Zapater: "Sé que el momento más bonito está aún por llegar"

Quizá el argumento más estable que posee ahora mismo el Real Zaragoza a la hora de alimentar sus ambiciones de volver a jugar en Primera División es que en su plantilla está Alberto Zapater. Su tenacidad, bien llamada cabezonería aragonesa, su honestidad, su fuerza de voluntad, su amor al escudo y su compromiso con la tierra en la que ha nacido, crecido y ahora vive se conjugan en una personalidad que no arrojará la toalla hasta que alcance su penúltimo sueño. “Del mismo modo que cuando me dijeron que no volvería a jugar al fútbol se me metió en la cabeza que lo conseguiría; ahora se me ha metido en la cabeza que hay que regresar adonde este club se merece”. Estas palabras de Zapater no son un canto al aire, ni una protocolaria declaración de intenciones: es la representación del amor incontestable al club, un combustible sentimental que no se agotará hasta que las piernas se doblen o el Zaragoza, por fin, juegue de nuevo en Primera División, por supuesto, con Zapater en el campo. Él mantiene esa llama encendida. Así lo ha confesado en el acto de escenificación de su renovación de contrato hasta junio de 2023. Cinco temporadas que reconocen la carga simbólica y el valor personal del protagonista.

Zapater firmó su contrato este martes rodeado de familiares, consejeros, dirigentes… Lo hizo emocionado, hablando a corazón abierto, y con un discurso espontáneo, tan fiel a su modo de ser, en el que siempre hay sustancia sobre la que detenerse. Toda palabra de Zapater debería redactarse en unas sagradas escrituras del zaragocismo. “Hoy me acuerdo de mi padre. Fue la persona que me trajo por primera vez a La Romareda siendo un niño”, arrancó el centrocampista de Ejea de los Caballeros. “Quiero dar las gracias a todo el mundo. A los directivos por confiar en mí. Este es el contrato más importante y bonito de mi vida. También doy las gracias a la prensa por el respeto que me ha mostrado siempre. A mi familia, porque estuvo conmigo cuando he estado solo y no había modo de tirar para delante. Y a mis compañeros”, enunció Zapater.

El futbolista aragonés, con su brazalete de capitán sobre el atril, fue claro: “Vestir esta camiseta me hace feliz. Tengo la misma ilusión que cuando llegué con 12 años a casa de mis tíos para jugar en el Zaragoza. Que haya firmado cinco temporada es anecdótico. Si hubieran sido tres, una o cinco no hubiera cambiado nada. Yo solo pienso en entrenarme e intentar ser mejor todos los días para ganarme un puesto. No quiero firmar este contrato porque me llame Alberto Zapater. No sé cuántos años más jugaré, pero sé que todas la partes seremos sinceras unas con otras cuando llegue el momento”.

Zapater recordó también el papel de Andrés Ubieto, recuperador del Real Zaragoza y engranaje fundamental en la vuelta a los terrenos de juego del futbolista después de tres años alejado de la competición por sus problemas físicos y tras rozar la retirada prematura: “Me cogió por banda cuando la gente decía que no volvería a jugar al fútbol y lo consiguió”.

El capitán prosiguió con su mensaje: “Mi agradecimiento al Zaragoza es eterno. Estoy aquí gracias a mucha gente porque esto es un deporte de equipo, por eso yo no quería tanto acto. Ver a la directiva hacer las cosas bien me hace seguir teniendo un sueño. Yo voy a seguir igual de cabezón, disfrutando y sufriendo con el Real Zaragoza. Cada día me siento un privilegiado. Es un orgullo estar aquí. Pasé una época de dificultades que hace que ahora valores todo mucho más. En el fútbol no existe el pasado, por eso sé que el momento más bonito está aún por llegar. Sé que habrá días mejores”. Y así zanjó su manifiesto zaragocista Alberto Zapater, confiado de un futuro dulce y justo, en el que espera que le acompañen más como él: canteranos: “A los chicos de la Ciudad Deportiva les aconsejo que con trabajo e ilusión, se puede. Les digo que siempre crean”.