso trofeo Carranza también merece un apartado en un Real Zaragoza que, además de levantar dos Copas del Generalísimo y una de Ferias, se clasificó entre los cinco primeros en ocho cursos consecutivos (1961-68) de la Primera División.
El muchacho que la tocaba de lujo en el medio se hizo un hombre. Después de decirle no al mismísimo Real Madrid, ejerció de gozne junto a Manolo González entre los Magníficos y los Zaraguayos, la segunda generación extraordinaria del Zaragoza. Desde la defensa capitaneó el equipo entrenado por Carriega y gestado y gestionado por Zalba. Fotografías que marcan una época junto a Nino Arrúa, referente de ese gran Zaragoza de los 70; junto a Johan Cruyff, subcampeón del mundo con Holanda y capitán del Barça; o con Berti Vogts, campeón del mundo en Alemania 74 y capitán del Borussia Monchengaldbach, retratan un tiempo maravilloso y hacen de epílogo de una publicación imprescindible para quien ame y sienta esta tierra, para quien ame y sienta el Real Zaragoza.
La edición la ha parido Ediciones La Ventolera. Desde luego, merece una glosa. Solo edita libros no venales (ni mucho menos banales…) para gozo y divertimento de los amigos de Labordeta. Dichos libros se sufragan a escote. Para tan memorable ocasión, además de los autores del prólogo, se rascaron el bolsillo: Xavi Aguado, Luis Alegre, Eduardo Bandrés, Antón Castro, Eva Cosculluela, Ismael Grasa, Ignacio Martínez de Pisón, Manuel de Miguel, Rodolfo Notivol, Santiago Retortillo, Fernando San Martín, José María Serrano, Jesús Villanueva, Fernando Zamora y hasta la Peña Zaragozacista La Almozara, entre otros zaragocistas de verdad.
