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La pretemporada exprés de Iván Martínez

El nuevo técnico dispone de más de una semana para inculcar sus nuevas ideas en la plantilla. El entrenador insistirá en asentar el rombo y la presión rápida como sus dos principales máximas.

Iván Martínez conversa con sus ayudantes mientras los jugadores realizan un ejercicio de suave carrera en La Romareda.
Iván Martínez conversa con sus ayudantes mientras los jugadores realizan un ejercicio de suave carrera en La Romareda.
Guillermo Mestre

Iván Martínez va a tener cierto tiempo, un bien escaso en esta apretada y constreñida Segunda División, para moldear a su gusto el Real Zaragoza. El joven técnico aragonés dispondrá ahora de más de una semana –casi nueve días– para preparar el encuentro del próximo domingo en El Toralín de Ponferrada pero, sobre todo, para dar forma a su nueva idea de fútbol, ciertamente alejada de la que venía proyectando el equipo con Rubén Baraja, su antecesor, en el banquillo. Iván Martínez, en este sentido, ha tenido cierta fortuna con el calendario, ya que el equipo aragonés venía enlazando desde hace un mes partidos intersemanales sin tregua. Jugó un jueves en Leganés (1-0), repitió al siguiente jueves en Miranda de Ebro (1-0) y recibió en un miércoles al Girona en La Romareda (2-2).

En las últimas fechas, Rubén Baraja apenas logró encadenar cuatro entrenamientos seguidos para preparar un partido, circunstancia de la que ahora sí que disfrutará Iván Martínez hasta que el Zaragoza visite Ponferrada el próximo domingo 22 en un encuentro programado a las 21.00. El equipo descansará hoy tras entrenar de nuevo ayer, pero desde mañana completará una intensa semana de trabajo táctico comprimido.

Iván Martínez insistirá en esta pretemporada exprés en dos conceptos básicos que ya impulsó en el estreno ante el Oviedo: el rombo como sistema de cabecera y la presión rápida como idea primaria de juego. El técnico aragonés, como ya se vio en su puesta de largo ante el Oviedo, quiere un Zaragoza que acumule gente por dentro –el rombo junta hasta cuatro futbolistas interiores en su ideario– para sorprender por fuera, con laterales profundos. Ante los asturianos, Zapater fue el interior derecho y Ros el izquierdo, con Eguaras en la punta inferior del vértice y Bermejo como mediapunta. "La apuesta de Zapater y Ros con Eguaras es porque queríamos una personalidad y un sentido táctico dentro del campo. Ellos ya habían trabajado el rombo –en referencia a la etapa en la que el Zaragoza jugó con ese sistema de la mano de Natxo González–. Queríamos que ayudasen a los delanteros a colocarse bien, a estar juntos, que es algo que conseguimos en la primera mitad", relató Martínez en su análisis del encuentro.

Sin embargo, fue con James Igbekeme y Francho Serrano en los interiores cuando el Real Zaragoza acumuló más llegadas y pisó con más mordiente el área rival, a pesar de que el equipo terminó con diez futbolistas tras la expulsión de Alejandro Francés. Especialmente llegaron a línea de fondo Tejero y Chavarría, los laterales. De hecho, el Zaragoza centró en 24 ocasiones desde los costados frente al Oviedo, pero solo fue capaz de rematar tres veces. Un registro que habla del trabajo de conjunción que tiene ahora por delante el nuevo entrenador.

La otra máxima en la que va a asentar su idea de juego Martínez es en la presión rápida tras pérdida. En este aspecto concreto del juego, el de tratar de recuperar el balón presionando de inmediato tras perderlo, es quizá en lo que más se notó su mano en relación a la propuesta anterior de Baraja. Con el pucelano en el banquillo, la orden era clara:replegar y recuperar la posición, acumulando siempre muchos futbolistas por detrás de la pelota. Baraja quería un equipo ordenado sin balón, que limitara al máximo los contragolpes del adversario. Sin embargo, el técnico zaragozano quiere un equipo que recupere pronto la pelota, siendo más agresivo y vertical en la zona de tres cuartos de campo. En este sentido, el Zaragoza también tiene mucho margen de mejora y maniobra.

Dominar las dos áreas

Aunque, en el aspecto en el que Iván Martínez tiene más trabajo por delante es en el de convertir al Zaragoza en un bloque que domine las dos áreas del campo. Para que el Zaragoza vuelva a ser un equipo competitivo en esta Segunda División necesita minimizar al máximo sus errores en defensa y rentabilizar al máximo sus llegadas en ataque. El Zaragoza 20-21 es un conjunto que encaja demasiados goles en las no demasiadas ocasiones que recibe y que anota poco en las mínimas oportunidades que genera por jornada. Por ahí, en el ‘ABC’ más básico del fútbol, se explica principalmente la actual situación clasificatoria del Zaragoza y por ahí es por donde debe comenzar el trabajo desde el banquillo de Iván Martínez en esta pretemporada exprés que tiene por delante.

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