Estos son los límites que de alguna manera definen el marco del partido de este sábado por la tarde entre aragoneses y andaluces: el Real Zaragoza quiere recuperar el hilo argumental de la promoción de ascenso y el Almería, por su lado, pretende dar en La Romareda un paso que le libre de las fauces del terreno pantanoso en el que se mueve, la proximidad a los lugares que conducen al descenso de categoría. Entre uno y otro extremo, se jugará el choque, en el que se incluyen, como derivada inmediata, los protagonistas de dos tendencias también notablemente diferentes. El bloque de Natxo González se ha disparado durante la segunda vuelta, en rendimiento y resultados. Es una de las escuadras más poderosas de esta fase. La estampa que presenta responde a la del competidor fabuloso, fresco en su musculatura y seguro de sí mismo, de sus capacidades. Ha resuelto casi todos los encuentros de esta fase a golpe de victoria. Cayó la pasada semana frente al Rayo Vallecano. Pero esa adversidad estaba casi descontada en la cotización. Por este motivo, en cierto modo, el referido traspiés no altera los planes del Real Zaragoza, aunque el ascenso directo se haya alejado para él a cotas prácticamente inalcanzables. El Almería, mientras tanto, pone piel a otra historia, que casi se relata de forma contraria. Acumula siete jornadas sin conocer los laureles del triunfo. Únicamente ha sumado tres puntos de los últimos veintiuno puestos en juego. A esta fecha, vive asomado a un balcón que tiene por vistas el descenso, o, mejor dicho, la perdición. En La Romareda afronta una final en la pelea que, en principio, va a mantener por la supervivencia hasta el final de campaña.

Como Natxo González ha asentado el equipo en esta parte del campeonato, ya resulta sabido a qué juega y cómo juega la escuadra de La Romareda. Salvo variantes tácticas puntuales, el libro de estilo lo tiene bien asumido, según hacen las escuadras que han encontrado una fórmula de éxito. Cambiarán, por supuesto, alguno o algunos nombres respecto de la semana anterior; pero sin constituir estas variantes señales de trasuntos relevantes.

Simone Grippo, por ejemplo, será baja obligada, a causa de la lesión de rodilla que se produjo en Vallecas, una vez que allí mal cayó desplomado e inconsciente al suelo, tras chocar con Ba. Para ocupar el centro de la defensa, Natxo cuenta con tres piezas: Mikel González, Perone y Diogo Verdasca. Tendrá que descartar a uno de ellos. Más arriba, surgen diversas dudas, vinculadas, sobre todo, al fondo de armario que ha sabido crear el técnico vasco y a los diferentes perfiles que se le presentan, unos más físicos y otros más creativos. Dígase que Febas puede regresar a la titularidad, porque estamos en un partido que se disputa en La Romareda y el equipo, en casa, está más obligado a llevar la iniciativa. También resulta coherente pensar de este modo porque el joven centrocampista de Almacellas sabe moverse como nadie entre líneas, en los espacios intermedios, para abrir defensas y encontrar vías de comunicación con la vanguardia, con la capacidad resolutiva de Borja Iglesias, quien está llamado a ocupar una vez más la posición de ariete.

Junto a la envergadura física y futbolística del delantero gallego caben, igualmente, novedades. A Jorge Pombo se le ha adivinado un tanto apagado en los últimos partidos. Quizá le convenga pasar por un descanso, no como medida de castigo, sino de refresco. El georgiano Papunashvili ha aportado detalles interesantes en sus más recientes apariciones, por entender por dónde romper un partido o por participar en lances trascendentes para la suerte del resultado. En función de cómo vea las cosas Natxo González tampoco se debe descartar a Gaizka Toquero.

Por su parte, el Almería llega un tanto mermado a esta cita. El técnico Lucas Alcaraz recupera al medio gambiano Sulayman Marreh, tras dos semanas de baja por una dolencia. Ha entrado en una lista en la que no están Owona, Lass y Pozo, al margen de los lesionados de larga duración: Gaspar, Fran Rodríguez y Mandi, así como el lateral Nano González, con problemas en un cuádriceps. Así, Alcaraz ha tenido que completar la convocatoria con dos jugadores del filial: Callejón, que repite una semana más, y Óscar Lozano, que ya entró en la lista la pasada semana.

Recuperar la buena imagen de la que hizo gala el equipo en Cádiz, sobre todo en defensa y a pesar de que empató 0-0, es uno de los principales objetivos del Almería.