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La juventud es el futuro del Real Zaragoza

Francés, Francho e Iván Azón constituyen la base sobre la que edificar el nuevo equipo.

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Arriba, Francés. Abajo, Francho y Azón.
Galán/LOF/Duch

Futuro. Y también presente. Alejandro Francés, Francho Serrano e Iván Azón constituyen el espinazo del Real Zaragoza, la columna vertebral sobre la que galopar hacia Primera División. Brotados de la Ciudad Deportiva, un centro de formación de vanguardia nacional pese a las limitaciones económicas del club, no solo se han consolidado como titulares en el equipo del león, sino que se han erigido por derecho en referentes indiscutibles del conjunto aragonés.

Alejandro Francés ha adquirido un rol dominante en la defensa. Mezcla bien con Jair y Peybernes. Ya jugó tres encuentros en el curso anterior con Víctor Fernández, aunque en la demarcación de lateral derecho. En el centro muestra toda su solvencia. Ha disputado 28 partidos, con un total de 2.271 minutos en el campo. Su citación para la selección española sub-21 (todavía es sub-19…) ubica en una posición de jerarquía en el fútbol de formación nacional a este defensa sólido capaz de rendir en las cuatro posiciones de la zaga. Dotado de muchísima calidad en el control y el pase, y de un excelente juego aéreo. También ha jugado en su etapa formativa como mediocentro defensivo pues, además de tapar, sabe dialogar con la pelota. Llegó a la Ciudad Deportiva desde la fértil cantera del Balsas Picarral. Sus excelentes condiciones físico-técnicas le hicieron invertir el orden natural y comenzar a jugar en el fútbol base zaragocista en categorías superiores a su edad. Ahora invierte órdenes naturales con el equipo nacional sub-21…

Francho se ha hecho un sitio en un centro del campo en que habitan hombres como Alberto Zapater o Íñigo Eguaras. Con 31 presencias, prácticamente solo se ha quedado fuera cuando estuvo confinado por la pandemia de la covid. Sus 2.348 minutos en el prado también plasman su influencia en el juego. Ha marcado un gol, el que abrió el trascendental triunfo ante el Castellón. De la añada de 2001. Jugador de talento con extraordinaria capacidad para combinar con cualquier tipo de futbolista. Esto es, capacidad de adaptación. Esto es, inteligencia. Fluidez con el balón para encontrar una respuesta sencilla a cualquier situación, que es lo difícil en el fútbol. Líder del magnífico equipo juvenil ganador de la Liga y la Copa de España con Iván Martínez. Es la expresión en el campo del ideario futbolístico del entrenador, el cerebro en el campo del técnico.

Iván Azón ha jugado menos que sus compañeros de aventuras (1.012 minutos), pero su función en el campo en modo alguno es menor. Todo lo contrario. Estamos ante el jugador del Real Zaragoza absolutamente diferencial, del hombre que más condiciona el esquema del enemigo. El futuro del equipo aragonés pasa por sus goles. Llegó en edad alevín procedente del vergel del Amistad. Muy veloz, muy fuerte, muy resistente, muy elástico. Excepcional juego aéreo, notable juego de espaldas. Tiene gol aunque no lo alimenten: Iván Azón se sabe buscar el bocado solo. Además de un delantero descomunal, Iván Azón es el mejor defensa del Real Zaragoza, la fuerza de la naturaleza que consigue echar 10 metros atrás la línea defensiva rival. Capaz de repetir esfuerzos explosivos de forma reiterada. Los clubes de tronío se pegaron por él durante el pasado verano. Su familia y él decidieron que permaneciera en Zaragoza para poder seguir creciendo en un ambiente familiar y poder desarrollar sus estudios universitarios. Y para ilusionar por fin al zaragocismo...

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