fútbol

La Copa exige una victoria

El Real Zaragoza se pide un esfuerzo adicional ante el Burgos para avanzar en su torneo fetiche.

Iván Azón, que regresará a la titularidad, en una sesión de entrenamiento.
Iván Azón, que regresará hoy a la titularidad, en una sesión de entrenamiento.
Francisco Jiménez

La Copa forma parte del genoma del Real Zaragoza. Como el río que la abraza, el Ebro, un curso de agua que se desborda con relativa periodicidad. De la misma forma, se desbordó el Zaragoza en los 60, en los 70, en los 80, en los 90, hasta en este siglo para coleccionar títulos y de paso enseñar cada década cómo se juega de verdad a esto del pelotón. Sin duda, el torneo oficialmente denominado Campeonato de España-Copa de Su Majestad el Rey constituye una porción esencial de la historia del equipo del león rampante. Tuvo que esperar hasta el siglo XXI el Barça para superar la tacada de cuatro finales consecutivas de Los Magníficos en los 60, igual que tuvo que aguardar hasta nuestro siglo para superar el número de títulos del Athletic de Bilbao. Es la mística de la Copa, el aroma inconfundible de la competición que invita a la transgresión. Hoy en día, el Zaragoza sigue siendo el séptimo club español en títulos coperos conquistados (seis títulos y 11 finales). Ojo: aún por encima del Sevilla (cinco títulos y nueve finales) y de campeones ligueros como la Real Sociedad o el Dépor. Todo eso es y todo eso se ventila, aunque hoy se vista con ropas humildes, esta noche ante el Burgos en el estadio de La Romareda.

Cualquier dato de los anteriormente enumerados denota la trascendencia de la cita. Ayer anunció Juan Ignacio Martínez rotaciones. Jueguen los que jueguen, y jugará un once muy aproximado al que jugó en La Palma frente al Mensajero, el Zaragoza tiene ante sí el reto de pasar de ronda para avanzar en el torneo fetiche del club aragonés. Jim cambiará toda la defensa, haciéndole un espacio a Ángel López, el juvenil que tan bien lo hizo en la pretemporada. En el centro, Lluís López recuperará la titularidad, con Clemente, goleador ante el Mensajero, a su lado. Nieto cubrirá el costado izquierdo. En el medio, Eguaras y Zapater portarán la brújula, con el auxilio de Igbekeme y Adrián. También Yanis, que asistió a Clemente en el decisivo gol de La Palma, e Iván Azón como referencia ofensiva.

No ha habido demasiados días para descansar después del repaso de Almería (3-0), el único partido de este curso en el que hasta la fecha el Real Zaragoza ha sido superado con holgura por su rival. El factor fatiga, además del deseo de Jim de socializar los minutos para hacer partícipes del objetivo a todos los jugadores, invitan a mover un once que se exigirá un esfuerzo adicional. El rival reúne más dificultades de las que podría sugerir un recién ascendido. El Burgos ha subido a Segunda para quedarse. Después del revés que sufrió ante el Zaragoza en El Plantío el pasado 4 de noviembre, los castellanos se han venido arriba. En los últimos seis encuentros, solo han encajado un gol, el que les metió Rubén Castro en Cartagena el pasado 21 de noviembre. En la Copa del Rey, supieron sobrevivir en el primer cruce, dirimido en Extremadura ante el Montijo. Marcó Riki en el tiempo añadido, pero el asunto en la Copa es pasar (0-1).

Eso se exige hoy el Real Zaragoza, una victoria para continuar en su competición favorita, en la que más ha gozado y ha hecho gozar. La magia de Los Magníficos, el latrocinio de Segrelles a Los Zaraguayos, el gol de Rubén Sosa a Urriti, el paradón de Andoni Cedrún a Salva, el cabezazo de Xavi Aguado en La Cartuja o el efecto mágico de Galletti en Montjuic forman parte de la épica del club, una epopeya grabada a fuego en la competición más pura y sincera de cuantas existen, la que no respeta galones ni condición social... La que ha hecho grande al Real Zaragoza.

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