Ángel de la Guarda Álvarez: tres penaltis, los tres parados

Cierto que es en Segunda División, en tiempos de vacas flacas, pero el portero del Real Zaragoza exhibe un récord estratosférico en la defensa de las penas máximas.

Los tres penaltis parados por Cristian Álvarez con el Real Zaragoza desde su llegada en agosto del año pasado.
Los tres penaltis parados por Cristian Álvarez con el Real Zaragoza desde su llegada en agosto del año pasado.
Oliver Duch/José Miguel Marco/HA

Cristian Álvarez, con el de este lunes al Osasuna, ha parado los tres penaltis que le han lanzado desde que defiende la portería del Real Zaragoza. Tres de tres en aciertos en la defensa de las penas máximas ejecutadas por los rivales. Primero fue en Gijón, ante el Sporting. Después fue en casa, ante el Córdoba. Los dos en el curso pasado, los dos únicos penaltis que se pitaron en contra del cuadro zaragocista. El tercero llegó hace unas horas en el estadio municipal zaragozano y Cristian Álvarez persistió en su modo salvador, en su gigante figura de Ángel de la Guarda blanquillo.

Sus víctimas, el delantero sportinguista Michael Santos, el punta cordobesista Alfaro y el osasunista Brandon. Uno le tiró a su izquierda y... agua. El siguiente lo probó a la derecha y... agua. La serie la siguió el goleador de los navarros por la izquierda de nuevo y... volvió a encontrarse con el portentoso guardameta argentino del Real Zaragoza. De repente, Álvarez se ha erigido en un especialista avalado por sus cifras, por su estadística. No es sencillo hacer lo que ha hecho, este tres de tres, este cien por cien de tino con una camiseta. Ningún portero zaragocista lo había hecho antes en casi 87 años.

Cierto es que se trata de un récord corto, que está aconteciendo en Segunda División, lejos de los focos de la élite, en un tiempo donde el Real Zaragoza no es un equipo de postín como antaño. Pero el mérito de Cristian Álvarez es innegable pese a ello. Los penaltis lo son en cualquier categoría, aunque el brillo del buen hacer sea más mate aquí abajo que un piso más arriba. Viendo esta secuencia de éxitos de Álvarez con el Real Zaragoza ante los lanzadores de penaltis del equipo rival de turno, a uno le viene a la cabeza el nombre de históricos porteros parapenaltis que saltaron a la fama en las últimas épocas: el vigente Diego Alves, brasileño; o aquel paisano suyo, Sergio Goycoechea; o el mejor Santi Cañizares...

En Gijón y ante el Córdoba, el año pasado, sus penaltis detenidos fueron cruciales para obtener sendas victorias finales, ambas por 1-0 a favor del Real Zaragoza. En ambos casos, además, las paradas a lanzamientos desde los 11 metros tuvieron lugar en los últimos minutos de los dos partidos. Con ellas, llovieron pues 4 puntos de oro al balance del equipo. Esta última vez, su paradón a Brandon no fue tan rentable, pues solo pudo ayudar a arañar un punto. Pero, al menos, queda como llave para evitar una derrota que hubiera sido perniciosa para el interés general. No fue en vano.

Igual que las rachas con la fluctuante clave de la solvencia (o no) de los delanteros goleadores, Álvarez está demostrando con este asunto de los penaltis parados que, en el caso de los porteros, también existe ese factor de dinámicas en lo referente a una tarea tan especial como es detener penas máximas. Con estas credenciales, agrandadas este lunes por Cristian Álvarez ante el Osasuna, cabe asegurar que, para los intereses de la portería del Real Zaragoza, es mejor que le piten un penalti en contra que un córner o una falta lateral.

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