¿Arma de doble filo? ¿Temor a un oculto e inevitable exceso de confianza? ¿Sospecha de que un ambiente muy favorable pueda desinhibir a los futbolistas de la verdadera importancia del partido?

Natxo González dejó este viernes un aviso en el aire para su plantilla y para todo el zaragocismo en relación al hecho de que el Real Zaragoza tenga el privilegio de disputar 3 de sus últimos 5 partidos en campo propio, en la caldera de La Romareda. Una paradójica postura del entrenador vitoriano que tiene su sentido, que intenta advertir del riesgo de que el ambiente eufórico pueda pasarse de rosca y no abrochar debidamente los efectos positivos de esta circunstancia, a priori, tan favorable para los blanquillos, que inician su esprint final este sábado ante el potente Sporting de Gijón (2º clasificado) en el estadio municipal.

"Es importante este aspecto, pero me da un poco de miedo el hecho de que basemos todo a la seguridad que estamos teniendo en La Romareda", sorprendió en su razonamiento inicial Natxo.

"Prefiero esto, pero esta semana les decía a los jugadores, después del partido de Reus, que no podemos confiar solamente en esa seguridad de que vamos a sacar los 9 puntos como locales", prosiguió en su argumentación el preparador vasco.

"Es bueno que estés seguro, que estés confiado. Es bueno que tu campo te genere eso, sobre todo porque antes era lo contrario. Pero tenemos que sumar fuera. Creo que para conseguir la clasificación vamos a tener que sumar fuera de casa. Por lo tanto, no vamos a dejar todo a expensas de lo que podamos hacer en La Romareda", concluyó su pronóstico.

Contar con el clásico 'jugador número 12' desde la grada es para el Real Zaragoza un impulso extra del que gozará en pocas horas ante el Sporting y, más adelante, en los duelos frente a Albacete y Valladolid. Pero Natxo quiere avisar de que solo con eso no es suficiente para garantizar las victorias en esas tres finales por la promoción de ascenso. Una visión inusual, un contrapunto que, tal vez, sea útil para que todos los futbolistas aprieten al límite sus prestaciones para dejar los mínimos resquicios por los que puedan esfumarse puntos en días tan decisivos.