Un derbi en promoción

Real Zaragoza y Huesca miden esta tarde sus aspiraciones de ascenso.

Guti, Pombo y Eguaras, durante un ejercicio de potencia, ayer.
Un derbi en promoción
Toni Galán

Éste es el día. Éste es el momento. Real Zaragoza y Sociedad Deportiva Huesca se enfrentan esta tarde en el estadio de La Romareda, a partir de las 18.00 horas, estando situados ambos en zona de promoción de ascenso a Primera División, un hecho de naturaleza extraordinaria y, por supuesto, de carácter histórico para el fútbol aragonés que de alguna forma ha creado una magnífica aureola alrededor de la cita. En La Romareda se anuncia un lleno rotundo, absoluto, hasta la bandera, como sucedía en los viejos tiempos de gloria zaragocista ante los grandes equipos del país. Algo de ese ambiente colosal y eléctrico se viene respirando desde días atrás.

Atraídas por el magnetismo que desprende el partido, las aficiones de uno y otro equipo han agotado el papel que ha salido a la venta. No ha importado que las previsiones meteorológicas hayan venido anunciado agua para la jornada del derbi o que siempre haya alguna plataforma de televisión al alcance. En Zaragoza y Huesca se quiere ver y vivir este partido en directo, con los sabores originales y los infinitos matices que aporta el fútbol mirado con los propios ojos y sentido en la propia piel, en un foro de abolengo, aunque La Romareda venga diciendo que cumplió sobradamente servicios y que precisa de una puerta abierta al futuro. Desde Javier Lambán, presidente del Gobierno de Aragón, al último de los más jóvenes aficionados de reciente incorporación se han visto reclamados por el encuentro.

Se perciben por doquier los aires de la gran fiesta del fútbol aragonés, al mismo tiempo que a nadie escapa la trascendencia deportiva que encierra el choque para zaragocistas y azulgranas. Quien salga vencedor de este partido se reforzará en el corto plazo y también alimentará sus aspiraciones de final de campaña. En un solo acto, en un solo partido, a noventa minutos, Real Zaragoza y Sociedad Deportiva Huesca disputan un derbi y miden sus respectivas candidaturas al ascenso.

A partir de aquí, aproximarse a las trazas por las que pueda discurrir la cita resulta un ejercicio complicado, porque este tipo de encuentros, de rivalidades hermanadas, no suele ceñirse a guiones previos. De alguna manera son versos libres. Salen por donde quieren, por algún lugar insospechado, imprevisto.

En el derbi de El Alcoraz de la presente campaña, que se comporta en este sentido como la referencia más cercana, la superioridad del Huesca fue notable. Ganó el bloque altoaragonés por tres goles a uno. Pero desde entonces hasta aquí han evolucionado tanto las cosas que ya no puede predicarse de modo apriorístico la superioridad del bloque azulgrana.

Las dinámicas del momento son otras. El Real Zaragoza presenta a estas alturas su mejor cara, su mejor versión. Ha devenido en la escuadra más solvente de la segunda vuelta. Desde que se atravesó el ecuador de la campaña, su paso resulta impresionante. Salió de los fondos de la tabla y se ha encaramado a la zona de promoción. Hoy, no sólo está dispuesto a discutirle el triunfo a la Sociedad Deportiva Huesca, sino que también piensa en su fuero interno, de modo legítimo, que sus aspiraciones deportivas son las que corresponden a su rango histórico y a sus necesidades societarias. Mientras tanto, el Huesca quiere reivindicarse en La Romareda como el líder serio y poderoso que fue durante buena parte de la liga. Extravió la senda del triunfo a mitad de febrero y desde entonces, a causa de las lesiones y de la crudeza de esta parte de su calendario, anda un tanto atascado. Esta tarde quiere volver por sus fueros de señorío y liderazgo, después de que ya emitiera buenas sensaciones en el estadio Ramón de Carranza, en el encuentro que le enfrentó al Cádiz.

Natxo González, entrenador del Real Zaragoza, que ha dado con una estructura táctica operativa y eficaz, difícilmente se apartará del esquema conocido, porque es el que le ha elevado hasta este punto. Ayer, en su comparecencia de prensa, dejó, no obstante, suspendida alguna incertidumbre, relativa, sobre todo, a nombres propios. En función de lo que llueva y de lo rápido o pesado que esté el césped de La Romareda a la hora del partido, se inclinará por unos futbolistas u otros. Es decir, por más trabajo o por mayor imaginación.

En el frente opuesto, Rubi, técnico de la Sociedad Deportiva Huesca, ha hecho de la preparación de este partido un asunto casi clasificado. Ha dirigido las sesiones de entrenamiento de la semana a puerta cerrada, una medida inusual en el conjunto oscense. Para esta cita, Rubi cuenta con casi todos sus efectivos, de modo que tiene dónde elegir sin mermas sobrevenidas.

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