Por una victoria liguera en La Romareda, 50 días después

Parece una nimiedad, pero el Real Zaragoza solo ha vencido en casa al Rayo Majadahonda, el 19 de agosto, desde que la liga 2018-19 dio comienzo.

Un lance del partido Real Zaragoza-Rayo Majadahonda, el 19 de agosto, la única victoria en casa del equipo zaragocista hasta hoy en la liga, por 2-1.
Un lance del partido Real Zaragoza-Rayo Majadahonda, el 19 de agosto, la única victoria en casa del equipo zaragocista hasta hoy en la liga, por 2-1.
José Miguel Marco

El Real Zaragoza, el próximo lunes ante el Osasuna, buscará su segunda victoria en La Romareda en la actual liga, la 2018-19. Parece una nimiedad, pocos reparan en ello, pero es la realidad. El equipo aragonés solo ganó el primer día, en plena canícula, el domingo 19 de agosto, al Rayo Majadahonda por 2-1. Y ahí se acabaron las alegrías ligueras para la afición zaragocista, porque después de ese hito, la UD Las Palmas se llevó un empate, 1-1, el 1 de septiembre en la 3ª jornada, y el CD Lugo obtuvo la victoria en el estadio municipal zaragozano por 0-2 el sábado 22 de septiembre en la 6ª fecha del torneo.

Así, de este modo, el zaragocismo acumulará el próximo lunes por la noche 50 días sin catar una alegría en liga en feudo propio. Casi dos meses. Con la salvedad de, en un duelo de reservas por parte de ambas escuadras, ese atípico episodio de Copa ante el Deportivo de La Coruña, en el segundo miércoles de septiembre (el día 12) ante el Deportivo de La Coruña, donde los de Idiakez vencieron por 2-1.

Pero en liga, en la competición matriz, la que da de comer a todo el mundo, el Zaragoza ganó el primer día, en fechas de la Virgen de agosto, y pare usted de contar. De hecho, solo ha podido sumar una sola victoria más en el campeonato liguero, el famoso 0-4 de Oviedo, que tan contradictorios diagnósticos ha generado pese a su brillantez y rotundidad puntual, algunas de estas digestiones, contra natura. De 7 jornadas disputadas, el equipo blanquillo suma 5 sin saborear el triunfo. Mal asunto que, por más que se quiera esconder, enseña sombras y perfiles a todas caras.

No es de buen agrado para un favorito al ascenso llegar a Pilares con un solo triunfo como local, en La Romareda, en su haber dentro de balance general. Y ese es el Real Zaragoza de principios de octubre a estas alturas de 2018. Doblegó al novato Majadahonda... y se acabó. Urge a los muchados de Idiakez lograr su segundo éxito como locales, que sería, de consumarse, el tercero en general tras 8 partidos de la competición regular. Seguiría siendo insuficiente para auparse a la cabeza de la tabla, pero, al menos, serviría de bálsamo para disolver el amago de crisis que revolotea sobre el equipo desde el patinazo de Almería, que tuvo su continuidad en casa ante el Lugo y que no se solucionó como debía el otro día en Albacete.

Se puede intentar mirar hacia otro lado. Es posible que se sugiera silbar mirando al techo. Pero la realidad, la pura verdad, es la que dictan los números. Puñeteras ciencias exactas, estas malditas matemáticas. No hay filosofía que las rebata.

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