Alcaraz y el 'efecto Romareda', aliado precioso que no está sabiendo manejar el equipo

Lucas analiza con resquemor el hecho de que el Real Zaragoza acumule 3 meses sin ganar como local, 5 partidos seguidos sin oler un triunfo ante su multitudinario público. Una paradoja a resolver bien.

Gol de Javi Ros de penalti, el segundo ante el Rayo Majadahonda, el único ganador en lo que va de temporada en liga en La Romareda. Era el 18 de agosto y el Real Zaragoza ganaría 2-1. No ha habido más triunfos desde entonces en el estadio municipal.
Gol de Javi Ros de penalti, el segundo ante el Rayo Majadahonda, el único ganador en lo que va de temporada en liga en La Romareda. Era el 18 de agosto y el Real Zaragoza ganaría 2-1. No ha habido más triunfos desde entonces en el estadio municipal.
José Miguel Marco

El Real Zaragoza lleva 3 meses sin ganar un partido de liga en La Romareda. La serie defectuosa alcanza los 5 partidos de tropiezo en tropiezo. De hecho, de los 6 duelos dirimidos como locales en lo que va de liga, los zaragocistas solo vencieron en el primero, en el estreno liguero, el 18 de agosto ante el Rayo Majadahonda, al que tumbaron por 2-1 sin alardes. Los siguientes 5 partidos, los que unen aquel veraniego ante los madrileños con el de este sábado contra el Mallorca, fueron sofocón tras sofocón para la afición y el zaragocismo en general. Empates con Las Palmas, Osasuna y Tenerife (1-1 en cada caso) y derrotas, ambas por 0-2, ante Lugo y Granada. 

Lucas Alcaraz, que no pudo revertir semejante racha en su estreno como local hace 15 días frente a los granadinos, tiene ante sí el reto de devolver al Real Zaragoza a la senda de las victorias en La Romareda. Una cuestión mayor por diferentes razones. La primera, puramente material, porque cualquier equipo que tenga aspiraciones a lograr algo notable o sobresaliente en una liga ha de ser muy solvente en su campo, ser prácticamente intratable en él. Entre otras más de sustrato deportivo, en el caso que concurre este año en Zaragoza también porque La Romareda es el estadio de Segunda División donde más gente acude a ver a su equipo, la afición zaragozana es la más numerosa de la categoría de plata, con un censo superior a los 27.000 abonados, por encima de la mitad de los equipos que componen la Primera División, el escalafón superior al que ocupa el Zaragoza hoy en día.

"¿Tres meses, cinco partidos seguidos sin ganar en La Romareda? Ese es un dato que no es opinable. Es una verdad", admitió este viernes Alcaraz en la rueda de prensa previa al partido contra el Mallorca.

El entrenador blanquillo, en su análisis respecto de las razones que han podido hacer desembocar al Real Zaragoza hacia este récord tan negativo en sus partidos como local, dejó entre líneas la sospecha de que ese ambiente superlativo, esa exigencia máxima que el equipo ha tenido sobre sí desde que el curso empezó en agosto, ha podido acabar tornándose en contraproducente en lugar de suponer el positivo acicate partido tras partido en el estadio municipal. "Ante este tiempo sin victorias en casa, cada uno se tiene que quedar con lo que le haga más fuerte. Y tenemos que pensar que, si trabajamos bien, La Romareda tiene que ser todo lo contrario a un exceso de responsabilidad. Nos tiene que hacer más fuertes", sugirió el granadino.

"Yo creo que es así como tenemos que afrontar la competición en casa. Pensar que, jugando aquí, así, además tenemos un plus. No todo lo contrario", apostilló en el mismo sentido.

En el séptimo partido de liga en el rol de anfitrión, el Real Zaragoza buscará ante los mallorquines este sábado 17 de noviembre la segunda victoria del curso en La Romareda. No hay mucho margen de error en este sentido tras los 12 puntos que ya han volado del coliseo zaragozano ante Las Palmas, Osasuna, Lugo, Tenerife y Granada, de manera concatenada. La hinchada necesita estímulos, alegrías, complicidades desde el césped. Es el efecto natural (nada extraño) que se produce en la relación equipo-graderío cuando surge una crisis de resultados como la que viene afectando al Real Zaragoza en los últimos tiempos, un sarpullido que tuvo sus primeros escozores serios el la última cita en La Romareda el día del Granada.

Y nadie puede extrañarse de tales circunstancias. Forma parte de las normas no escritas del fútbol desde hace más de un siglo. La afición, como viene demostrando desde hace años en pleno calvario del equipo fuera de la élite, es muy díficil que desfallezca y siempre va a estar detrás del equipo. Pero, de ahí, de la anemia de triunfos, solo se sale con victorias, con reparaciones desde la hierba hacia las tribunas. Los goles, las paradas, las buenas praxis tácticas y técnicas, las acciones que configuran los marcadores finales, jamás están en las butacas de alrededor. Este es el desafío extraordinario que tienen ante sí los jugadores y el cuadro técnico en este Real Zaragoza-Real Mallorca de la 14ª jornada de liga.

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