El mejor momento

El Real Zaragoza sigue alimentando sus buenos números de la segunda vuelta. Abre brecha con la zona baja y recorta distancias con la alta a falta aún de 15 jornadas.

Natxo González da indicaciones en el partido del pasado sábado del Zaragoza en Tarragona.
Natxo González da indicaciones en el partido del pasado sábado del Zaragoza en Tarragona.
José Carlos León

En menos de un mes, al Real Zaragoza le ha cambiado la vida. El nuevo año y el paso del ecuador de la temporada construyen el contexto temporal en el que el equipo aragonés ha obrado una transformación en su fútbol, pero, ante todo, en su dinámica de resultados. Los números gruesos ya hablan de un conjunto en expansión, fortalecido en lo emocional por una inercia ganadora que ha movido en solo tres semanas los umbrales de referencia.

Aquella amenaza de descenso que se observó a dos puntos (aunque el Zaragoza tenía un pañuelo varios equipos por debajo) se ha ensanchado hasta los ocho, con el equipo afianzado en mitad de tabla. Si hace nada el Zaragoza era el primero del vagón de cola, ahora, los últimos resultados le han convertido en el último del vagón de cabeza.

El conjunto de Natxo González no se va a salir de su guión y la doctrina del partido a partido y la evolución paciente marcan su camino. Será el paso de las jornadas lo que determinará hacia dónde deberá mirar el equipo, si al Norte de la liga o al Sur.

De momento, ha abierto brecha con el desfiladero de la tabla, una brecha importante que le alimenta de serenidad y seguridad. Sin embargo, resulta inevitable, aún a 15 jornadas del final de liga, es decir, con 45 puntos aún por jugarse, asomarse a la clasificación, levantar la mirada y sacar la calculadora y el calendario.

El Zaragoza está jugando y rindiendo ya como un aspirante, pero su déficit de puntos obliga a modular los entusiasmos. La pelea por las posiciones de promoción se ubica ahora en la horquilla de los 6-8 puntos, con un buen número de candidatos.

La distancia no es tanta si se observa lo que queda, pero la dificultad reside principalmente en el número de equipos que cotizan a los puestos altos. El Zaragoza debería mantener su cadencia actual de puntos, repitiendo secuencias de 13 puntos de 18 le daría para quedarse en torno a los 70 puntos.

De momento, el Zaragoza va dando los pasos medidos en su proceso de construcción y progresión. Su evolución es buena. Transmite hechuras de equipo maduro. La victoria de Tarragona confirmó que su reacción es algo más que un repunte temporal. Si contra el Lugo dejó una victoria con cuajo, contra el Nástic mucho más. Esta sucesión de partidos completos indica un crecimiento sostenido al que aún precisa darle más regularidad. Tarragona era un examen para medir la fiabilidad de su recuperación.

Ahora, el Zaragoza se enfrenta a un tramo de liga en el que probará el tamaño de sus aspiraciones. Tiene ante sí una tacada de cuatro partidos que calibrarán el punto competitivo en el que se encuentra, su capacidad para presentarse en estos momentos como un equipo con posibilidades mayores. De cuatro partidos, tres será contra rivales instalados en la zona alta: Oviedo, Numancia y Osasuna. El Lorca completa este intervalo que le dirá al Zaragoza dónde está su sitio y cuál es su alcance en esta liga.

Del próximo mes, el equipo de Natxo González, cuya figura se ha cargado de razones en las últimas jornadas, obtendrá conclusiones cristalinas y aclaratorias sobre dónde estará su techo de la temporada. Es el momento de un Zaragoza en su momento.

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