El Real Zaragoza alarga su mala racha con otro empate ante el Osasuna

Verdasca adelantó a los de Idiakez en un flojo partido pero Brandon, que había fallado un penalti al inicio, empató tras el descanso.

Real Zaragoza- Osasuna
Real Zaragoza- Osasuna
Oliver Duch

El Real Zaragoza no logra sintonizar con la victoria y volvió a fallar ante el Osasuna, que se llevó un empate a uno de La Romareda que bien pudo ser la victoria, pues los navarros tuvieron más y mejores ocasiones, además de mostrarse muy superiores a un flojo cuadro local en la segunda mitad del duelo. Cuatro partidos seguidos llevan los de Idiakez sin ganar y el desplome en la clasificación es un hecho indeleble.

El partido, según lo previsto, transcurrió en toda la primera parte en un cauce cerrado, con marcas muy férreas en ambas escuadras y pocos espacios para la circulación del balón. De ahí no se salió el guión en ningún momento. Desde pronto se advirtió que los goles, si llegaban, girarían alrededor de los errores puntuales o del balón parado. Y las dos ocasiones claves de los primeros 45 minutos llegaron de ese modo. La primera, para el Osasuna, en un penalti que marró Brandon porque Cristian Álvarez, en modo Ángel de la Guarda zaragocista, se lo paró de forma soberbia en el 23. Y la segunda, el 1-0 favorable al Zaragoza, anotado por Verdasca en un córner botado con cariño por Zapater, un bombón de centro de rosca que el portugués mandó a la red en el 37 para poner por delante a los aragoneses.

Entremedias, por delante y por detrás de esas dos acciones cruciales del primer periodo, casi nada tuvo sustancia futbolística. Mucho dominio del balón por parte zaragozana en terrenos inertes, atrás del todo, con pases cortos entre los centrales, Verdasca y Perone, con poca presencia de Eguaras en la distribución, con Ros y Zapater taponados… el Osasuna le dio la pelota al equipo blanquillo y esperó atrás para contraatacar, cuestión que casi nunca le fue propicia por su falta de tino al corte y en la velocidad de sus puntas. Los navarros llegaron a La Romareda con el objetivo de presionar alto, de apurar la salida desde atrás de los de Idiakez. Con un 4-3-3 ficticio, poco ofensivo, sin delanteros puros (David Rodríguez fue suplente), con un trío de mediapuntas formado por Barja, David García y Brandon, con el filial Perea haciendo marcaje al hombre a Zapater en muchos momentos, con Oier e Íñigo Pérez muy encima de Ros y de cualquier lateral que se descolgara, Benito o Lasure. Una telaraña constante que afeó el espectáculo sin remedio.

Pombo lo intentó desde fuera del área en el minuto 10, sin éxito. Barja replicó en un centro-chut en el 20 que Cristian Álvarez sacó con apuros junto al larguero. Marc Gual, antes de lesionarse a la media hora (fue suplido por Soro), probó también desde lejos, enviando flojo a las manos de Rubén Martínez. Y Brandon contestó al borde del descanso, tras una pérdida peligrosa de Ros que solventó de nuevo Álvarez bajo palos. El primer tiempo acabó con un cabezazo franco de Aridane, a la salida de un córner, que se marchó alto por fortuna para los zaragocistas, que habían vuelto a defender mal el balón parado, su epidemia a curar con urgencia. Apenas sale media docena de ocasiones medianamente serias de gol en ambas porterías. No hubo más chicha. Demasiado ir y venir de unos y otros, de centrocampismo abusivo. Como predijo Idiakez, era un partido largo, de muchos minutos con todo abierto a cualquier resolución.

En el descanso, Íñigo Pérez, lesionado en un tobillo, dejó su sitio a Fran Mérida en el cuadro osasunista, que debía salir con otras intenciones que al principio por mor del marcador adverso. El Zaragoza, como otros días, acometía el segundo tiempo con la tarea de manejar ese exiguo 1-0 favorable, evitando sufrimientos y buscando rematar a un rival que venía sin ganar un solo punto a domiciilio en lo que va de liga y, aún más, sin marcar un solo tanto fuera de El Sadar.

El Osasuna estuvo cerca de empatar nada más salir del vestuario. En el minuto 50, Rubén García cabeceó un centro largo al área, anticipándose a Benito, pero el balón se marchó fuera rozando el palo derecho. Primer aviso de lo que sucedería si el Real Zaragoza daba varios pasos atrás. Los rojillos salieron espoleados del refrigerio, como era natural. Y a los de Idiakez les costó retomar el hilo del juego. La pelota, al contrario que antes, era siempre del cuadro pamplonés. Barja, en el 56, volvió a avisar en pleno dominio visitante, pero su disparo en el área se marchó a dos metros del marco, desviado. Los zaragocistas necesitaban despertar con rapidez para evitar problemas mayores.

Dos minutos después, pareció sonar el despertador en el área osasunista, cuando Álvaro Vázquez tuvo en su pie derecho el segundo tanto, tras un centro de Zapater en un córner en corto. El remate del catalán lo rechazó con el cuerpo el portero, enviando el balón a córner cuando el 2-0 se cantaba en la animada grada festiva de La Romareda. El Zaragoza parecía volver a la vida con esa acción, pese a no consumarse en gol. Pero fue una falsa y engañosa alarma. El 1-1 estaba a la vuelta de la esquina. Roberto Torres, recién ingresado en el campo en vez del filial Perea, robó un balón tras un mal pase atrás de Álvaro Vázquez a Eguaras y se metió solo en el área, con Brandon a su lado. Le regaló el balón a su colega y éste último remató a placer el empate. Se vio venir desde mucho tiempo atrás. El Zaragoza no sabe gestionar las ventajas tras el descanso. Y nacía un nuevo partido, con media hora por delante y el Osasuna crecido.

Idiakez retiró a Eguaras para darle los últimos 20 minutos al reaparecido Igbekeme. Hacía falta gas, oxígeno, porque el Zaragoza no sabía salir de su cueva, estaba maniatado por un adversario superior toda la segunda mitad. En el minuto 71 pudo haber cambiado el rumbo del duelo si Sagués Oscoz, el árbitro vasco que tan lince estuvo en ver penalti en la caída de Brandon ante Verdasca en los primeros minutos, no vio un pisotón de Aridane a Pombo en una contra zaragocista mal resuelta por el canterano. Fue pena máxima, tonta, pero cierta. El zaguero osasunista pisó el empeine del zaragozano, que se quedó dolorido un rato.

En la incertidumbre de los últimos minutos, con el Zaragoza demasiado obturado, mal en los pases decisivos cerca del área, fue de nuevo el Osasuna el que bordeó la victoria, con un disparo de Rubén García al poste, a placer, tras una cesión atrás de Brandon. Álvarez hizo la estatua, pues estaba batido irremediablemente. La fortuna se alió ahí con los de Idiakez, pues era ya el minuto 85 y ese tanto pudo haber sido letal. Pero es que no sería la única vez que al Zaragoza se le apareció un halo divino en el colofón del duelo. En el minuto 90, Rubén García, de nuevo, se quedó mano a mano ante el portero local, su disparo se fue hacia la red y Lasure, in extremis, salvó sobre la raya el 1-2 que, a ciencia cierta, los osasunistas merecieron en una segunda parte donde desarbolaron a un apático cuadro zaragocista, que sigue sin ganar en La Romareda desde mitad de agosto y encadena así su cuarta jornada seguida sin triunfos. La sensación de crisis aumenta irremediablemente, con solo 2 puntos sumados de los últimos 12 disputados.

Calurosa y festiva llegada del Real Zaragoza

Así recibió la afición zaragocista al equipo antes del partido. HTV

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito, Perone, Verdasca, Lasure; Eguaras (Igbekeme, 70), Javi Ros, Zapater, Pombo; Marc Gual (Soro, 31) y Álvaro Vázquez.

CA Osasuna: Rubén Martínez, Lillo, Unai García, Aridane, Clerc; Oier, Íñigo Pérez (Fran Mérida, 46); Perea (Roberto Torres, 62), Rubén García, Barja (David García, 86); y Brandon.

Árbitro: Sagués Oscoz (Comité Vasco). Amonestó a Verdasca (21), Aridane (23), Zapater (69), Soro (84), Pombo (89) y Ratón (90, en el banquillo).

Goles: 1-0, min. 37: Verdasca. 1-1, min. 63: Brandon.

Incidencias: Noche agradable en Zaragoza, en plenas fiestas pilaristas, con 20 grados y nada de viento. El césped de La Romareda se estrenó tras su renovación completa, con un aspecto impecable. En las gradas, hubo una magnífica entrada, más de 26.000 espectadores. El Osasuna falló un penalti (paró Cristian Álvarez) lanzado por Brandon en el minuto 23, con 0-0.

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