A 5 de febrero, la rodilla derecha de Simone Grippo sufre una distensión en el ligamento lateral interno, ocasionada en un mal gesto durante el partido de hace 10 días ante el Córdoba y que, tras ser baja en Alcorcón, lo va a tener apartado del equipo por un tiempo indefinido, según evolucione la articulación dañada. Se trata de la segunda vez en lo que va de temporada en la que la misma rodilla de Grippo emite sensaciones similares. Porque a mitad del pasado septiembre (el día 17), cuando la liga aún daba sus primeros pasos, el central suizo ya padeció algo similar y acabó perdiéndose mes y medio de competición hasta que se recuperó totalmente (reaparecería a finales de octubre en el partido de ida de Copa ante el Valencia en La Romareda).

Aquel percance de Grippo tuvo lugar en el Anxo Carro de Lugo en la 5ª jornada, hecho que provocó entonces el debut exprés de un recién llegado Mikel González (algo equiparable a lo que generó este fin de semana con Perone como protagonista del estreno súbito), representó la primera lesión de cierta relevancia de la temporada del Real Zaragoza. Se diagnosticó como un "leve esguince de rodilla derecha, una torsión de grado I en el ligamento lateral externo de dicha articulación", una dolencia que no fue preocupante, como la actual, pero que le obligaba a una minuciosa rehabilitación que se estimó entre 3 y 4 semanas. Serían un par más finalmente.

Esta circunstancia de la reincidencia es tenida en cuenta, obviamente, por los médicos ante lo acontecido nuevamente cinco meses después de aquel episodio parecido que tuvo Grippo en Lugo, justo una vuelta antes de calendario de liga.