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Real Zaragoza: esta vez sí, un final feliz

La primera victoria de la era Escribá llega tras un desenlace similar al de hace 6 días en Burgos. Ante el Ibiza, el gol en el 91 sí permite certificar la remontada.

Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, jornada 18 de Segunda División, en La Romareda
Foto del partido Real Zaragoza-Ibiza, jornada 18 de Segunda División, en La Romareda
Oliver Duch

Esta vez sí. Menos de una semana después de adelantarse en el último minuto frente al Burgos, el guion se repitió este sábado en La Romareda. El Real Zaragoza consumaba la remontada y se asomaba a un escenario idéntico al de hace solo seis días: victoria momentánea y solo unos pocos minutos (el tiempo añadido) por jugar. Afortunadamente para el equipo de Escribá, esta vez la resolución fue muy distinta. A pesar de que, incomprensiblemente, volvió a obsequiar a su rival con la oportunidad de empatar el partido en la prolongación, el Ibiza de Alcaraz no aprovechó la ocasión y los tres puntos se quedaron en el zurrón aragonés gracias al gol de Bermejo cuando el encuentro ya agonizaba. El triunfo, fundamental para tomar aire y reconducir la dinámica, permite al Zaragoza mirar al horizonte con algo más de claridad para tratar de escalar hacia la zona noble de la clasificación.

Más de uno se tapaba los ojos en La Romareda cuando vio al inglés Armando Shashoua colocar el balón con mimo junto al banderín de córner. Era el minuto 93 y el Zaragoza, solo dos después de voltear el resultado, volvió a tirar una moneda al aire cuando apenas restaban 30 segundos de juego para la conclusión. El saque de esquina lo patrocinó Manu Molina, que, abierto de brazos, parecía excusarse en que no había tenido otra opción... Apareció entonces la cabeza de Gueye para despejar el peligro y certificar la victoria que concede una significativa dosis de energía al equipo de Fran Escribá.

El de este sábado fue también el primer triunfo del nuevo técnico como entrenador del conjunto aragonés. Después del desastre copero en Cáceres, ni ante el Málaga (que también vino a Zaragoza como colista de Segunda) ni ante el Burgos había conseguido estrenar el casillero más importante de la tabla. La plantilla, con Escribá en una cabina de prensa como consecuencia de su polémica sanción, celebró la victoria junta, con una gran piña en el centro del campo que entrañaba un evidente mensaje de unión. En ese gran abrazo colectivo no solo estaban los más habituales, también se colaron los brazos de futbolistas inéditos como Vigaray o Rebollo, además del canterano Francés, relegado a un segundo plano desde la llegada de Escribá.

Un mes y medio después...

Los tres puntos permiten al Real Zaragoza reencontrarse con la victoria en casa un mes y medio después. No ganaba en La Romareda desde el 15 de octubre, con las Fiestas del Pilar dando los últimos coletazos y el público, hoy cubierto de capas para combatir el frío, en mangas de camisa en las gradas del estadio.

Aquel día, contra el filial del Villareal, el desenlace fue prácticamente idéntico al vivido frente a los ibicencos. Alberto Zapater, en el tiempo de prolongación, empujó con el exterior un balón al fondo de la red para firmar el definitivo 2-1. Ese tanto evitó temporalmente la destitución de Carcedo, que llegaría tres semanas después tras caer en Vitoria.

En las últimas semanas del año, el Real Zaragoza todavía debe disputar tres partidos que le pueden ayudar a escalar posiciones. La próxima semana, doble enfrentamiento: visita a Albacete el martes y derbi contra el Huesca el sábado en La Romareda. Antes de tomar las uvas, el conjunto aragonés viajará a Madrid para medirse el día 19 al Leganés. Tres partidos a la vista, los últimos de la primera vuelta de la competición. Nueve puntos en juego. Un pequeño desafío que, en caso de resultar favorable, permitiría al equipo de Fran Escribá dejar atrás la peligrosa zona de descenso y afrontar el arranque de 2023 con cierto aire de esperanza.

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