fútbol

El Zaragoza, con alegría y con Alegría

El cuadro de Jim visita Albacete lleno de optimismo y con los fichajes de Peybernes y Alegría.

Real Zaragoza
Jim, junto a los jugadores en La Romareda.
Javier Belver

Una cosa es alegría y otra Alegría. El orden de los factores, en este caso, sí afecta al producto. El Real Zaragoza tiene (o ha recuperado) la alegría y ha fichado a Álex Alegría, un delantero educado en el sufrimiento de la Segunda División que espera ayudar en la anotación a Juanjo Narváez. Pero más que Alegría, lo verdaderamente importante es la alegría, esa energía que licúa el conjunto aragonés desde que hace un mes Juan Ignacio Martínez asumiera la gestión del colectivo. Siete puntos en tres jornadas han devuelto a la vida a un Real Zaragoza que logró clausurar la primera vuelta fuera de los puestos del descenso, con 20 puntos, e instalado en la decimoséptima plaza de la tabla. En serio, todo un logro, considerando que hace tres partidos solo sumaba 13 puntos y estaba hundido en el pozo de la clasificación.

Más que de una estructura táctica concreta, de este o ese esquema de juego, cabe hablar de otros valores como generadores de esta reacción que ha permitido al Real Zaragoza escapar de las brasas del descenso. Porque Jim comenzó jugando con su clásico sistema 4-4-2, pero como mejor se expresó fue con el 4-2-3-1 con el que se superó con holgura al Logroñés (2-0) en la última comparecencia. También ha cambiado la suerte, pues hasta Filomena tuvo el detalle de esperar a que el Zaragoza le ganara al Logroñés para depositar la nevada de lo que llevamos de siglo en la capital aragonesa. Pero, sobre todo, ha cambiado la actitud. No la aptitud con pe, que es la que es aunque ahora parezca mayor, sino la actitud con ce, la capacidad volitiva de un conjunto que ahora sí cree. Porque el Zaragoza ahora cree. Creer primero para crear después. Apenas hay una letra de diferencia entre creer y crear. Esa escuálida letra representa una inmensidad. Esa inmensidad ha logrado Jim. Además, lo ha hecho sin estridencias, sin historias raras. Todo a partir del cariño y la confianza. Así, se ganó sufriendo al Lugo (1-0), se rascó un punto muy currado en Cartagena (1-1) en un partido con cinco claras ocasiones de gol, y se venció silbando al Logroñés (2-0). Son las cosas del querer... El Zaragoza ahora quiere. Por eso gana.

Ya cayó en el olvido el Zaragoza timorato de Baraja. Iván Martínez, además de poner a tres chavales que son el futuro del club, le hizo avanzar metros en el campo. Ahora, además de avanzar, suma. El repaso al Logroñés, además de confirmar que en la zona media de la tabla también hay equipos que pueden acabar en Segunda B, plasmó la progresión grupal del conjunto. Esta es la última referencia, la base sobre la que Jim va a intentar seguir edificando. Por fin fuera del descenso, ha tenido dos semanas para preparar el partido. El técnico ha seguido repartiendo cariño (ayer tuvo palabras de agradecimiento hasta para los jardineros...). Además, ha pulido aspectos técnicos, lo que él llama ‘cositas’. Entre esas ‘cositas’, podría estar censado Adrián González, que parece listo para jugar tras su lesión. Aunque, como lo que bien funciona no conviene alterarlo, la línea de mediapuntas que brilló ante el Logroñés (Zanimacchia, un espléndido Bermejo y la dinamita de Narváez) sería bueno que siguiera. En el redondel, en el doble pivote, Eguaras y Francho Serrano también se han consolidado a los mandos. La novedad atrás la constituye la baja por sanción de Chavarría, que será cubierta por Nieto, con Vigaray, el chaval Francés y Jair para el resto de la retaguardia. Arriba, como referencia ofensiva, quizá tenga la enésima oportunidad de jugar y por fin marcar el Toro Fernández, que hasta ahora ha jugado mucho y ha marcado poco. Mejor dicho, nada. Iván Azón ha demostrado y marcado mucho más. Y ahora también tenemos a Alegría. Alegría para un equipo que por fin destila alegría.

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