real zaragoza

El Zaragoza exigirá garantías sanitarias para sus jugadores, técnicos y empleados

Los planes del fútbol español de reanudar la temporada a puerta cerrada han despertado una corriente de debate y duda sobre los riesgos de contagio y sus posibles efectos en la competición.

Luis Suárez, entre risas y chanzas, saluda al cuerpo técnico al incorporarse tarde al entrenamiento de este jueves en la Ciudad Deportiva.
Luis Suárez bromea con Víctor Fernández en un entrenamiento.
Toni Galán

El Real Zaragoza ya maneja la hoja de ruta de la posible vuelta al fútbol entre mayo y junio, aunque cualquiera de sus pasos, decisiones y medidas se supeditarán a la plena seguridad de sus jugadores, técnicos y empleados. El club aragonés, de este modo, exigirá garantías sanitarias para todos ellos antes de exponerlos a los posibles riesgos de la coyuntura pandémica cuando se retomen los entrenamientos y la competición a puerta cerrada.

El fútbol español tiene ya estructurada y pautada la reanudación de la competición cuando las autoridades sanitarias, de acuerdo a la evolución de la pandemia del coronavirus, lo permitan. 

LaLiga y la Federación Española, con el Consejo Superior de Deportes como organismo supervisor y aglutinador, han establecido las bases para el regreso del fútbol tan pronto como sea posible, con el objetivo de salvaguardar contratos comerciales, laborales y toda el andamiaje económico que sujeta este negocio multimillonario. La guía para esa vuelta consta de una doble página: por un lado, un estricto y extraordinario protocolo de regreso a los entrenamientos; y, por otro, un segundo protocolo de celebración de los partidos del fútbol profesional a puerta cerrada.

Sobre ambos conjuntos de reglas y pautas, se asienta una reanudación que, pese a todo, debido a la incertidumbre, las zonas grises y el terreno inexplorado e impredecible que representa una pandemia con muchos datos aún desconocidos, ha suscitado debates y dudas sobre sus garantías sanitarias en las últimas horas. Futbolistas, entrenadores y otros empleados (preparadores físicos, auxiliares…) ya han advertido de las aristas del plan.

En el Zaragoza, se tiene puntual constancia de todas estas reacciones y se mantiene un criterio claro a la espera de cómo evolucionan los acontecimientos: no se expondrá a los jugadores, técnicos y personal de la plantilla a los posibles riesgos de un contagio. Una postura respaldada además por la AFE en sus reuniones de las últimas horas con los diferentes capitanes de los equipos de Primera y Segunda División.

El protocolo facilitado por LaLiga a los clubes se rige por una serie de medidas de higiene, diagnóstico y control de los vestuarios. Así, los servicios médicos de cada equipo monitorizarían permanentemente a los jugadores y técnicos mediante la toma de temperatura y otros sistemas de vigilancia, pero también a través de la realización de test, una cuestión que ha abierto un profundo debate ante la carencia de equipos y unidades de este tipo que afecta al conjunto de la sociedad española. 

Muchos clubes -entre ellos el Zaragoza- siempre han defendido la realización de estos controles bajo las indicaciones y las directrices generales de las autoridades sanitarias, que son las que fijan la prioridad de uso. Lo mismo sucede con los futbolistas, varios de los cuales consideran inapropiado desde el punto de vista ético beneficiarse de esta ventaja cuando hay colectivos sociales más relevantes en el contexto de la pandemia que no tienen acceso a los test.

Y los test, según se observa en los protocolos de LaLiga, son el pilar maestro de que los planes de los dirigentes del fútbol español prosperen y se puedan celebrar partidos a puerta cerrada. En Alemania, por ejemplo, se prevé reiniciar la Bundesliga el próximo 9 de mayo con un proyecto que contempla la realización de unas 3.000 pruebas de coronavirus por jornada (300 por partido). Una cantidad considerable de test, ahora mismo, inconcebible en España no solo para destinarlo al negocio del fútbol, sino ante la escasez de unidades disponibles para el conjunto de los ciudadanos.

En el Real Zaragoza, se observa también con reservas el posible escenario en caso de un contagio en su vestuario. El sistema de observación de LaLiga establece que, si se detecta un positivo, los infectados deberán seguir medidas de aislamiento, se deberán practicar pruebas a las personas con las que hubiera tenido contacto -lo que incluye a compañeros de vestuario-, se habrán de desinfectar instalaciones y se fijarán controles médicos diarios.

Esto no solo tendría posibles consecuencias de salud en los afectados, sino que también dejaría al equipo en una situación de indefensión y debilidad desde el punto de vista competitivo. Por ejemplo, si el Zaragoza sufriera, debido a un contagio o al aislamiento provocado por un positivo cercano, la baja de algunos de sus futbolistas principales o de varios de ellos. En tal caso, no podría competir en igualdad de condiciones contra rivales en teórica normalidad, desvirtuándose así la competición. Otro punto más de fisura de los planes futuros del fútbol español.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión