fútbol
El mismo Real Zaragoza del año pasado no pasa del 0-0 ante el debutante Ibiza
En un flojo partido, los de Jim demuestran que no existe pólvora atacante ni creatividad de juego con la actual plantilla, aún muy incompleta a falta de muchos fichajes de enjundia.
El Real Zaragoza empató sin goles ante el Ibiza en el estreno de la liga 21-22 en un mal partido que, por hechuras, pareció la continuidad de la pasada liga y nunca el inicio de una nueva con aires distintos. La vuelta del público a las gradas dotó al duelo de un ambiente ilusionante al principio que, poco a poco, fue disolviéndose ante la incapacidad de los aragoneses para imponerse a un rival sin muchos argumentos más allá del orden y el entusiasmo.
Como atenuante global es necesario reseñar que el partido comenzó con 35 grados agobiantes y que apenas varió esa intolerable temperatura en toda la velada. Cosas de jugar un 13 de agosto. Y ya dentro de ese envoltorio, el primer tiempo dejó un paladar amargo por la escasa calidad del juego desplegado por el cuadro zaragocista, obturado en su tridente central formado por Eguaras, Francho e Igbekeme (Zapater fue suplente y ni calentó) y sin suministro alguno a la delantera, con Bermejo caótico en su aportación, Narváez sin continuidad y Azón desaparecido.
El equipo aragonés tuvo 5 minutos, los primeros, engañosos. Espoleados por los añorados ánimos de la afición en su regreso a los graderíos, los blanquillos atacaron con ganas el área del debutante Ibiza. Francho remató fuera por poco en el 3 y, uno más tarde, Bermejo desperdició una falta preciosa al borde del área, lanzando a la barrera. Algo que haría poco después Eguaras. Sabido es que el Real Zaragoza, sin Zapater en el campo, no tiene lanzadores solventes. Una carencia grave del pasado. Pero hasta ahí duró su fuelle. El Ibiza se descaró, con una presión alta mucho más eficaz que la de los locales, con más velocidad en los desbordes de sus futbolistas y así empezó a llegar peligró al área de Cristian Álvarez.
Grima, tras el rebote de una falta provocada por un error de Francés, tuvo la primera opción de gol balear en el 9. Le siguió Ekain en el 27, cabeceando alto uno de los varios córneres que forzó el cuadro ibicenco por su persistencia ante el área zaragozana. Entremedias, el equipo de Jim sufría para tener la pelota, con Gámez gris en su estreno, sin desborde, y con Chavarría torpe en los centros y pases definitivos. Bermejo desesperó al equipo con sus pérdidas y sus faltas tontas constantes. No hubo flujo de juego. Nada. Disparos lejanos de Chavarría (minuto 13), Narváez (en el 16) e Igbekeme (en el 38) fueron lo único que probó el Zaragoza en este grumoso primer periodo, desesperante por momentos. A los puntos, en boxeo, hubiese sido mejor el Ibiza antes del descanso, más fiel a un estilo, sin apenas errores en su propuesta.
Jair fue el mejor zaragocista en los 45 primeros minutos. Eso lo dice todo. Ágil al corte, bien por alto, disolvió muchas jugadas de serio peligro insular. Y, claro está, la ausencia de gol, sin un solo delantero fichado todavía para llenar una delantera casi desierta, fue un pecado mortal como tantas veces el año pasado.
El segundo tiempo necesitaba de múltiples reparaciones de Jim. Menos mal que el Ibiza, en punta, tampoco se mostró hasta entonces nada afilado. De haberlo sido, el 0-0 inicial hubiera sido difícil de mantener porque hubo muchos agujeros en zonas de peligro en el sistema defensivo blanquillo.
El partido se reanudó pasadas las 11 de la noche con igual calorazo y sin cambios en ningún equipo. En la primera jugada, Ekain estuvo cerca del 0-1, cabeceando un centro al segundo palo que Francés echó a córner junto al poste. Un susto serio para abrir boca y ponerse en alerta máxima. El Ibiza salió infinitamente mejor de la caseta, para decepción de los zaragocistas. Todas las disputas eran para los visitantes, que ocupaban mucho mejor los espacios. Los ibicencos corrían como motos y los zaragocistas iban con diésel agrícola. Algo no funcionaba según lo previsto.
Sobre el cuarto de hora, minuto 60, el Ibiza bajó el pistón y el Zaragoza, con Igbekeme más dinámico, comenzó a tocar el balón con cierto sentido. Se abrió un punto de luz entre la espesura. Carcedo, el entrenador balear, movió el banquillo el primero, viendo que se le caía el equipo. Jim tardó más en reaccionar, fiel a su estilo de la vieja escuela. El primer cambio fue Adrián por Eguaras, que se fue lesionado a falta de 21 minutos. Mientras tanto, Bermejo terminó por histerizar a todo el mundo por sus malas decisiones. En el 73, Jim lo retiró y ofreció el debut al vasco Sainz.
Hasta el 73 no hubo una jugada con unas gotas de peligro. Un centro raso de Chavarría lo remató fuera en carrera Narváez. Poca cosa, pero que pareció mucho entre la inanición global. Así estaban las cosas de feas por entonces. En el 78, Sainz disparó alto, con poco ángulo, tras una excelente jugada de Adrián, que esperaba el centro. Y el Ibiza replicó por primera vez en el 79, en un chut potente de Appin desde la corona del área que rechazó con apuros Cristian Álvarez. Era ya el momento en el que un gol decantaba la victoria, si alguno de los dos era capaz de ver portería a través de las anteojeras. Jim le dio los últimos minutos al joven Puche, su ojito derecho en pretemporada, que se estrenó así con el primer equipo. Y también hizo debutar a Petrovic pese a su baja forma reconocida. Todo ya a la desesperada.
En el minuto 87, Narváez tuvo el triunfo en su bota derecha, pero falló el pase atrás en el área que le sirvió Chavarría por raso. Una pena porque ahí se podía haber arreglado esta mala noche en general. Y el partido acabó al revés de lo deseado, en el área zaragocista y con incertidumbre.
El 0-0 es hoy en día, seguramente, el marcador mejor al que puede aspirar el Real Zaragoza incompleto, sin delanteros ni creatividad con el que ha tenido que comenzar Jim esta nueva campaña. La sensación final fue como si, realmente, nada hubiera cambiado y todavía se estuviera jugando la liga pasada. No hay más que decir. O se refuerza con solvencia el equipo de aquí al día 31 o el devenir de los acontecimientos tenderá a irse por caminos poco llanos.
Ficha Técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Francho, Eguaras (Adrián González, 69), Igbekeme (Petrovic, 81); Bermejo (Sainz, 73), Narváez; y Azón (Puche, 81).
UD Ibiza: Parreño; Grima, Rubén González, Goldar, Morillas; Molina, Javi Pérez (Javi Lara, 91); Cifuentes (Appin, 64), Bogusz (Miki Villar, 85); Castel (Rodado, 91) y Ekain (Davo, 64).
Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Amonestó a Rubén González (3), Gámez (18), Goldar (70) y Petrovic (86).
Goles: No hubo.
Incidencias: Noche tremendamente calurosa en Zaragoza, con 35 grados al inicio del partido (las 22.00), agobiante sensación. El césped de La Romareda presentó un buen estado pese a la dura meteorología veraniega. Habrá público en las gradas año y medio después de la fractura por la pandemia de covid. Sobre un máximo de 14.000 espectadores permitidos (el 40% del aforo), acudieron por primera vez en año y medio a la grada unos 8.000 seguidores, con una simbólica representación ibicenca de 9 aficionados llegados desde la isla. Se guardó un minuto de silencio en memoria de todos los zaragocistas fallecidos en el tiempo de pandemia.
