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El extraño caso de la leve sanción a Darwin Núñez, estrella del Almería
El goleador uruguayo del equipo andaluz, uno de los cuatro de la Promoción, solo ha sido sancionado con un partido tras unas agresiones citadas en el acta por el árbitro hace cuatro días en Ponferrada.
La resolución del Comité de Competición, hace tan solo tres días, respecto del caso de Darwin Núñez, delantero goleador y estrella del Almería, es motivo de sorpresa, debate y estupefacción en diferentes clubes de la categoría. Todo porque el ariete uruguayo solo ha sido castigado con un partido de suspensión (que cumplió anteanoche ante el Málaga en el último encuentro de la liga regular) tras un altercado con jugadores de la Ponferradina al término del duelo en El Toralín de la penúltima fecha, el pasado viernes, día 17.
El árbitro de esa noche, el madrileño Ortiz Arias, reflejó en el acta lo siguiente: «Jugador: Darwin Gabriel Nuñez Ribeiro. Expulsado una vez finalizado el partido, a pesar de no poder mostrarle la tarjeta roja y estando sobre el terreno de juego, provocó un confrontamiento con jugadores de la SD Ponferradina propinando un cabezazo a un jugador del equipo adversario. Instantes después lanzó varias patadas y sendos manotazos a varios jugadores del equipo adversario, no llegando a ver los integrantes del equipo arbitral si impactaba en ellos o no».
En ese altercado se vieron involucrados –y señalados en el acta asimismo– el jugador berciano Noguera (argentino) y el también almeriense Jonathan Silva (brasileño), que «propinó un golpe con la mano impactando en la cabeza de un adversario y acto seguido se dirigió corriendo hacia vestuarios», según el árbitro.
A todos ellos, el Comité de Competición castigó únicamente con un partido de sanción, cuando lo que, por el calado y gravedad de lo escrito por Ortiz en el documento oficial del partido, se esperaba un mínimo de cuatro partidos por entrar en el ámbito de la agresión y no del menosprecio, mucho más con el partido ya concluido y sin el balón en juego. Así, Darwin jugará la Promoción, en la primera ronda ante el Girona.
El Comité acabó aplicando el artículo 122 del Código Disciplinario de la Federación, que alude a «conductas contrarias al buen orden deportivo, cuando se califique como leve» lo acontecido.
Aún extraña más que el castigo a Darwin, tras la contundencia de la redacción del acta arbitral, sea de tan solo un partido cuando se lee la justificación del propio Comité de Competición para «la desestimación de las alegaciones y la imposicion de las consecuencias disciplinarias de la acción señalada en el acta arbitral». Porque, en efecto, el recurso del Almería no fue tenido en cuenta.
El club rojiblanco alegó que «en ningún momento nuestro jugador (Darwin) propina un cabezazo a ningún jugador rival, ni manotazos o patadas, sino que todo se queda en unos empujones y después se aleja inmediatamente...». El comité contestó al Almería que «nada de esto se deduce de modo inequívoco de las imágenes aportadas». Es una resolución llamativa por leve y contradictoria.
