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El anterior 0-0 en un debut liguero en La Romareda, hace 19 años con el Córdoba

Desde 2002, también en Segunda en la temporada con Paco Flores como entrenador, no se daba un inicio sin goles en casa.

Corona conduce la pelota ante un rival cordobés, con Galletti siguiendo la jugada por detrás, en el partido Real Zaragoza-Córdoba del inicio de la liga 2002-03 que acabó 0-0 en La Romareda.
Corona conduce la pelota ante un rival cordobés, con Galletti siguiendo la jugada por detrás, en el partido Real Zaragoza-Córdoba del inicio de la liga 2002-03 que acabó 0-0 en La Romareda.
Oliver Duch

Frío, decepcionante, aburrido, pesado... todo eso suele destilarse entre los observadores después de un empate a cero sin goles en un partido de fútbol. Mucho más si se analiza desde el prisma de equipo local. Y aún más si es en la primera jornada de una liga, tras el tiempo expectante de un verano. Esto es lo que rumia desde la noche del viernes el zaragocismo tras el 0-0 de la jornada 1 del torneo liguero 21-22 que dio comienzo ante el recién ascendido –y debutante en el ámbito profesional– Ibiza. Es una sensación un tanto vacía de datos, de resortes anímicos, de elementos estimulantes de cara al futuro que aguarda en los próximos nueve meses.

Hacía 19 años, casi dos décadas, que no se daba un 0-0 tan gélido e impersonal en La Romareda en un primer partido de la nueva campaña. Fue el 1 de septiembre de 2002, ante el Córdoba, curiosamente también en uno de los pasos –entonces breves, de un solo año– del Real Zaragoza por la Segunda División. Fue el año de Paco Flores Lajusticia. Aquel de «el que quiera ver espectáculo, que se vaya al circo», frase mítica del técnico catalán, con raíces directas en Ambel y Borja, antes del principio de la temporada en lo que fue una declaración de intenciones que, tras aquel 0-0 inicial, empezó a generarle un medio ambiente denso que duraría hasta el final del curso. Ahora bien, Flores pasó a la historia como uno de los entrenadores que cumplió con éxito su mandato único aquel año: ascender al Real Zaragoza a Primera del tirón, en solo unos meses, como fuera, bajo cualquier premisa. Y lo hizo a su manera, ante el reconocimiento general.

El valor del primer paladar

Las primeras impresiones, las de las jornadas inaugurales, suelen tener su aquel entre la afición. Son termómetros anímicos, detalles olfativos para que muchos se vayan haciendo su composición de lugar. No es algo infalible, pues después la liga es muy larga y voluble, pero siempre genera debate lo visto en el estreno. Y hoy, aunque se sabe que el equipo está en fase provisional, a falta de restauraciones claves, el 0-0 con el Ibiza emite parecidas vibraciones a aquel de 2002, en un pésimo partido ante el Córdoba.

Viendo la alineación de la que dispuso Paco Flores entonces, muchos soñarán con el imposible de trasladar a las personas en el tiempo y poder armar un equipo como aquel en el duro presente de 2021. Porque, hace 19 años, los que dejaron al zaragocismo mosqueado por su deficiente actuación ante los cordobeses en aquella fea igualada inicial fueron Miguel Martínez (Láinez estaba sancionado tras los incidentes en Villarreal el día del descenso de Primera meses antes); Ferrón, Paco Jémez, Komljenovic, David Pirri; Jesús Muñoz, Generelo, Corona; Galletti, Yordi y Vellisca. También jugaron Cani, Aragón y Espadas. Y en el banquillo se sentaron Jamelli, Soriano, Rebosio, Cabrero...

Cierto que, en estos 20 años, ha habido inicios peores. En Primera, aquel 0-6 ante el Real Madrid para que Aguirre abriera boca de lo que se le venía encima. O sendos 0-1 frente al Deportivo de La Coruña y el Valladolid. Eso si que duele, empezar estrellándose en casa con una derrota el primer día.

Pero en el tramo último en Segunda –noveno año ya encadenado–, siempre había ganado el Zaragoza en La Romareda hasta que hace 12 meses Las Palmas logró un 2-2 en el primer duelo del curso pasado tras el accidentado verano pandémico. Aquí cayeron antes el UCAM Murcia (3-1), el Rayo Majadahonda (2-1) –ambos novatos como el Ibiza– y el Tenerife (2-0).

Es la segunda vez seguida que se patina en casa en el estreno. Cabe esperar que, como el año de Flores, todo pueda acabar con el ansiado ascenso. Superstición legítima.

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