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Generelo pasa al primer plano

La larga sanción de Fran Escribá potencia el protagonismo de su segundo entrenador en la dirección de los próximos cuatro partidos.  Generelo ya fue técnico principal del Oviedo en Segunda durante 13 partidos en 2016.

Generelo, junto a Fran Escribá, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Generelo, junto a Fran Escribá, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Toni Galán

Fran Escribá se ha traído al Zaragoza una herencia envenenada de su pasado en el Elche y ahora el club, su departamento jurídico, trabaja a toda máquina para que esa sanción de cuatro partidos traída de su anterior equipo permita al técnico valenciano sentarse en el banquillo. El contratiempo es severo por el momento: los primeros pasos de Escribá al frente de la pizarra, la necesidad de una corrección del rumbo, la conveniencia de que el entrenador ofrezca una referencia cercana e inmediata desde la banda en los partidos… Nunca es buen momento para suspensiones de este tipo, pero aún lo es menos en una situación tan delicada como la que sufre el actual Zaragoza.

Mientras en las diferentes instancias disciplinarias -primero es el turno de Apelación y más tarde, llegado el caso, del TAD- se decide si se aceptan los recursos y reclamaciones del Zaragoza, el orden de jerarquías del cuerpo técnico de Escribá pone en el primer plano a David Generelo.

Durante el próximo mes, el exfutbolista críado y desarrollado en la Ciudad Deportiva va a tener la oportunidad de ser la referencia técnica en el banquillo durante los partidos del equipo contra Burgos, Ibiza, Albacete y Leganés, hasta el parón navideño. Escribá seguirá al mando: las ideas, el método, las decisiones, la gestión del grupo, la supervisión y validación del plan del partido… El técnico valenciano seguirá marcando la pauta y ejerciendo de máximo responsable, pero la batalla la tendrá que dirigir uno de sus comandantes.

Un David Generelo convertido en el principal asistente de Escribá desde que éste firmara en el Celta de Vigo. Después, le invitó a acompañarlo al Elche y, cuando Raúl Sanllehí y los dirigentes del Real Zaragoza le ofrecieron el cargo tras el despido de Juan Carlos Carcedo, no dudó en llamarlo. Generelo iba a desempeñar, como toma de tierra de Escribá con Zaragoza, un papel destacado, como así ha sido en estas primeras semanas: le ha explicado al técnico las singularidades del club, de la afición, del equipo; de qué pie cojean unos y otros; cómo se viven las derrotas, cómo se disfrutan las victorias; qué fútbol gusta más, qué fútbol gusta menos… Generelo ha sido un apoyo sustancial en estos primeros días para Escribá más allá del campo de entrenamientos, donde es su asistente táctico, pero también, por una cuestión generacional -Generelo tiene aún 40 años y compartió, por ejemplo, equipo con Zapater-, un engranaje fundamental entre el cuerpo técnico y el vestuario.

No será la primera vez que el extremeño se asome durante un partido a responsabilidades principales. Aunque Generelo se ha asentado como segundo de Escribá en los últimos años; ya fue primer entrenador del Oviedo durante 13 partidos en la temporada 2015-2016 en Segunda División. Relevó entonces a Sergio Egea, y Generelo, que había sido un futbolista estratégico del Oviedo en los años previos, pasó prácticamente así del campo al banquillo. Aquella experiencia le curtió -era el tramo final de la temporada- y le ofreció varias de las claves de la vida de un entrenador durante los partidos del máximo nivel. Lecciones que, seguramente, le serán de utilidad práctica cuando en los próximos partidos del Zaragoza, con Escribá en la grada, deba dar un paso al frente en la banda. 

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