Un derbi aragonés con altas pretensiones

Borja celebra el gol ante la Cultural
Cultural Leonesa-Real Zaragoza
César Manso

Sin tiempo para detenerse en los episodios últimos que de un modo u otro les afectan, Real Zaragoza y Sociedad Deportiva Huesca se introducen de lleno hoy en una semana de derbi ciertamente singular, de duelo directo entre dos equipos que no sólo piensan y atienden al resultado inmediato, sino que también contemplan de forma por completo legítima la conquista de las grandes metas de la campaña. Éste es el punto exacto en el que se encuentran zaragozanos y oscenses, después de dibujar, como es conocido, dos trayectorias francamente diferentes. El Huesca ha venido siendo un líder sólido y solvente en su fútbol, hasta que las lesiones, los contratiempos y el calendario lo atascaron un tanto. El Real Zaragoza, por el contrario, es este año casi un recién llegado a las alturas. Avala al conjunto de Natxo González el rendimiento que ha presentado durante la segunda vuelta, en el que apenas se cuentan tachas. Bien puede decirse que se halla en su mejor momento. Acerca del Huesca, la referencia más reciente es la que está datada en Cádiz, en el estadio Ramón de Carranza, hace siete días. Esta semana no ha jugado a causa del desgraciado accidente sufrido por Pelayo Novo, futbolista del Albacete, en el hotel de concentración del conjunto manchego en la capital oscense, y que ha obligado a aplazar este partido. Entonces, en la tacita de plata, el Huesca estuvo en el nivel de juego que le llevó al liderato durante una larga fase del campeonato. Se presume, por tanto, un derbi aragonés apasionante, protagonizado por dos contendientes dotados de argumentos poderosos y que albergan elevadas aspiraciones cuando la competición se adentra en su tramo definitivo.

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