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El zaragocista Raí, emblema mediático del Ibiza tras el partido de Copa ante el Barça

El delantero brasileño de 21 años, cedido por el club aragonés a los baleares desde la liga pasada, brilla con luz propia tras su gran actuación ante los culés. Su buena campaña en la isla ha revalorizado su figura.

Raí Nascimento regatea a De Jong en el Ibiza-FC Barcelona de Copa de este pasado miércoles.
Raí Nascimento regatea a De Jong en el Ibiza-FC Barcelona de Copa de este pasado miércoles.
UD Ibiza Twitter

Que Raí Nascimento de Oliveira (Río de Janeiro, nacido hace 21 años) es un futbolista diferente lo sabe todo el mundo desde su aterrizaje en Zaragoza siendo un niño de 13 años. Por eso, la abundancia de información surgida en las últimas 48 horas con el delantero como protagonista, tras el partido de Copa del Rey entre el Ibiza -su actual club, donde juega cedido por el Real Zaragoza- y el FC Barcelona, no puede extrañar a nadie que pise el suelo en firme o que no tenga intereses más allá de los normales en la carrera y la proyección de este jugador singular. 

Raí se ganó ante el Barça la atención de infinidad de focos mediáticos lejanos a Zaragoza, de esos que están siempre ajenos al día a día de un club modesto y que solo se enteran de que algo o alguien existe cuando les abolla su lujosa carrocería (focos madrileños, barceloneses, de esos llamados ‘de ámbito nacional’…).

El Ibiza estuvo a menos de un cuarto de hora de eliminar al todopoderoso Barcelona. Le dio un balie, por momentos, en la primera mitad del duelo, que empezó con el 1-0 a favor de los isleños, que pudo irse al 2-0 o el 3-0 sin forzar la hipótesis ni un átomo (hubo un gol anulado más que discutible y un disparo al poste del mismo Raí remachado a bocajarro después por otro jugador celeste que salvó bajo palos Neto) y que, por eso de las inercias de los grandes y del tembleque de los débiles a la hora de la verdad, acabó ganando un pésimo Barça por 1-2 en los últimos 12 minutos con dos goles aislados de la estrella Griezmann, el segundo y definitivo en el minuto 95, cuando la prórroga ya estaba asumida por todos. 

Y, en la trama del duelo, Raí Nascimento, con sus habituales gotas de enorme clase, de listeza y perrería atípicas en un muchacho tan joven de edad pero tan baqueteado en la vida desde su mismo nacimiento en una de las favelas más señeras de ese inframundo de la capital de Brasil, pegó al ojo de quienes no lo conocían aún. Lleva toda su vida haciéndolo. Nada nuevo.

El regate de Raí a De Jong en el área azulgrana que terminó con su disparo cruzado al palo derecho ha sido paradigma en la prensa catalana del desastre de partido que desarrollaron los barcelonistas en Ibiza y se ha hecho viral en las redes sociales. Ha sido utilizado como ejemplo del meneo ibicenzo a las figuras que ahora dirige Quique Setién.

Lo mismo que las imágenes del gol del equipo pitiuso que entrena el aragonés Pablo Alfaro y que dirige deportivamente otro zaragozano y blanquillo de cuna, Fernando Soriano. En ese tanto, la penetración por la banda izquierda y el centro atrás que acabó en el 1-0 lo firmó Raí Nascimento a su más puro estilo: velocidad, desmarque, cabeza alta y puesta del balón en el sitio adecuado. Nada al tuntún. Todo con sentido.

Venía de ganar el Ibiza 0-1 en Majadahonda el pasado fin de semana, con un golazo de… Raí Nascimento. También con regate en carrera, tumbada al defensor de turno y golpeo ‘delicatessen’ por alto para anotar. Ya marcó antes en el campo del Oviedo B. Los insulares ocupan el puesto 3º del grupo 1º de la Segunda B, a solo 3 puntos del liderato, que comparten Atlético de Madrid B y Atlético Baleares. 

Pablo Alfaro, con una plantilla repleta de veteranos hecha para ascender a Segunda División como único objetivo, ha ido introduciendo paso a paso en esa trama de expertos futbolistas al único que rompe los moldes en el Ibiza: el chavalín Raí Nascimento. Es la mascota de la plantilla. Un tipo que se hace querer. Que juega y hace jugar. Que, por su carácter de polvorilla (favelista, sin duda), se mata por los demás y se rompe la cara cuando y por quién sea en el campo. Entre los más que treintañeros Javi Lara, Morillas, Fran Carbia, Cirio, Gonzalo, Grima, Nuñez, Kike López… Raí es la chispa del vestuario ibicenco.

Pablo Alfaro, en su habitual 4-3-3 en fase ofensiva, que es un 4-1-4-1 cuando hay que defender, lo ubica casi siempre como extremo-interior en la izquierda (a veces, también por la derecha). El ‘11’ es su dorsal más habitual. El presidente-dueño del proyecto del Ibiza, el valenciano Amadeo Salvo (ex máximo dirigente del Valencia) considera a Raí algo más que una pieza de presente en su afán único de alcanzar el nivel del fútbol profesional con el equipo balear, al que quiere pronto en Segunda y, a medio plazo, en Primera División. 

El propietario de Power Electronics, una de las fortunas en el sector empresarial español, no tira con balas de fogueo. Él fue eje principal para que Raí, que ya jugó en Ibiza la segunda vuelta del año pasado, repitiera cesión desde el Real Zaragoza durante el pasado verano, cuando el joven brasileño empezó la pretemporada de nuevo con el cuadro blanquillo a la espera de su destino. Nascimento ha calado hondo en Ibiza, en el entorno de Salvo y es pieza seguida muy de cerca por diversos clubes españoles y foráneos por su quehacer semana a semana en el Ibiza.

Con Raí, el área deportiva actual del Real Zaragoza (Lalo Arantegui y José Mari Barba) está cometiendo un más que discutible procedimiento de trato y manejo como futbolista, activo y valor de la entidad. Seguramente, si Narciso Juliá no hubiese salido disparado de ese cargo tras el fiasco histórico de Palamós y si, posteriormente, el entrenador Luis Milla no hubiera capotado enseguida en el banquillo, Raí Nascimento llevaría ahora 70 partidos jugados en el primer equipo zaragocista. 

En 2016 ya había empezado a despuntar, desde su súbita aparición en un amistoso de agosto en Teruel, campo de Pinilla. Había dejado muestras diferenciales en sus escasos minutos en Segunda División… pero a Raí no le vino bien, sin que él pudiera siquiera sospecharlo, el cambio interno en el estrato deportivo de la entidad

Los que fueron destituidos, era evidente, contaban con él (Ramón Lozano, Ángel Espinosa, los regentes del fútbol base en la Ciudad Deportiva, que vienen de la época Juliá, sí se reengancharon a la era Lalo-Barba tras haber sido nombrados para su cargo por el ejecutivo gerundense, saben con detalle este tipo de querencias). Los que llegaron, nada más tomar posesión de la gestión, empezaron a adecuar los casos de muchos futbolistas a su modus operandi.

Raí busca en Ibiza un espacio que, durante tres temporadas, en Zaragoza se le ha llenado de minas. Si Raí hubiera tenido otro representante, como el propio Lalo Arantegui dejó entrever en su día, también llevaría ya 70 partidos con el Real Zaragoza. 

Pero el brasileño no ha querido nunca cambiar de mentor. Ni lo hará. Es un tipo agradecido, cabal. Su apoderado, Borja Alcazo, fue quien lo sacó de la favela en edad púber, lo trajo a su casa de Zaragoza y ejerce de tutor legal del chaval, al que paga sus estudios, su manutención, de acuerdo con sus padres que siguen en Brasil con el resto de la familia. Las llamadas de diversos agentes, saltándose con pértiga lo establecido por Raí en su vida personal, no dejan de sucederse. Hace años. Hace meses. Hace solo semanas. Muchas de ellas, con el matasellos de las agencias de cabecera de la actual dirección deportiva del club. No cejan en el interés de que Nascimento se vaya, por fin, con ellos. Y, así, en un nuevo barco, probablemente su futuro en el Real Zaragoza pueda ser otro bien distinto que el vivido hasta hoy, con una situación de nula atención, de desprecio evidente que, fuera, no se acaba de entender por las condiciones futbolísticas del muchacho.

A Raí le queda solo un año más de contrato con el Real Zaragoza. Su ansiado futuro está por romper a hervir. Ibiza está siendo su rampa de lanzamiento. La Copa, la eliminatoria con el Barça, ha significado un nuevo aldabonazo en su buscado y merecido camino hacia el éxito del porvenir. 

La lealtad, el cariño humano, está en su caso por encima del valor del dinero y del negocio puro y duro del fútbol, esas premisas bajo las que actúan infinidad de personajes en el mundillo del balompié actual. 

Si Raí acaba no jugando nunca más en el Real Zaragoza, la narración histórica de los hechos dejará en breve tiempo a cada uno en su sitio. Cuando se observan este tipo de circunstancias concretas con un futbolista como objeto de manejo empresarial desde un club se aprecia que, a veces, es más importante la pertenencia a una escudería que el hecho de jugar bien o mal la pelota. Y que, por ende, priman intereses más particularistas a la hora de ofrecer la promoción interna a un jugador equis que el bien común del interés general de una SAD. Tiempo al tiempo. El reloj es un juez insobornable. 

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