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Álex Blanco: “A mí me gusta salir en las estadísticas de los goles, no solo centrar”

El extremo zurdo de Benidorm, de 20 años y cedido por el Valencia, llega al Real Zaragoza como un especialista puro en el ataque exterior. Además de profundidad y encare, promete asistencias, goles propios y veneno en el balón parado, sobre todo en las faltas.

Álex Blanco, en Boltaña en sus primeros pasos como zaragocista.
Álex Blanco, en Boltaña en sus primeros pasos como zaragocista.
Daniel Marzo

Alejandro Blanco Sánchez, joven alicantino de 20 años, llega a Zaragoza con el objetivo de romper el cristal del fútbol profesional.

"Sí, a eso he venido aquí. A dar ese golpe importante en mi carrera futbolística, un paso al frente para decir que aquí estoy yo. Quiero disputar este año cuantos más minutos pueda, quiero madurar y a crecer", señala.

-¿Cómo empezó todo en Benidorm, ciudad turística por excelencia?

-Primero aclaro: aunque siempre digo y rige en todos sitios que nací en Benidorm, realmente mi madre dio a luz en Albacete, pues mi padre (el centrocampista Tito, ex del Levante, Albacete, Alicante, Murcia, Numancia…) jugaba entonces allí. Pero la casa familiar está en Benidorm y siempre he vivido allí. En mi pueblo empecé a jugar de niño en el Colegio Lope de Vega, primero en Fútbol 7 Alevín y, enseguida, en Fútbol 11. Jugaba con gente mayor que yo, un año o dos. Enseguida me fichó el Kelme, equipo de cantera de Elche.

-Y empezó su crecimiento rápido a partir de la categoría Infantil.

-Sí. Me fichó el Valencia y estuve dos años como Cadete. En ese momento, decidí marcharme al Barcelona, donde jugué dos años de Juvenil. Y regresé hace dos años al Valencia, para jugar a caballo entre el juvenil y el filial, el Mestalla en Segunda B.

-¿No le fue bien por La Masía? ¿Qué pasó?

-Sí que fue bien. Yo aprendí mucho y fui feliz. Se trató de un asunto de contrato, pues acabé mi compromiso con el Barça y ellos planificaron el futuro contando con un grupo de chicos de allí, catalanes. Es algo que miran mucho cuando surgen este tipo de decisiones a la hora de subir gente de categorías. En Barcelona conocí gente excepcional.

-De su generación en Barcelona, ¿quién está ya dando pasos en el profesionalismo?

-Pues el más sonoro ahora es Cucurella, mi compañero de banda como lateral. Pero también Aleñá, que este último año formó parte de la primera plantilla barcelonista; Carles Pérez, Chumi, Eric Montes se ha ido al Girona. Tengo mucha amistad con ellos, todos los veranos nos vemos.

-¿Y del fútbol base del Valencia, quiénes son de su promoción?

-Pues Carlos Soler; Ferrán Torres; Villalba, que ha estado cedido este año en el Numancia; Centelles, que se acaba de ir a Portugal; Kang In Lee, el coreano…

-A Kang In le sustituyó usted en La Romareda el día de su debut con el primer equipo del Valencia, en octubre, ante el Ebro en Copa.

-Sí, sí. Lo recuerdo. Fue muy emocionante para mí esa noche. Estaba calentando al final, quedaban 10 minutos y, con dos goles de Santi Mina, habíamos dado la vuelta al marcador del 1-0 al 1-2. Fue el tercer y último cambio. Cuando me llamó Marcelino para salir… es un gran recuerdo. Salí a La Romareda con muchas ganas, a darlo todo en poco tiempo. Era un momento que deseaba hacía mucho tiempo: debutar con la plantilla profesional del Valencia. Guardo la camiseta, con el dorsal ‘30’. Es inolvidable.

-Y ahora, esa Romareda, va a ser su estadio de local. Enorme casualidad.

-Ya lo dije en la presentación. A mí, desde pequeño, siempre es un estadio que me ha encantado ver: esas porterías con las redes profundas, son preciosas. Soy un mitómano para estas cosas, me gustan los detalles en el mundo del fútbol. La Romareda tiene mucha personalidad. Ese día, aunque el rival era el Ebro, hubo ambiente. Jugar ahí cada fin de semana ante veintitantos mil espectadores ha de ser tremendo. Tengo muchas ganas.

-Salió cedido en enero al Alavés pero en Vitoria solo jugó dos ratos en Primera en un momento exigente para el club vasco. Ahora, Zaragoza, Segunda División, es quizá un paso más digerible.

-Bueno, pero Zaragoza, en cuanto a club, a afición, a estadio, a seguimiento, es un club más grande que muchos de Primera. Ahora mismo, está fuera de sitio en Segunda. Así que vengo para intentar lograr el objetivo que todo el mundo quiere en la ciudad, que es regresar arriba del todo. Lo quiero celebrar.

-Lleva usted el fútbol en la sangre desde la cuna. Además, es de los niños que vio jugar a su padre (Tito) como profesional.

-Sí, así es. Yo de niño recuerdo ir a los estadios con mi madre a ver jugar a mi padre. Fíjese, recuerdo un Alicante-Real Zaragoza en el Rico Pérez cuando él jugaba en el Alicante en Segunda. Allí estuve yo, con 9 años. Jugaba arriba Ewerthon, que metió uno o dos goles, era calvito… ese año subió el Zaragoza a Primera. Mi padre siempre está encima de mí, siempre me está dando consejos. Y yo los cojo todos, intento hacerle caso… en el tema del fútbol, en otros no le hago demasiado (risas).

-¿Alguna vez ha sentido que le perjudicaba que su padre haya sido profesional y siga metido en el mundillo del fútbol?

-No. No. En ningún momento.

-Es usted zurdo, extremo… eso es una rareza en el fútbol moderno.

-Siempre he jugado así. Es lo que me gustó desde pequeño y, por mi morfología física, por mis características, siempre me he sentido bien pegado a la banda, buscando irme en velocidad y llegando a la línea de fondo. Soy muy de uno contra uno, de paredes… y sobre todo de finalizar las jugadas, o con centro o con disparo.

-En Zaragoza venimos de tener dos extremos zurdos en las dos campañas precedentes, Oyarzun y Aguirre. Y ninguno ha triunfado.

-Creo que yo al equipo le puedo dar bastante profundidad por fuera. No sé que ha pasado con los compañeros que cita en este tiempo. Yo, por lo poco que he visto al Zaragoza el año pasado, observaba que los que jugaban por los extremos tendían siempre a acabar por el centro, no regían como extremos puros. No era un equipo profundo. Espero que mi llegada le venga bien al equipo, a lo que quiere hacer el entrenador.

-¿Qué puede esperar la afición de Blanco?

-Pues el juego de un futbolista que siempre intenta llegar al gol, encarar al rival, dar centros a los compañeros, culminar muchas llegadas al área y, sobre todo, también intentar marcar goles. El gol es la sustancia de un delantero, aunque juegues por fuera. A mi me gusta salir en las estadísticas de los goles, no solo centrar. El gol te hace jugador importante.

-Y, además, está el balón parado. Usted es especialista en faltas al borde del área. Un arte crucial para el éxito de un equipo.

-Sí. Siempre he sacado las faltas, los córneres… me gusta. A ver si este año puedo hacerlo en Zaragoza y me sale un año bueno. Estoy acostumbrado a tirar los golpes francos próximos al área.

-¿Va a vivir solo?

-De momento sí. Tengo novia, pero ella trabaja. Más adelante es posible que venga. La compañía siempre es buena. Mis padres vendrán a menudo también.

-¿Conocía Zaragoza?

-Sí, había estado varias veces, pero no la conocía en profundidad. Estoy descubriendo el centro, el casco histórico, los lugares históricos. Y me parece muy bonita la ciudad.

-¿Estudia?

-Sí, estoy haciendo el segundo curso de entrenador. Los estudios los dejé en el Bachiller, hubo un tiempo en el que me resultó difícil compartir los tiempos con el fútbol.

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