La liga, ese exclusivo fin, vuelve a casa con el Real Zaragoza-Numancia

La liga, ese preciado botín que pretende agarrar firmemente el Real Zaragoza de aquí a mayo para, por fin, lograr el retorno a la Primera División, vuelve esta noche de sábado a La Romareda. Palabras mayores, por lo tanto. Mucho más porque el visitante de turno es el vecino CD Numancia de Soria, que llega en el 6º puesto de la clasificación, al rebufo de un Zaragoza que es 4º, con tres puntos más que los castellanos (39 por 36) y al que se le ha vuelto a quedar al debe un partido tras la suspensión del último, en Miranda de Ebro, por culpa de la lluvia y de un drenaje, el de Anduva, deficiente.

Es decir, se trata de un duelo de altura, entre dos miembros del vagón de la Promoción de ascenso. Algo semejante a lo que dirimió el Real Zaragoza hace 10 días en Las Palmas, su anterior choque al no poder jugarse frente al Mirandés. Solo que, esta vez, el escenario será La Romareda, ese feudo que los blanquillos deben hacer inexpugnable en las nueve citas que restan por jugar en él hasta la conclusión del torneo. Si lo logran, el 80 por ciento de la tarea pendiente para ascender a Primera la tendrán inventariada, en su mano.

El cuadro zaragozano afronta ya cada partido con el aura de ser auténticas finales. Con la segunda vuelta en marcha, el valor de cada punto aumenta en la bolsa de la liga. Se revaloriza la divisa. Lo que se gana es ya en lingotes de oro. Y lo que se pueda perder es un roto que cada vez costará más reparar, por falta de tiempo, de margen natural para zurcidos, en especial si quien te genera el tropiezo es un igual en la clasificación. El Numancia, hoy en día, responde a este perfil. Así que, máximo cuidado esta noche y, a la vez, implicación suprema dentro y fuera del campo para lograr un triunfo que tiene valor doble por la condición de los sorianos en la pelea por los puestos altos de la tabla.

Los de Víctor Fernández acometen el reto con el viento de cola, en una dinámica favorable que da alas para volar. El inicio de 2020 ha venido venturoso: victorias ligueras ante el Sporting de Gijón (2-0) y Las Palmas (0-1) y en la Copa en Tarragona (1-3) y contra el Mallorca de Primera (3-1). La plantilla está enchufada a tope. Cree en que el éxito perseguido es posible y no una quimera. En la recta final de 2019, la fase anterior al parón navideño, ya se olisqueaba algo así. Ganaron los blanquillos 0-1 en Vallecas;1-3 en La Coruña; 2-0 al Racing de Santander; y 0-1 en la Copa en Socuéllamos. Apenas se dejaron un empate (e in extremis) ante el Girona (3-3) y sufrieron la derrota de Huesca (2-1).

Las cuentas son claras: de los últimos 10 partidos oficiales jugados por el Real Zaragoza, en ocho salió vencedor y solo cayó en uno. Elongar esta racha esta noche ante el Numancia será sinónimo de buenos augurios. Porque la clasificación sigue siendo excelente, aun con la letanía ‘con un partido menos’ que ya se tuvo como soniquete molesto durante cinco semanas al inicio de liga tras el eslabón perdido en Fuenlabrada. Ahora es lo de Miranda lo que queda pendiente, con el deseo de que sirva de comodín positivo para cuadrar al redondeo una posición mejor cuando se juegue en Anduva.

Víctor cuenta con todos. Hasta con el ariete portugués Pereira, que puede debutar (unos minutos) al quinto partido desde su llegada. Ha dejado sin vestir a Linares y Grippo. Habrá alineación de gala, por lo tanto. En frente, los de Carrión llegan con varios fichajes. El exzaragocista Morán entre ellos. Un equipo siempre motivado en Zaragoza. La Promoción de hace dos años fue paradigmática.