Cambio radical de planes. El Real Zaragoza, como otros 14 equipos de la Segunda División, no jugará este domingo a las 20.00 su partido de la 41ª jornada, la penúltima de la liga. Ese bloque de 7 partidos, donde estará en juego un puesto del ascenso directo a Primera, la Promoción de ascenso y el descenso a Segunda B, ha quedado suspendido por la Federación y La Liga y se ha trasladado a la noche del martes, a las 21.00.

Esta ha sido la resolución de los gestores de la liga española nada más conocerse el trágico fallecimiento del José Antonio Reyes, jugador actualmente del Extremadura, ex internacional español y antiguo futbolista de Sevilla, Real Madrid, Atlético de Madrid, Espanyol, Arsenal de Londres, Benfica de Lisboa, Córdoba y Xinjiang Tianshan Leopard de China. El motivo, cabal y humano, viene de la mano del club extremeño, cuyo duelo de esta jornada es en el estadio de Carranza frente al Cádiz, el 6º clasificado y, por lo tanto, inmerso en la pelea por la Promoción. 

Es decir, no se puede suspender solo el Cádiz-Extremadura. Al tratarse ya de la penúltima jornada, la normativa establece horarios unificados, simultáneos, en todos los partidos donde haya cuestiones en juego que afecten a los equipos metidos en cuestiones clasificatorias y a sus rivales directos. Por eso, la inevitable y entendible derogación del partido de este domingo en campo gaditano arrastra a todos los demás: el Albacete-Málaga, el Lugo-Tenerife, el Elche-Deportivo de La Coruña, el Mallorca-Granada, el Oviedo-Rayo Majadahonda y, por supuesto, el Real Zaragoza-Numancia.

El partido de La Romareda sale disparado fuera del fin de semana automáticamente y cae 48 horas más adelante. En horario y fecha laborable, el martes a las 9 de la noche. Nada extraño, por otra parte, para la afición zaragocista durante la temporada, pues ha sido junto con la del Málaga la principal damnificada de las franjas televisivas de los viernes y los lunes. En este caso el asunto deriva de una cuestión mayor. Pero el final es del mismo tenor. 

Esta incidencia de hondo calado (repercute en viajes, hoteles, billetes, quiniela, logística de los clubes respecto de sus trabajadores...) también supone para el Real Zaragoza un cambio sustancial en su plan deportivo. De entrada, la semana de entrenamientos debe estirarse dos días más. Y, a bote pronto, el club ya ha anunciado que este domingo el equipo se ejercitará a las 10.30 en la Ciudad Deportiva con las rutinas de siempre. 

Falta concretar el día lunes. Ahí, con certeza, habrá un último ensayo previo a recibir al Numancia. Y es posible que hasta Víctor Fernández pueda ofrecer otra rueda de prensa previa, que releve a la que dio, de manera extraordinaria, José Luis R. Loreto este viernes y que ha sido difuminada por los acontecimientos. 

Obviamente, la lista de convocados, dada a conocer por el Real Zaragoza rebasado el mediodía de este sábado, también queda en suspenso. Habrá nueva convocatoria el lunes tras el último entrenamiento, con posibles cambios según vengan las cosas durante estas horas de demora para el partido.

Respecto de la afición, que incluso tenía programados diferentes actos en este último partido en casa de la temporada, muchos tendrán que cambiar el paso de raíz. No es lo mismo jugar un domingo por la tarde que hacerlo en la noche de un martes de trabajo. Son las consecuencias de este shock que ha sacudido al fútbol español con la muerte de Reyes en un accidente de circulación. Y, dentro del triste motivo y de sus derivadas, menos mal, desde el prisma zaragocista, que no le ha tocado en suertes estar en pleno desplazamiento rumbo a destino en el caso de haber que tenido que jugar fuera y lejos. A otros clubes, sí les ha ocasionado esa extorsión.