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Víctor busca un ariete puro

El técnico subraya en su libreta al necesidad de fichar un delantero goleador, agresivo y contundente, que aporte goles y capacidad de liderazgo.

Víctor Fernández dialoga con Cabellud y Loreto.
Víctor Fernández dialoga con Cabellud y Loreto.
Daniel Marzo

Borja Bastón y Borja Iglesias firmaron en un mismo curso los mismos goles que han rubricado los tres máximos goleadores del Real Zaragoza en el ejercicio liguero que acaba de extinguirse. Los dos arietes cantaron 22 goles per cápita en los cursos 2014-15 y 2017-18, respectivamente. La misma cantidad, 22, resulta de adicionar los goles marcados esta temporada por Álvaro Vázquez (10), Marc Gual (6) y Pep Biel (6). Sintetizar este registro en un único ariete constituye una de las cavilaciones esenciales que gravitan sobre la mente del técnico Víctor Fernández.

De entre la nómina de goleadores que han abanderado la ya prolongada estancia del Real Zaragoza en Segunda División, el aporte de Ángel Rodríguez también fue muy sensible, con 21 goles facturados en el ejercicio 2016-17. No obstante, pese a su fertilidad rematadora, el perfil futbolístico de Ángel no entusiasma tanto a Víctor como los otros dos artilleros. Tanto Borja Bastón como Borja Iglesias -sobre todo este último-, desarrollaron en el conjunto aragonés una influencia que fue más allá de los goles. Además de su sobresaliente capacidad de anotación, enriquecieron el fútbol del Real Zaragoza. Fueron, ante todo, referentes ofensivos, valores estables sobre los que sostener la arquitectura del colectivo.

Inmerso en la planificación del equipo del próximo curso, Víctor tiene subrayado en su libreta el rol dominante que deberá ejercer este ariete, unas cualidades de las que carece en estos momentos. Ni Álvaro Vázquez ni Marc Gual han pisado el área con la autoridad que mostraron Borja Bastón y sobre todo Borja Iglesias. No es esta una auditoría sobre la valía que reúnen Álvaro y Gual, dos futbolistas interesantes para contribuir como secundarios junto a un goleador puro. El problema es que el límite salarial del Real Zaragoza quizá no cubra a los secundarios. La estrecheces obligan a afinar mucho en unas incorporaciones en las que no caben los accesorios. En Segunda División, igual que en Primera, solo pueden equivocarse los ricos. Y sabido es que en Segunda el presupuesto del Real Zaragoza no figura en esa estancia privilegiada.

Además de su aportación goleadora, el retrato etopéyico de Álvaro Vázquez y Marc Gual tampoco se ajusta al ariete puro, agresivo y contundente que persigue Víctor Fernández. Ni uno ni otro delantero se han expresado como líderes en la temporada que ahora se clausura. Y el técnico quiere un futbolista con carisma en vanguardia, capaz de contagiar el entusiasmo en un equipo que pretende dibujar un fútbol alegre, el fútbol que siempre quiso ver La Romareda.

El caso de Pep Biel es diferente. Pep Biel ha brincado desde el filial. En apenas 1.534 minutos, ha marcado seis goles, una cantidad muy estimable considerando su tardía aparición y su posición de mediapunta. El futbolista ha crecido de forma muy sensible. La confianza depositada por el entrenador, muy superior a la ofrecida por los dos anteriores inquilinos del banquillo zaragocista (Idiakez y Alcaraz), la ha aprovechado el talento balear, que se ha erigido en una de las grandes revelaciones de tramo final competitivo. De cara a la planificación del curso venidero, Pep Biel cuenta. Y cuenta mucho. Pero lo esencial sigue siendo encontrar un Borja Bastón o un Borja Iglesias que abandere el caminar hacia la Primera División.

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