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JIM, memorias de Almería

El Almería, próximo rival, fue la última etapa en España de JIM antes de su éxodo oriental en China y Kuwait y su retorno, más de cuatro año después, con Zaragoza como destino.

Real Zaragoza
Juan Ignacio Martínez dirige desde la zona técnica.
Mestre/Galán

En el universo de los entrenadores se habla de la ‘rueda’ como ese escaparate de oportunidad profesional, exitoso momento y vida al día en el que el presente lo es casi todo y en el que brilla con más fulgor el nombre, cincelado con trabajo y resultados por cada cual o investido por otras razones más alejadas del mérito estricto en un banquillo, un nombre y un momento siempre a merced de la justicia implacable que los resultados ejercen en el fútbol. Una rueda que funciona como las acciones de la bolsa: las victorias te suben a su cresta y la derrotas te hunden en su fondo.

Juan Ignacio Martínez se enroló en el Real Zaragoza cuando el fútbol español prácticamente lo tenía olvidado después de cuatro años implicado en aventuras orientales, entre China y Kuwait. JIM necesitaba un proyecto a fondo perdido como ese Zaragoza desahuciado de diciembre para reactivar su figura. Desde 2015 no tocaba un banquillo nacional. Estaba fuera de la ‘rueda’: la última experiencia había sido el Almería, un Almería muy distinto al que este domingo se le pondrá enfrente en La Romareda. Aquel Almería no tenía el seductor y faraónico aroma del actual. No se le caían los dineros de los bolsillos a ninguna celebridad pérsica. Pero ese Almería jugaba en Primera. Y allí, intentando reternerlo en la elite, entrenó JIM durante medio año, 17 partidos (14 de Liga y 3 de Copa) tras los que acabó despedido. Fue un golpe seco en la trayectoria que el técnico alicantino había impulsado en el Cartagena y sobre todo en el Levante europeo. Después de esa triunfal proeza que puso a JIM en el mapa del fútbol y su nombre se ganó el prestigio que explica que ahora entrene al Zaragoza; la rueda comenzó a girarse: dejó el Levante, se fue del Valladolid después de descenderlo al frente del banquillo y así llegó al Almería. Un equipo a pique en la clasificación en diciembre de 2015. Destituyeron a Francisco Rodríguez y pusieron a JIM en la misión de reflote.

Comenzó bien, con dos victorias seguidas, encadenó algunas derrotas, enlazó después un par de triunfos… Logró poner al Almería sobre la línea del descenso a un equipo que contaba con el zaragozano Fernando Soriano, el exzaragocista Corona y varios jugadores emergentes como Édgar Méndez o Thomas Partney. El equipo, con JIM, era un conjunto con problemas en su estadio, más solvente fuera, pero se mantenía vivo en esa irregularidad. El 5 de abril de 2016 lo mandaron a la calle después de siete jornadas sin ganar y caer por primera vez al descenso desde la llegada de JIM. Era la jornada 29. El primer despido -y único- de la carrera de JIM en el fútbol profesional español con la temporada en curso (también dejaría el Albacete a falta de pocas jornadas del final en Segunda tras salvarlo de mutuo acuerdo con el club). El Almería ya no levantaría cabeza: se fue a Segunda División.

JIM, mientras, se dio un tiempo de reflexión de un año. No firmó por ningún banquillo español y aceptó en septiembre de 2016 la propuesta del empresario chino Xu Genbao, dueño de La Hoya Lorca, como asesor. Apenas duró un mes: esa vinculación le abrió las puertas del fútbol chino. JIM dejaría españa y buscaría fortuna en la segunda división de China, en los clubes Shanghai Shenxin F.C. y Meizhou Meixian Techand.

Después de su abrupta salida del Almería, JIM no consideró regresar a España y probó en el Al-Arabi de Kuwait. Y así, después de cuatro años, cuando parecía en el limbo de los entrenadores nacionales, le sonó un teléfono conocido: Miguel Torrecilla. Le devolvía así a la rueda de la que salió disparado tras su paso por el Almería.

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