Natxo acerca al equipo a su canon de fiabilidad

El Real Zaragoza ha dejado la portería a cero siete veces en 12 jornadas y no ha encajado gol en las últimas cinco victorias.

Simone Grippo, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Simone Grippo, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Raquel Labodía

Uno de los retos principales de Natxo González en el inicio de la temporada era instaurar un modelo de juego basado en la fiabilidad, entendida ésta como la capacidad del equipo para competir, pero, sobre todo, para ser eficaz en las áreas de manera regular.

En algún momento de la campaña, el Zaragoza ha conseguido imponerse en la contraria, aunque en el comienzo del curso presentara deficiencias para dominar la suya. Esto, traducido, en números significaban goles encajados por una u otras razones, muchas veces por accidentes individuales más que por cuestiones de naturaleza táctica. Natxo había llegado al Zaragoza avalado por su papel en el Reus en este sentido, un conjunto que fue la viva expresión de la eficacia gracias a sus números defensivos. Apenas encajaba y lo hacía en pocos partidos. El 1-0 y el 0-0 componían el código binaria de Natxo González.

En el Zaragoza, durante tres meses, ese propósito se le resistía. Pero la mejora de la segunda vuelta ha subrayado el crecimiento del equipo en ese aspecto.

De hecho la línea de progresión del conjunto de Natxo González cabe interpretarla desde ese incremento de la compostura defensiva. Una consistencia que está teniendo traducción en resultados. Las cinco últimas victorias del Real Zaragoza se apoyaron en el blindaje de la portería de Cristian Álvarez.

El triunfo contra el Sporting (0-1), el tríptico de victorias en la Romareda frente a Tenerife (1-0), Córdoba (1-0) y Lugo (2-0), y la conquista de Tarragona (0-2). Todos estos partidos del Zaragoza han tenido la portería a cero como razón de ser.

Sin embargo, esta tendencia nace más atrás. El crecimiento del equipo en esta faceta ya se intuyó tras la derrota en Almería (3-0). Desde aquella fecha, el 17 de noviembre, el Zaragoza ha jugado 12 partidos, en los que dejó la portería a cero en 7. Es decir, en más de la mitad.

Este dato contrasta notablemente con los primeros 15 partidos de liga, en los que el conjunto aragonés solo blindó su portería en tres partidos. En cierto modo cabe decir que el Zaragoza ha duplicado su efectividad defensiva, una de las obsesiones de Natxo a lo largo del curso.

Hasta el momento, el equipo ha encajado 29 goles, algo más de un tanto por partido, una cifra que le ubica en el punto de medio de la categoría en rendimiento defensivo. Sin embargo, esos 29 goles los condicionan principalmente las derrotas contra Huesca, Almería y Valladolid, quizá, los peores partidos del curso. Encajó tres goles cada día.

Sin esos nueve tantos, el Zaragoza luciría unos números defensivos a considerar, próximos al canon de fiabilidad que distinguió al Reus de Natxo González. Tres partidos que ensucian las estadística.

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