Una clave: el factor Romareda

El equipo de Natxo González está ofreciendo su mejor versión arropado por su público.

Aficionados del Real Zaragoza comprando entradas ayer, en las oficinas del club.
Una clave: el factor Romareda
Guillermo Mestre

Cuando Sergio Sánchez, entrenador del Valladolid, se sentó el pasado domingo en el palco de La Romareda para ver con sus propios ojos, y no mediante intermediario, el encuentro entre el Real Zaragoza y el Albacete quizá vio algo más que aquello que resulta más o menos común en un partido. Acaso apuntó en su libreta alguna referencia que no es táctica, que no habla de posiciones, de dibujos o de nombres propios, como puedan ser los de Borja Iglesias, Eguaras o Zapater. Es probable que ni siquiera el georgiano Papunashvili, autor de tres goles aquella tarde, figure entre las partes principales de sus anotaciones. En las hojas manuscritas de Sergio es posible que se refieran asuntos intangibles e inmateriales relativos a La Romareda.

Aquella tarde, ante su mirada atenta, la afición de casa fue, sin género de duda, uno de los factores determinantes para producir una goleada ante el Albacete de Martín Monreal, un entrenador siempre competitivo y que nunca deja abiertas las puertas a los rivales para que se adentren tan en profundo como lo hizo el Real Zaragoza.

La Romareda empuja a su equipo, le ayuda, lo lleva en volandas o lo rescata, si es preciso, en los momentos de debilidad que pueden darse en el transcurso de un partido. La afición aragonesa está allí para cumplir con su papel, y para hacerlo, probablemente, como nadie en la categoría.

En las horas previas a esta cita, Sergio Sánchez ha destacado un dato: el Real Zaragoza ha ganado en su estadio nueve de los diez últimos partidos, una cifra que no cabe tomar exactamente como un número frío o aséptico, sino más bien como un relato somero o sustancial acerca de la entidad del rival que hoy va a tener enfrente.

Si se llega al nivel de asistencia de público registrada ante el Albacete o contabilizada en el derbi aragonés, frente a la Sociedad Deportiva Huesca, constituye a estas horas la gran duda de los principales dirigentes del club del escudo del león. El tiempo inestable, la amenaza de caída de cortinas de agua repentinas, el horario tardano respecto a otras tardes y el hecho de que también se retransmita el partido por televisión son algunos de los factores que hacen que los rectores del Real Zaragoza tengan a estas horas una visión conservadora respecto de esta cuestión.

Sobre estas pinceladas se añaden las trescientas entradas que ayer devolvió el Valladolid, al no venderse en la capital castellana. A expensas de lo que sucede hoy en las taquillas, fuentes del Real Zaragoza indicaron que están vendidas cerca de 3.500 entradas. Ayer se formaron algunas filas ligeras ante las oficinas del club; pero predominaron el goteo y la venta fluida, sin grandes esperas.

En este contexto, Sergio Sánchez indicó ayer que son "muy optimistas. Preparamos la semana –afirmó ayer– pensando en la mejor versión del rival para ganar a esa mejor versión. Vamos con es confianza. El equipo está fuerte. Con los resultados que hemos ido cosechando, la importancia del siguiente partido es cada vez mayor", indicó. Su intención primera no pasa por salir a jugar a unas tablas, para dejar todo pendiente para la última jornada del campeonato.

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