La fe infinita del entrenador del Real Zaragoza

Natxo González subraya que sigue "creyendo en este equipo", que "al final se va a pelear por estar arriba" y describe que "hay un plan" a partir de ahora.

Natxo, con sus notas antes de iniciar el entrenamiento de este viernes.
Natxo, con sus notas antes de iniciar el entrenamiento de este viernes.
Raquel Labodía

Nadie puede dudar de que Natxo González es un entrenador con fe infinita en su ideal, en su proyecto, en su manera de actuar día a día al frente del presionante Real Zaragoza del presente. El entrenador vitoriano, justo 24 horas de reanudar la liga tras la pausa por Navidad, explicó al zaragocismo sus criterios positivistas y sus pronósticos sobre lo que debe suceder una vez arranque este sábado el partido ante el Barcelona B en La Romareda (20.30), que es el último de la primera vuelta y el que va a marcar promedios y pautas de partida de cara al segundo tramo del torneo.

"La posición en la que estamos (el 15º lugar, a 3 puntos de la zona de descenso a Segunda B) es la que nos hemos merecido hasta el momento. Es verdad que, a los puntos, en muchos partidos nos hemos ido con la sensación de que podíamos haber sacado más. Pero yo sigo creyendo en este equipo. Cada vez conozco más a estos jugadores porque, dentro de la planificación, en la primera vuelta todos han tenido la posibilidad de competir suficientes minutos como para verlos. Tengo mucho más conocimiento en el plano individual, en las interacciones de los futbolistas en las diferentes zonas del campo", comenzó describiendo Natxo para sostener su optimismo.

"Yo sigo pensando que este equipo va a pelear al final por los objetivos que teníamos a principio del año", continuó postulando el preparador vasco, sin nombrar explícitamente la palabra ascenso o el concepto promoción, pero dejándolo sobreentendido, como es pauta desde el verano.

Para que esto tenga sentido, manera de ser o sujete con hechos las palabras, resulta tan obvio como perentorio que el Real Zaragoza, apurado en la clasificación hace días, comience de facto su reacción este mismo sábado ante el Barça B. No caben más demoras ni subterfugios. Natxo demostró tener asumida esta tesitura: "Hay un plan. El primer objetivo es, en estas primeras 3 o 4 jornadas de enero, tratar de irnos de las posiciones de la zona caliente (la cola). De los próximos 4 partidos, 3 los tenemos en casa. Y, a partir de ahí, coger esa regularidad, esos dos, tres, cuatro partidos consecutivos con puntos, con victorias, para dejar atrás ese pasado de irregularidad y poca fiabilidad. No es mal momento para engancharse", expresó el entrenador zaragocista.

Es evidente que el equipo no dispone de apenas comodines para más errores, en especial en La Romareda (solo ha ganado 2 de 9 partidos hasta hoy) y todo el mundo tiene asumido que los puntos deben empezar a llegar, como sea, en cascada.

Y, en un equipo que no ha sufrido -ni prevé- variaciones en su plantilla (ni salidas, ni fichajes de invierno), que sigue manteniendo al entrenador pese a que los números de la primera fase liguera son los peores desde hace décadas -en contraposición con la conducta aplicada en temporadas anteriores, llenas de destituciones-, buena parte de la esperanza se fundamenta en los vientos, en la diosa Fortuna y sus volubles cambios de criterio. El propio Natxo, con cierta chanza, describió este sostén: "Bueno, este año es año nuevo... todo ha cambiado... La Romareda va a ser un fortín... por tanto, vamos a buscar esa realidad... La realidad, no. Sí lo que todos queremos y que, seguro, con este nuevo año, nos va a ir fantásticamente bien. No me cabe duda", expresó con la sonrisa en la boca.

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