Tarde del 16 de febrero y retorna el fútbol a La Romareda. Habrán pasado 22 días desde la última vez que la afición del Real Zaragoza fue citada por la liga en el estadio municipal, el tiempo exacto que ha pasado desde que el Oviedo visitó la capital aragonesa en una noche de viernes, la del 25 de enero pasado. Un largo tramo sin fútbol en casa a causa del doble viaje que el asimétrico calendario de este año dibujó en la trayectoria del club zaragocista de manera consecutiva, primero a Las Palmas y después a Lugo.

Es, en términos reales, un periodo de más de 3 semanas sin poder ver al Real Zaragoza como local que, frente al Albacete, va a ser saciado de golpe con un partido de alto rango pues los manchegos arriban a La Romareda como líderes de la Segunda División, con 18 puntos más que los blanquillos en las primeras 25 jornadas de liga, las ya dirimidas. En realidad, el arranque de 2019 ha venido marcado por cierta inanición de fútbol para la afición del club zaragozano, que en más de dos meses naturales, solo va a ver jugar a su equipo en tres ocasiones: las dos ya vividas, ante el Málaga el 13 de enero y frente al Oviedo el referido 25 de enero, y esta de ahora, la del Albacete el 16 de febrero. Caprichos del sorteo de la LFP. La siguiente cita será ya en marzo, el día 3 de ese mes cuando, con otra hoja del almanaque arrancada, venga por aquí el Almería.

Lo demás, lo que ha prevalecido desde el parón navideño, han sido los viajes y las puestas en escena del Real Zaragoza como visitante: en Gijón, en Majadahonda, en Las Palmas, en Lugo y, la semana que viene, para concluir febrero, otro desplazamiento, a Pamplona contra el Osasuna. Así que es normal que haya hambre de fútbol, de emociones, de vivencias con el equipo cerca de los suyos y no a través del televisor. Han sido demasiados pocos partidos en los últimos tiempos, mucho más si se cuenta el lapso de la Navidad, con el fin de semana de la Nochevieja y Año Nuevo de fiesta general y el anterior, el de Nochebuena y Navidad, también en blanco y aprontado con jornada entre semana, la que trajo al Extremadura a La Romareda el 22 de diciembre en el estreno de Víctor Fernández.

Todas las demoras, las interrupciones laborales de la liga, las ubicaciones extrañas de los partidos del Real Zaragoza, han llenado de largos tiempos sin fútbol a la afición blanquilla en su santuario de La Romareda. Ante el Albacete, este sábado, llega una cata de 'alto standing' para aplacar las ganas y el hambre del zaragocismo por estar al lado del equipo en primer plano. La buena racha enlazada en este tiempo de tantos partidos lejos del hogar es un estímulo extra para el disfrute.